Noviembre 16, 2024

Francisco de Miranda y Rodríguez/1750-1816: Precursor de la Independencia del Continente Americano

A más de 200 años, “la Madre Patria”, la España monárquica profunda, se niega a devolver los restos del héroe de la Independencia Americana y General de la Revolución Francesa.

 

 

En la lucha de los Pueblos, las ideas progresistas y solidarias, como el Padre sol, iluminan  primero las cimas a los predestinados –los que hacen Historia-  a crear y propagar las ideas que más tarde se han de convertir en fórmula salvadora de los Pueblos. Pero esa singular grandeza de los destinos  manifiestos de los Seres Humanos, no la obtienen gratuitamente: Al precio de la incomprensión, del desdén, de las injusticias, de la traición y las felonías de sus contemporáneos, aliados y camaradas, tienen que pagar el don de su genialidad y el coraje en su lucha por sus ideales y sus sueños. La prueba suprema de lo que afirmo ocurrió cuando el general De Miranda y Rodríguez, traicionado por sus compatriotas, es entregado a los españoles, sus enemigos jurados. Los esbirros de la parásita monarquía española le prometieron la vida y la libertad a cambio de que renunciara a la revolución y en especial a la lucha por la Independencia de las Colonias Americanas. Consecuente con sus ideas, rechaza indignado estas promesas. Torturado, prefirió morir de pie, antes que sobrevivir rastreramente de rodillas. Así coronaba su extraordinaria existencia, este admirable hijo de la Patria Continente Americana, sin que el Vaticano ni la monarquía franquista de la España profunda, hayan devuelto sus restos a más de 200 años. Ni siquiera han tenido la decencia, la honestidad de informar el lugar donde fue enterrado: El primer desaparecido de la “Madre Patria”, la España Monárquica Franquista.

En una apretada síntesis, señalaré aspectos de la lucha de este maravilloso Ser Humano, fundamental en el movimiento preparatorio de la liberación del Continente Americano. Nació, el 28 de Marzo de 1750, su padre Don Sebastián de Miranda Ravelo y su madre Francisca Rodríguez de Espinosa, caraqueña, su esposo, capitán de un Batallón de Milicia. Ambos son considerados criollos por la odiosa aristocracia española.

Una desagradable situación familiar, fue testigo el joven Francisco, el Comandante Nicolás de la Puente y el Capitán Martín Tobar le pusieron un pleito por el hecho de llevar en público el uniforme y las insignias, que como criollo, no tenía derecho. La querella enconada a tal extremo, llegó hasta el rey, quién falló a favor del Padre de Francisco. Como era usual en las colonias españolas, la voluntad del rey se obedecía, pero no cumplía. Para ahorrarle un desaire a su vástago, don Sebastián lo envió muy joven a España. Francisco, que recientemente había terminado sus estudios universitarios en Caracas, con la herida abierta del orgullo, consciente cuan ingrata y odiosa  era la aristocracia con sus menosprecios de castas vanas, con los criollos, no lo olvidará jamás.

En Madrid, compra un despacho de capitán, y entra al servicio militar de la monarquía, sin descuidar sus estudios de matemáticas e idiomas.

En 1774, en la Toma de Melilla, tuvo el joven capitán, destacada participación en la captura de la ciudad marroquí. Solicita una justa recompensa, pero no es atendida. En 1780 pasa a cuba como edecán del General Juan Manuel Cagigal, quién había sido nombrado Jefe de la Expedición contra Inglaterra en las Antillas.

Francisco de Mirando y Rodríguez, nombrado Teniente Coronel.

La campaña contra Inglaterra en el Continente Americano, constituyó la más grande torpeza de España en el Siglo XVIII. España apoyó con armas y hombres a los insurrectos del norte. Militar destacado en esta campaña fue Francisco de Miranda y Rodríguez, quién en 1781 como premio a su valor en la Toma de Panzacola/Florida, conquistó el grado de Teniente Coronel. Al criollo/venezolano que había combatido por la libertad de los Estados Unidos, a su genialidad, no se escaparía la idea de la liberación del Continente Americano en general y de su querida Patria Venezuela en particular, con la ayuda de una potencia enemiga de España. Inglaterra.

La vasta cultura y los amplios conocimientos idiomáticos del Teniente Coronel de Miranda y Rodríguez –hablaba y escribía muy bien el inglés, el francés, el latín y el italiano-,  le convirtieron en el oficial de enlace entre las tropas angloamericanas, las francesas y las españolas, dándole un rango y una distinción que exasperaba la envidia de la inculta oficialidad española. La envanecida soberbia de la oficialidad española lo lanzó como presa en las garras de la malquerencia. Sus colegas de arma tramaron toda suerte de calumnia, lo acusaron de admirar a los ingleses y de ser enemigo de la religión. Su jefe, el general Cagigal, que lo estimaba de veras y conocedor de la inocencia del criollo, lo protege y logra embarcarlo con rumbo a Estados Unidos. Pasa algún tiempo en Carolina del Sur, y el 1784, llega Nueva York. El mismo año viaja a Inglaterra. En Londres se entera de que su defensor, el General Cagigal ha sido encarcelado. Le escribe al Rey de España solicitando lo exonere del empleo y del rango que tiene en el Ejército Español, y que le reembolsen sus pagas atrasadas. Le lanza el guante a la monarquía parásita española. El general precursor de la Independencia Americana acaba de nacer en este instante y ya no descansará el gran revolucionario, Maestro de Libertadores – El General Libertador de Chile, Bernardo O’Higgins Riquelme, fue su predilecto discípulo- en su lucha emancipadora del Continente Americano en general, y de su Patria Venezuela en particular.

El general Libertador Francisco de Miranda y Rodríguez, viaja a través de Prusia, Francia, Rusia, Austria, Italia, Suecia, Turquía, etc. durante cuatro largos años, informando y solicitando ayuda a los países amigos para/por la Independencia del Continente Americano. Con el caudal de los conocimientos adquiridos durante estos años de viajes  y con casi 40 años de edad,  háyase en capacidad de acometer la titánica empresa de libertar el Continente Americano.

 

En 1790 inicia negociaciones con el Primer Ministro Inglés Pitt. Inglaterra y España en conflicto era una coyuntura que el General de Miranda y Rodríguez aprovecharía para formular sus planes al representante inglés. Con inteligente discreción le señaló que a España nada le unía, y que su lucha era por la Independencia del Continente Americano: “En esta lucha, él sabía dónde estaba el corazón de España y cómo había que golpearlo”. Pero no sólo golpearlo, sino arrancarle al mismo tiempo las maravillosas riquezas. En ningún momento compromete la soberanía de los países emancipados, pues este admirable librepensador jamás intentó que se cambiara la servidumbre, sin que se conquistara la libertad en cambio de valiosas concesiones comerciales. El alcohólico ministro Pitt, tramitó al General de Miranda y Rodríguez, le pidió un memorándum, pero no termina de concretar nada. El General precursor de Mirando y Rodríguez abandona Londres en 1791, marchándose a París. La estrella libertaria de la Revolución Francesa apunta su nacimiento esplendoroso y a ella el genial precursor de la Independencia Americana, confía su destino. Petion, Brisot, Gensone y demás girondinos, recibieron al General de Miranda y Rodríguez con los brazos abiertos, eran conscientes que el triunfo de su Partido, la Gironda, radicaba en tener un gran Jefe Militar que no sólo hiciera frente a la Europa Monárquica, coaligada en contra de la República Francesa, sino que fuera capaz de imponer el orden y el Derecho en el interior, y como lo acentuó el genial Victor Hugo, saludaron en el General de Miranda y Rodríguez a la espada de la Gironda revolucionaria.

 

El General precursor De Miranda y Rodríguez, sabía que la Revolución Francesa era un hecho consumado que más temprano que tarde tenía que asumir toda Europa y el continente Americano, pues su influjo en el mundo era incontenible. Pero al entrar al servicio de la Gironda, impone sus condiciones: proteger la emancipación del Continente Americano y atender sus asuntos económicos en el marco de la Revolución Francesa y sus derechos del ciudadano.

Este ensayo solicitado por la Fundación Cesal e.V./Berlín/DRR, me impide extenderme más ampliamente para estudiar al General precursor De Miranda y Rodríguez, sino también al genio militar de la Revolución Francesa y conocer pormenorizadamente como este americano genial alcanzó la gloria sin par de que su nombre se destacara en aquella guerra revolucionaria hasta haberlo grabado –es el único militar del Continente Americano- en el arco del Triunfo de la ciudad luz. Biógrafos del General de Miranda y Rodríguez consideran muy difícil, hasta imposible resumir en algunos capítulos la trayectoria de este genio militar de la revolución francesa y del Continente americano.

 

En 1791, el General de Miranda y Rodríguez fue reconocido por el Ejército Francés, con el grado de Mariscal de Campo, en dos semanas entra en acción con dos mil soldados a su mando, apoyado por unos pocos cañones y baten en retirada a seis mil jinetes. Es la primera vez, que los trabajadores franceses, parisienses armados, hacen retroceder al Ejército del Rey de Prusia. La Convención escuchó y aplaudió de pie e sesión pública la lectura de los despachos que relataban las victorias “del español”, nombre con que se le conocía en el Ejército Francés al General de Miranda y Rodríguez, “al frente de los soldados franceses que llevaban todos la Patria en el corazón y la libertad en el alma”: acentuaban. Tal fue su estreno en los campos de batalla europeos. La Batalla de Valmy es reconocida como la más extraordinaria por la libertad, que tuvo como testigo presencial al genio universal Dr. W. Goethe, quién puntualizó: “En este día y en esta hora, comienza una nueva historia Humana”, luego viene la campaña en Bruselas, la de Holanda, etc., lugares que supieron de su frío heroísmo como clasifica Michelet, el coraje, la intrepidez del General de Miranda y Rodríguez.

Lo más admirable del General precursor de la Independencia del Continente Americano, es que jamás olvida en medio de esa tormenta, la Revolución Francesa, su juramento libertador, junto con los despachos de campaña y los partes de victoria, mantiene una abrumadora correspondencia con los criollos comprometidos con la lucha independentista en todo el Continente Americano que como él soñaban con la liberación de América.

Enfrascado en la cíclopedica tarea militar, el General de Miranda y Rodríguez no había presta atención a las intrigas que iban tejiendo a su espalda los traidores rastreros de siempre, al servicio de quién les paga más. Estas mezquindades ocurrían en América y en Europa. En el Continente Europeo financiadas por las parásitas monarquías contrarias a la Revolución Francesa. El 25 de Marzo de 1793, una orden de presentarse en Paría, a la barra de la Convención, dejó en claro la acción de zapa de los pragmáticos contemporizadores y sus enemigos al servicio de los detractores de la Revolución Francesa. El Tribunal de Salubridad Pública pretende cuestionar la intachable conducta de General de Miranda y Rodríguez, teniendo como base las mentiras e intriga de la mengua de oportunistas antes señaladas, el digno General de Miranda y Rodríguez no se acobarda un solo instante, con una dialéctica admirable destruye toda las intrigas que hace que hace reconocer a su abogado defensor que su labor profesional no era necesaria. Para probar su amor a la libertad, la igualdad y la fraternidad les relata a los jueces del Tribunal sus luchas por ellas, sin términos medios en todos los rincones del mundo. El General de Miranda y Rodríguez fue absuelto, sacado en brazos y paseado en triunfo…

En estos momentos de magnificencia, su pensamiento más que nunca está en el destino del Continente Americano. Toma conocimiento directo con muchos criollos que como él creen y se comprometen con la lucha manifiesta del continente Americano. Las noticias que traen de las colonias son excelentes, los Pueblos Americanos están preparados para obtener su Independencia, y solo esperan un pequeño apoyo externo para conseguirla. Sin lugar a dudas, la amistad del General precursor de la Independencia Americana de Miranda y Rodríguez, con el General Libertador de Chile, Bernardo O’Higgins Riquelme, fue la del maestro –maestro es el formador del Ser Humano y de su consciencia social- con su más distinguido discípulo. Dos aspectos de esta fraternal amistad entre el maestro precursor de la Independencia Americana y su discípulo, el General O’Higgins Riquelme, me referiré brevemente: El primero dice relación con la Logia Masónica Lautaro, algunos “historiadores oficiales” afirman que no fue creada por el General Miranda y Rodríguez, sino por el General Libertador de Argentina José de San Martín. Al igual que el presidente de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens, yo soy de opinión que la clave está en el nombre de la Logia Lautaro. El General de Miranda y Rodríguez, no conoció ningún chileno antes de su discípulo Bernardo. Así como el maestro De Miranda y Rodríguez le cuenta la historia del asesinato del arquitecto Hiram, investigado por el rey Salomón, su discípulo Bernardo le comentó la vida de Lautaro y le explicó los poemas de Ercilla y Zuñiga relacionados con la lucha del Pueblo Mapuche. Es casi desconocido por los “historiadores oficiales” que, el discípulo Bernardo tuvo compañeros de estudios en Chile a hijos de caciques del Pueblo de Lautaro, habla muy bien el idioma de este digno Pueblo indígena, lo que permite concluir que, a pesar de “los historiadores oficiales”, el maestro de Miranda y Rodríguez y su discípulo Bernardo, tuvieron participación directa en la creación de la Logia Masónica Lautaro. A una pregunta de su discípulo Bernardo del  por qué el uso de guantes blancos en la Logia Masónica, el maestro de Miranda y Rodríguez le contestó: “para ser miembro de la logia masónica hay que tener una vida impecable y las manos muy limpias”.

El segundo aspecto que deseo comentar, dice relación con el documento de despedida del Maestro de Miranda y Rodríguez a su discípulo Bernardo, “Consejos de un viejo americano del sur, a un joven compatriota al regresar de Inglaterra a su país natal”.  Traducción al español de la señora Gerda Böttcher, directora de la Revista “Latinoamérica un Pueblo Continente”, Berlín/DDR/1977.

“Mi joven amigo, el chovinismo, el racismo y fanatismo de los españoles son terribles, manténgase, pues siempre lejos de ellos.

La juventud es la edad de los  solidarios y ardientes sentimientos. No permita que jamás se apodere de vuestro ánimo ni el enojo ni la desesperación, pues si alguna vez los permite, la impotencia le impedirá servir a vuestra Patria. Amor a vuestra patria. Sólo el más ardiente amor por ella, podrá sostenerle en vuestros esfuerzos por su felicidad”.

“Historiadores oficiales”, Francisco Encina entre otros, han sostenido que el General Libertador de Chile, Bernardo O’Higgins Riquelme, era un incondicional del General Precursor de la Independencia Americana De Miranda y Rodríguez, era su socio menor entre sus amistades. En la síntesis del documento de despedida del maestro a su discípulo, se rechaza este criterio despectivo con el Padre del Patrias Chilena, el General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme, señalado por los “Historiadores oficiales” al servicio de la oligarquía agrícola/citadina.

Como colofón, al documento/consejo del General Miranda y Rodríguez, afirmo que poco tiempo después de la llegada de Bernardo a España, en Cádiz, de regreso a Chile, surgió una rama de la Logia Masónica Lautaro en esta ciudad española. Evidentemente con el apoyo del General precursor de Miranda y Rodríguez y del General Libertador Chileno O’Higgins Riquelme.

Convención por la determinación de Independencia del Continente Americano.

La perseverancia, la constancia y la firmeza del General precursor Francisco de Miranda y Rodríguez culminó con la aprobación de la Convención por la Independencia del continente Americano el 22 de Diciembre de 1797, en París, en su departamento de la Rue Saint Honoré. Los representantes de la Revolución de toda América, los diputados de la América Meridional  aprobaron el Acta o Convención que precisaba la voluntad de Independencia del Continente Americano. Este histórico documento publicado en el tomo XV del Archivo General Francisco de Miranda y Rodríguez es demasiado extenso para ser reproducido en este ensayo, pero en él consta que Comisarios diputados de las villas y provincias del Continente América antes el General Francisco de Miranda y Rodríguez, antiguo General de la Revolución Francesa y nuestro principal regente, le ratificamos los plenos poderes, no sólo para que él siga deliberando sobre el estado de anteriores negociaciones hechas  con Inglaterra en diferentes épocas en favor de nuestra Independencia Continental, sino para abrir nuevas negociaciones… Con este instrumento pensó en General precursor de Miranda y Rodríguez lograría el apoyo de sus planes del mismo Napoleón Bonaparte. Pero como será una constante en la Historia del Continente Americano, la aristocracia terrateniente apátrida/parasita de ayer y más tarde la oligarquía empresarial agrícola citadina y su mengua de tartufos burgueses pragmáticos contemporizadores siempre al servicio del capital buitre foráneo, constituyeron el principal obstáculo en la independencia política y económica del Continente Americano.

Como colofón, los americanos tenemos siempre presente las reflexiones del Maestro libertador Lic. Benito Juárez García “El triunfo de la plutocracia/oligarquía empresarial agrícola citadina y sus burgueses tartufos/clase media, es moralmente imposible”. Lo subrayado es del suscrito, porque “la historias la hacen los Pueblos, y más temprano que tarde los Pueblos latinoamericanos harán la suya”.

 

Con esperanza y memoria.

 

Prof. Moreno Peralta/IWA

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

P.S: IWA, significa que el Prof. Moreno Peralta/IWA es miembro de la Asociación Internacional de Escritores de los Estados Unidos.

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