Alejandro Guillier habló duro por primera vez al amenazar con retirarse de la primaria de la Nueva Mayoría si la DC decidía ir sola con su flamante candidata Carolina Goic a la primera vuelta presidencial. Y El Mercurio en su editorial se aprovechó del pánico para etiquetar al Frente Amplio como “la izquierda más extrema” (*).
Guillier se refirió a la NM como si fuera un Ovni para los chilenos. El candidato dejó entender que ésta aun podría ser una “coalición seria” con ínfulas de “renovarse y ampliarse”, además de ser capaz de “refundarse”. Y nada de “retroexcavadoras”, dijo el senador y precandidato radical de quien no se conoce ninguna propuesta. Es lo que nos cuenta El Mercurio.
Lo primero y lo segundo no se lo cree nadie al candidato del PRSD. La NM está herida en el ala después de su fracaso en llevar adelante tibias reformas que así y todo la DC torpedeó sistemáticamente. Lo tercero, la referencia a la bravuconada del senador Quintana, es para demostrar que él (Guillier) es un moderado y que El Mercurio debe comenzar a hablarle bien de su candidatura a la oligarquía empresarial. Y que ésta puede zafar de Piñera, quien expone demasiado el perfil corrupto de los patrones chilenos y, en un presunto gobierno generar con su sola presencia una nueva ola de protestas sociales ambientalistas, estudiantiles, feministas y, esta vez, anticorrupción.
El diario de Agustín presentó primero a Guillier aquejado de “debilidad insólita para quien ha trepado tan alto en las encuestas”, para después abrirle la mano y agregar que “no obstante, en sus apreciaciones, habría una cuota mayor de realismo que de inseguridad”.
El Mercurio dice que Guillier no es una amenaza. Es lo contrario pues ve un “riesgo” en todo lo que huela a izquierda. ¿Y cuál sería el riesgo en cuestión? Aquí el portavoz de la derecha pronostica y muestra la hilacha: “Es la posibilidad de izquierdizar su imagen del todo […] que el PC se cuelgue de él para combatir la grave amenaza que le representa la irrupción del Frente Amplio desde la izquierda más extrema”.
Guillier sigue siendo un periodista de la actividad política y no un político que demuestra conocimientos y voluntad por responder a los problemas de los chilenos. Sus volteretas (no sabe lo que firma) lo muestran sin columna vertebral.
Va a la rastra de los hechos. Es más fuerte que él. Se baraja con frases vacías del estilo citado más arriba.
¿Qué hará Guillier en los meses que vienen? lo mismo que hizo el comando de Bachelet con Peñailillo y Arenas (aparte de pedirle platas a Julio Ponce Lerou y a la brasileña OAS). Es decir analizar los programas que se presentan y adaptar el suyo, consensuar con la DC y prometerle ministerios; mostrarle pleitesía a las patronales SOFOFA y CPC y garantizarle el gozo de los privilegios y prebendas del Estado a la casta política de la Nueva Mayoría. Además de coimas, cohecho, negociados y fraudes al fisco.
Para el editorialista de El Mercurio es el comienzo de una campaña contra el Frente Amplio. “El Decano de la prensa nacional” no perdió la oportunidad para etiquetarlo de “izquierda más extrema”. La razón: después del triunfo de Jorge Sharp en la elección a la alcaldía de Valparaíso, gracias a la unidad de un conjunto de diversas fuerzas sociales y políticas, el diario de Agustín Edwards y vocero de la oligarquía ve con mucha preocupación que el Frente Amplio repita la experiencia victoriosa y reúna a demócratas, antineoliberales y anticapitalistas en un solo bloque y que se legitime por lo mismo.
El Mercurio no puede concebir que amplios sectores sociales hastiados confíen en quienes levanten una propuesta para luchar contra la corrupción y el modelo neoliberal de los grandes poderes económicos. Que esto se lleve cabo con un programa claro, sensato y sin tecnicismos. Que el Frente Amplio responda con su programa a las necesidades sociales del pueblo de Chile y haga elegir a sus candidatos.
Por Leopoldo Lavín Mujica
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(*)http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2017-03-12&dtB=12-03-2017%200:00:00&PaginaId=3&bodyid=1