La abarcadora pesquisa por corrupción relacionada con la principal empresa constructora de Brasil ahora involucra las obras de la mitad de los estadios de futbol utilizados para la Copa del Mundo de 2014.
Los testimonios de ejecutivos de Odebrecht que negociaron acuerdos, publicados el miércoles por la corte suprema de Brasil, apuntan a irregularidades en la construcción o financiamiento de seis estadios mundialistas: el Maracaná en Río de Janeiro, la nueva Arena Corinthians de Sao Paulo, y los estadios en Brasilia, Recife, Fortaleza y Manaos.
El Maracaná fue escenario de la final, y la Arena Corinthians albergó el partido inaugural.
Los testimonios abren la puerta a posibles investigaciones por corrupción, financiamiento ilegal de campañas y fraude, presuntamente de parte de políticos involucrados en la organización del torneo.
En el caso del Maracaná, un exejecutivo dijo que el entonces gobernador de Río, Sergio Cabral, solicitó coimas por contratos para remodelar el estadio, y también presionó para que se sumara otra empresa constructora al proyecto. El ejecutivo no reveló cuándo dinero habría recibido Cabral por el negocio. La remodelación del famoso estadio iba a costar unos 200 millones de dólares, pero al final costó más de 300.
Los abogados del exgobernador, que está preso por otros casos de corrupción, negaron que haya incurrido en delitos.
En cuanto a la Arena Corinthians, los ejecutivos de Odebrecht dijeron que debió haber costado unos 100 millones de dólares, pero la cuenta fue de más de 300. El exdirector ejecutivo de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, dijo que el precio final fue “absurdo”, e indicó que el financiamiento se decidió en una cena en la que había varios políticos de alto nivel. El resto de la conversación sigue sellada porque la investigación continúa.
Corinthians indicó el viernes que investigará cualquier irregularidad en la construcción del estadio.
El estadio de Brasilia, el más caro de los 12 utilizados en el Mundial, no fue construido por Odebrecht, pero los ejecutivos de la compañía indicaron que el precio final de sobre 400 millones de dólares seguramente tiene que ver con los sobornos pagados a políticos por el desarrollador Andrade Gutiérrez. Los ejecutivos de Odebrecht confesaron que formaron una alianza con Andrade Gutiérrez para que éste obtuviera el contrato de Brasilia.
Los estadios de Porto Alegre y Salvador también han sido vinculados con pesquisas por corrupción.
La Corte Suprema de Brasil abrió casos contra unos 100 políticos esta semana, basándose en cientos de horas de testimonios de ejecutivos de Odebrecht, que incluyen acusaciones de corrupción contra el alcalde de Río, Eduardo Paes, en obras relacionadas con los Juegos Olímpicos del año pasado.