En otros tiempos la foto lo hubiera mostrado llegando a caballo con la Biblia en una mano y la otra empuñando la espada. Rezándole al oído a Pedro de Valdivia. No habría dudado estar en la fila de adelantados que pedían tierra y mano de obra para que su fortuna de los primeros pasos. Se habría olvidado del celibato.
La iglesia en Chile desde ya bastante tiempo camina sin hacer ruido. No se propone para mediar entre los conflictos humanos por razones éticas y morales. No aceptó que la justicia de los hombres investigara sus deleznables delitos cometidos, y no solo en Chile, sino que en todos los lugares de este planeta. Tiene más peso un versículo de la Biblia, que un cura pedófilo frente a un tribunal. Poca luces hay entre las catedrales, todo es sencillo. Los que habitan templos y seminarios debieran vivir una vida sexual plena sin prejuicios. El agua del mar no se hará más salada si un cura reconoce que viviendo su homosexualidad es feliz y perfectamente predicar la palabra del eterno ausente.
Están los Legionarios de Cristo, que es una secta perversa/maligna y que instala colegios con internados para niños, como si de una crianza para sus placeres de sus autoridades eclesiásticas se tratara cuando llegue la hora. Así recorría sus pasillos Maciel, a quien Juan Pablo II lo condecoró y lo protegió sabiendo todos sus delitos, extremadamente documentados, delitos graves. Posiblemente el acarreo de almas no esté pasando por su mejor momento.
Sacerdotes y autoridades de naftalinosas sotanas han aparecido ante la opinión pública como una bandada de degenerados, abusadores y para que se sientan mejor, una fila interminable de pecadores absolutos en nombre de Dios.
Karadima es el mejor ejemplo de la forma despreciativa en el proceder de las máximas autoridades de la iglesia. Negarlo todo como si de un político corrupto se tratara. Lentos son sus procesos en los tribunales canónicos, con esa pausa que dicta a la medida de sus pecadores. Un menú en papel biblia, con penas dictadas que constituyen un acto violento a los que se ponen triste en Semana Santa. La oración dicen ellos, es la forma se sanarse del pecado. Y para otros asuntos bueno, para eso se pone y está la otra mejilla.
Poco aporte a la civilización han marcado en el curso de los siglos, Chile no está excluido, más bien lo que han dejado es negar tanta evidencia de tantos asuntos de profunda criminalidad, la dignidad y el conocimiento, esa batalla contra el perverso dogmatismo que hace el ejemplo de Giordano Bruno, y otros tantos que posteriormente la ciencia deja en evidencia.
Es el hombre con su espíritu libre quien se da la tarea de saber más. De buscar la luz real, medible y palpable, no ser presa fácil y entregar sus conocimientos a los dogmas, a la estrechez con que la iglesia mira al mundo, embaucadores, amenazando de infierno el paso por la tierra de los hombres, asustándolos con el fuego eterno.
Ezzati es un cura clasista, sostenedor de la fe que práctica la derecha, esa rancia y enemiga de derechos para las mujeres. Hay ciertas ocasiones en que uno esperara de este gobierno hubiera habido una voz, que hubiera tenido el valor de llevar como capellán de La Moneda al cura Berrios y cedió, los cruzados contemporáneos no defendieron de quien creé en el reino de Dios en la Tierra. Ezzati puso su palabra y la ganó. Allí quedaron algunos laicos mirando cómo se imponía la intolerancia y los intereses de una iglesia que es reflejo de un país dividido en clases sociales.
En los tribunales de justicia para los humanos, hay muchas causas donde la iglesia debe responder, especialmente por su concomitancia y su silencio cómplice. No se han conocido boletas y facturas ideológicamente falsas aún que tengan origen en el púlpito.
Y para que la memoria no se olvide, entre las andanzas del Nuncio Apostólico Angelo Sodano hace ya bastantes años, fue haber logrado que Juan Pablo II aparezca en un balcón de La Moneda, justamente en ese lugar con Pinochet cuya presencia santificó en lugar donde un hombre rindió su vida por y en lo que él creía, y claro, elegido democráticamente. El Papa rezó sus asuntos en la capilla que justamente Ezzati le negó a un cura decente.
Se dice que la Iglesia que da luz, es aquella que arde….
Pablo Varas
Escritor