Todos contra el modelo parecería la pancarta más evidente y necesaria para las próximas elecciones, hasta suena bonito, pero no es así. Existe un fraccionamiento entre las alternativas que sostienen muy legítimas diferencias y que aspiran a la victoria para dar un sentido diferente a la vida y un rumbo más justo a la patria. En Chile el actual modelo y sus adalides caminan ufanos y gozan de muy buena salud por un país que les pertenece.
Daniel Matamala en su libro PODEROSO CABALLERO (1),describe un excelente perfil de un país que ni siquiera conoce la cantidad de habitantes que lo transita y habitan. “Una gran línea aérea (LAN). Tres cadenas de farmacias (Cruz Verde, Fasa, Salcobrand) que controlan el 95% de las ventas. Cuatro bancos dominantes (Chile, Santander, Estado, BCi). Tres empresas de telefonía móvil (Movistar, Entel, y Claro). Tres generadores de energía ( Endesa, Entel, Colbún). Dos productores de pollo (Súper pollo y Aristía). Acumulan el 71% de las ventas. Dos de licores (CCU y Capel). Monopolio del tabaco (British American Tobacco) con el 95 % del mercado. Y los dueños de la cerveza (CCU) con el 87% del mercado.
Ese violento crecimiento y propiedad con el cual los grupos económicos nunca están conformes, piden a gritos cambiar tal o cual medida para aumentar sus millones en moneda extranjera. El crecimiento se hace real cuando se bajan los impuestos a las empresas manifiestan desde la CPC. No hay crecimiento si existe una legislación laboral que da más poder a los trabajadores, esos asusta a las platas que llegan del exterior, rezan en la SOFOFA.
Y los derechos fundamentales para millones de chilenos siguen postergados, esperando que sean sacados para ver la luz en algún momento, y los ejemplos están a la vista. La salud actualmente privatizada, las cifras en beneficios de las Isapres son escalofriantes. Un sistema educativo mercantil y clasista, plagado de universidades privadas que entregan al mercado mano de obra medianamente formada y suculentos millones de ganancia. Un modelo previsional, AFP, que asegura todos los cielos existentes para unos cuantos grupos/carteles económicos que condena a la tercera edad al hambre, miseria y con sus días entregados a las farmacias. Razón tiene los millones que han salido a las calles para exigir un cambio radical en el sistema de pensiones.
Desde La Moneda solo buenas intenciones, vieja romanza. Más impacto causa en el gobierno lo que dicen y proponen justamente esa cáfila de ladrones que administran el sistema de pensiones.
Chile tierra entregada en papel de regalo por la dictadura militar, para una clase, sus defensores y sus voceros en el parlamento. Chile es sencillamente una foto de mercado y de personas convertidos en consumidores.
Y como si todo lo anterior fuera poco, los dueños del dinero se dedican a regalarlo entre parlamentarios de casi todos los partidos políticos, para que les sean serviles, para que trabajen para ellos, para que firmen lo que les pidan y ejecuten los mandatos que gerentes solicitan a diputados y senadores. Este es el asunto fundamental.
Cuando los grupos económicos regalan dinero a los congresistas, no solamente se está cometiendo un delito, sino que se está diseñando el modelo de democracia que ellos necesitan para la continuidad de sus negocios. Lo grave es que esa relación dinero y política trae consigo la vulneración de derechos de millones de personas. Finalmente cuando cae el telón de la contingencia se ven en el escenario los mismos de siempre, re postulando en el mismo o u otro distrito regalado por la dirección de su partido, o bien se compra con dinero empresarial a ex dirigentes sociales que traicionaros a sus compañeros, como el caso Fuentes allá en el sur.
No está la izquierda dura, esa que tozudamente lleva su mochila con la historia de lucha callejera, de los muertos caídos por haber votado un justo pliego de peticiones. Desde los tiempos de las fichas como medio de pago hasta todos los combates dados durante la dictadura.
No está la calle pidiendo la nacionalización del cobre. La democratización de las Fuerzas Armadas. El Estado a cargo de las pensiones. El cierre ahora de las universidades que lucran. Respuestas concretas e inmediatas al conflicto con nuestros pueblos originarios. Desarrollo urgentes de las energías renovables. Fin de la Ley de Pesca. Cárcel para todos los corruptos y los que se entregaron a la corrupción. Asamblea Constituyente.
No es necesario que por internet se debata la propuesta programática para el periodo. O si les gusta o tal candidata presidencial. En esa consulta online respondieron los pescadores artesanales? Los profesores primarios del sur o del norte? Los y las temporeras? Los pirquineros? Los viejos mineros del carbón de Lota, allá donde la noche es brava? Los que batallan contra las forestales?
Hay que ir a buscar en los carteles que desde 1990 se pegaron para pedir y exigir un nuevo Chile. Allí están todos los asuntos postergados y promesas no cumplidas. Basta llegar a los pueblos abandonados y mirar sus casas y sus calles, incluso las preguntas son innecesarias, pero tienen que ir.
Se podría decir que esta generación con su Frente Amplio llega tarde para inventar el agua caliente, porque tampoco es amplio. Colocan el pecho para las balas, sí, pero que sean de plata. Dieron inicio al mismo recorrido de referentes anteriores. Ser partido nacional y tener más jugadores en sus bancadas, así, desde ese sacrosanto parlamento defenderán los derechos de los postergados. Una vez más se vuelve al viejo vicio que ellos condenan, llegamos para proponerles….algún día llegarán a escuchar.
Todos contra Piñera es buena frase pero no suficiente.
(1) Daniel Matamala. PODEROSO CABALLERO. El peso del dinero en la política chilena. Ed. Catalonia. 2015