El asesinato de la líder indígena y ambientalista Berta Cáceres, perpetrado el 3 de marzo de 2016, fue planeado por especialistas de inteligencia militar del gobierno de Honduras vinculados a fuerzas especiales entrenadas por Estados Unidos, revelaron documentos de una corte del país centroamericano, informó este martes el diario británico The Guardian.
Cáceres fue asesinada en su propia casa pese a estar bajo protección debido a amenazas de muerte que recibió por oponerse a la construcción de una presa hidroeléctrica de la empresa Desarrollos Energéticos SA, con conocidos nexos con el ejército. El asesinato de la activista, quien recibió el premio Goldman en 2015 por su labor ambientalista, fue condenado por la comunidad internacional.
Hasta ahora ocho hombres han sido arrestados por su relación con el crimen, incluidos dos militares retirados y el oficial activo Mario Díaz, quien fue dado de baja del ejército y niega estar involucrado en el asesinato.
Documentos de la corte, así como el historial militar de Díaz, que obtuvo The Guardian, revelan que el militar condecorado por las fuerzas especiales fue nombrado jefe de inteligencia del ejército en 2015 y ascendido a teniente coronel tras el asesinato de Cáceres.
Giovanny Bustillo, otro de los sospechosos, fue compañero cercano de Díaz en el ejército y ambos recibieron entrenamiento militar de Estados Unidos y mantuvieron contacto después de que Bustillo se retiró en 2008.
Un tercer sospechoso, el sargento Henry Javier Hernández, fue francotirador de las fuerzas especiales que trabajó bajo comando de Díaz, y los fiscales creen que también fue informante del departamento de inteligencia del ejército en 2013.
Existen pruebas de que Bustillo y Hernández visitaron repetidamente La Esperanza, localidad en que radicaba Cáceres.
Una fuente legal cercana a la investigación declaró a The Guardian: el asesinato de Berta Cáceres tiene todas las características de una operación bien planeada diseñada por la inteligencia militar, donde es absolutamente normal contratar a civiles para perpetrar asesinatos
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Agregó: es inconcebible que alguien de su alto perfil, cuya campaña la convirtió en un problema para el Estado, pueda haber sido asesinada sin al menos una autorización implícita del alto mando militar
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El ministerio hondureño de Defensa ignoró repetidamente llamados de The Guardian para dar su postura sobre el tema