No es la primera vez que la Democracia Cristiana adopta el camino propio y en las ocasiones en que ha osado adoptarlo, ha conducido a este Partido, bien a la derrota o a la alianza con la derecha. En 1970, el candidato a la presidencia de la república, Radomiro Tomic, fue proclamado por la Junta Nacional democratacristiana para que representara la continuidad del gobierno de Eduardo Frei Montalva, y los freistas, a pesar de su rechazo al programa progresista de Tomic, no tenían otra posibilidad pues este íntimo amigo de Frei Montalva, Edmundo Pérez Zujovic no tendría la adhesión de la Junta Nacional.
Hoy, ocurre algo similar: los derechistas democratacristianos – Mariana Aylwin, Los hermanos Walker, los Martínez-Alvear, los Pérez Yoma y otros de las mismas ropas – a lo mejor, les hubiera gustado que la candidata natural hubiera sido la hija del ex presidente Aylwin, quien, al menos, no tiene pelos en la lengua para proponer el abandono de la Nueva Mayoría y desahuciar el pacto con los “come guaguas”, (los comunistas), para aliarse con un joven tan buen mozo como Andrés Velasco, pero los derechistas DC saben bien que esta aventura – igual que la de Pérez Zujovic – los llevaría al quiebre del Partido.
Más fácil les era proclamar a Carolina Goic quien a punta de frases de buena crianza y lugares comunes, ha logrado unificar a la Democracia Cristiana y silenciar, así sea aparentemente, a las tendencias que existen en su seno. Esta candidata es magallánica, bonita, simpática y no conflictiva, y puede convertirse en el muñeco de los ventrílocuos de los derechistas de ese Partido. (No ocurría lo mismo con Radomiro Tomic, en 1970, pues postulaba principios de izquierda, que se mamaron de mala gana los reaccionarios freistas).
Parecía que, esta vez, los reaccionarios democratacristianos iban a “pasar el gato por libre” sin que nadie dijera ni pío. Hace un buen tiempo que el partido de la flecha roja dejó de ser doctrinario y dejar de lado el pensamiento social de la Iglesia Católica, el de J. Maritain y E. Mounier. Que el Papa Francisco critique la adoración a mamón, el neoliberalismo, y que no haya ningún filósofo cristiano, como Mounier o poetas como Péguy, que critiquen el desorden establecido o que se atrevan a decir que los comunistas, por ejemplo, dan mejor testimonio de cristianos que los mismos que pasan su vida dándose golpes de pecho – como lo dijo el Papa actual – así, entre un René Cortázar y el ex Canciller Moreno, no hay ninguna diferencia que no sea tratar de humanizar el neoliberalismo, en el caso del DC Cortázar.
Ricardo Hormazábal aprovechó el refichaje de la Democracia Cristiana para dejar, como él mismo lo dice, dejar de tener los derechos de militante y cumplir de los deberes que estos exigen, seguirá siendo democratacristiano de alma toda su vida. En su carta a la militancia de este Partido dice: “…Ha(La DC dejado de ser, para mí, el valioso instrumento de cambio democrático…” y agrega: “no puedo apoyar un programa y candidaturas que ´son ‘más de lo mismo, que no enfrentan la tremenda desigualdad generada por el modelo económico y humano, a las AFP, a las ISAPRES, a la cultura del lucro y al abuso de los grandes grupos económicos…NO puedo seguir junto a personas que encabezan o representan a las organizaciones empresariales que abusan de los chilenos ni a los que promueven y defienden empresas que dañan empresas del país; no puedo apoyar a una dirigencia que se aísla en vez de escuchar el clamor popular y cambiar de conducta. En 3 de 4 primarias hemos ido solas contra nuestros aliados, ganamos dos de ellas, y cuando perdimos, los DC asumimos la derrota, no amenazamos con irnos y trabajamos con los aliados…”
Ricardo Hormazábal es un militante destacado, tiene 71 años y 55 ininterrumpidos en el Partido. Fue embajador en Alemania luego de la recuperación de la democracia. Cuenta que su impresión, al pisar la sede de la falange, en Alameda 540, al ver en persona a Eduardo Frei Montalva, fue la motivación para comenzar a ser un verdadero ciudadano.
Se puede discrepar de muchas de las posiciones de Hormazábal, por ejemplo, combatió al Partido Mapu por su inclinación al marxismo althusseriano y, posteriormente, a la Izquierda Cristiana. Por las paradojas de la historia, los ex Mapu son hoy más neoliberales que los propios democratacristianos de derecha. Actualmente, como acertadamente lo dice Hormazábal, hay tanto neoliberales en la Democracia Cristiana, como en los Partidos Socialista y el PPD.
Hormazábal ha sido un activo dirigente sindical y, sobre todo, un ferviente y tenaz crítico del sistema de las AFP, que se propia del dinero de los cotizantes y luego da jubilaciones miserables a nuestros pensionados.
A la candidata del camino propio, Carolina Goic, que comunica sus decisiones por el diario La Tercera y no, como sería lógico, a través de la Junta Nacional de a la DC, le llueve sobre mojado: el senador Pizarro, por ejemplo, le recuerda que de llevar su candidatura directamente a la primera vuelta significa desahuciar la Nueva Mayoría, y así otros están en este mismo predicamento.
La Junta Nacional de la DC, del 29 de abril último, a pocos días del plazo final para inscribir los candidatos a las primarias legales de la Nueva Mayoría, no va a ser el mar tranquilo que habían preparado los derechistas democratacristianos, tratando de anular la expresión libre de las fracciones dentro del Partido y proclamando, unánimemente a Carolina Goic como su abanderada a la primera vuelta, con un programa propio, que les acomode. Como bien lo dice un dirigente del Partido Radical, a estos neoliberales de la Democracia Cristiana quieren “la chicha y el chancho”, es decir, candidata propia y lista parlamentaria común y, así, no perder ningún diputado. Cabría preguntarse ¿qué papel juegan en la mente de la casta política los electores, sean borregos o rebeldes?
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
19/04/2017