Febrero 5, 2025

La pataleta retórica del rector Carlos Peña en el Diario de Agustín

Carlos Peña, el opinólogo mercurial favorito de la oligarquía, comienza a preocuparse por el giro que toman los aconte cimientos. Su columna da cuenta del clima depresivo que tras la teatral caída de Lagos en la dominical mañana de los cuchillos largos del PS se instaló en la casta político-empresarial.

 

No debe ser fácil para Peña constatar que si la tendencia se mantiene, el otro paladín de lo que él llama la “modernización capitalista” que le resta para seguir fantaseando en las páginas mercuriales es Sebastián Piñera.

 

Puesto que el ex es impresentable ante la Razón democrática, tan idolatrada por Peña. Obvio, Piñera cuenta con el apoyo indefectible de la derecha dura y del pinochetismo. Carga una mochila demasiado pesada. Tan llena de faltas a la probidad y a los mínimos de la ética democrática que le puede impedir saltar la valla del  25% o pasarle la cuenta en término de combativas movilizaciones sociales en un virtual segundo mandato.

 

El rector de la UDP no entiende la “astucia de la Razón” (dixit G.W.F. Hegel) y confunde entonces sus deseos con la realidad. Se inventa definiciones de lo que es “izquierda” que sólo existen en su afiebrada imaginación (*).

 

Peña quiere hacer creer a la opinión ciudadana que el lucro en la educación, el CAE, la privatización de las autopistas, el Transantiago, el favoritismo hacia la clase empresarial, la concentración de la riqueza, la desigualdad social, el fetichismo constitucional y de los mercados, la corrupción sistémica, la crisis de las instituciones, la incapacidad para hacer frente a las catástrofes naturales son tanto obra como fallas de políticas de “izquierda” y no de una socialdemocracia neoliberalizada como la que encarna Lagos y promueven los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría.

 

Además, ¿de qué se queja el opinólogo, si como G. Girardi lo acaba de exigir, la famosa “batería de ideas” (dixit Ottone) de Lagos será retomada en el programa del futuro candidato de la Nueva Mayoría? Por Guillier, el mal amado de Peña y hasta el momento sin programa ni “ideas”.

 

El verdadero temor, tanto de Peña como de Girardi, es otro. Les surge al constatar que el único proyecto que corresponde a la izquierda y a los demócratas de diversos signos es antineoliberal. Y que prende con connotaciones anticapitalistas ya que emerge de las luchas por derechos colectivos y contra los estragos del modelo de acumulación capitalista desde el 2005-2006, pasando por el 2011 hasta ahora. Que el proyecto antineoliberal surge de los conflictos y no de “patologías”. Y que está marcado por la lucha que libran los movimientos sociales para recuperar la política capturada por la casta política empresarial en pérdida de legitimidad.  

 

¿Acaso NO+AFP, el movimiento estudiantil, las organizaciones populares, feministas, ecologistas, de trabajadores y el Frente Amplio, por el momento cada uno en lo suyo, no luchan por devolverle a los ciudadanos el poder de construir un Chile mejor y así abordar los desafíos que el capitalismo neoliberal nacional y global desbocado, y una casta política corrupta e incompetente (también nacional y global) le imponen a la vida humana y a la Naturaleza?

 Por Leopoldo Lavín Mujica

(*) A las demandas y derechos sociales Peña los llama “patologías”. La columna de C. Peña en El Mercurio: http://www.elmercurio.com/blogs/2017/04/11/50242/La-derrota-de-Lagos-a-manos-de-la-izquierda-light.aspx

 

 

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