Lejos están esos tiempos cuando un solo partido, y su candidato llegaba a la casa de los presidentes acompañado de otros algo más pequeños. Los tiempos cambian y estos han posibilitado que aparezcan nuevas orgánicas, nuevas propuestas. En el Chile actual hay espacio para que alguno intente individualmente la carrera de fondo, pero se le asegura una derrota. El PRO es un ejemplo y que además sumado al financiamiento partidario perverso de la familia Pinochet, termina por hacerlo desaparecer.
Las últimas elecciones presidenciales en nuestro país mostraron muchas cartas, incluso algunas de contenidos bastante parecidos entre ellas. Se pensó que en la batalla por la captura de votantes cada uno de sus candidatos era el más indicado, el que mejor decía las urgencias con sus respuestas. Todos manifestaban ser el representante de los desposeídos, los que no tienen monedas, los que quieren un país a escala humana, y otros extremadamente personalista, que andaban con una puerta en la mano para decir que tenían una casa.
No se pusieron de acuerdo. Todos querían que se baje el otro y que llamara a votar por él. Nulo valor se le dio a los esfuerzos y aportes de pequeñas orgánicas valientes y consecuentes, presentes siempre. Estuvieron también otros que eran solo ellos mismos y hablaban por otros que no eran de ellos. Yo seré el Estado dijo algún presidenciable. Soy el Rodríguez de estos tiempos, y los oyentes pensaban que eran espectadores de una una película vieja en blanco y negro, en el patio de El Peral.
La experiencia de llevar presidenciables fue de muy poco resultados, mala suma, pocos números, nadie los recuerda, les llegó el olvido. La patria no ardió por las cuatro esquinas como dice el bolero. No hubo intento de tomarse La Moneda. Al día siguiente y con los votos ya contados todos volvían a sus casas, como lo hacen los loros en los árboles en el sur cuando llega la tarde.
Hay constancia, evidencia y testigos que dan cuenta de intensas conversaciones para que ellos, RD y Autonomistas, que en esos momentos eran nacientes orgánicas, apoyaran algún proyecto presidencial, variado menú para los caballeros De nada sirvió contarles que más de 600 personas, durante un día, redactaron un programa de gobierno que se iniciaba con la nacionalización de las riquezas básicas. Se negaron, manifestaron que ningún presidenciable estaba ni daba la altura. No se sentían representados.
Sucede que los tiempos de campaña van siempre con horas atrasadas así que hoja vuelta y a seguir.
Presidenciables, lista parlamentaria, bastante menos popular se comienza a ver en sus primeros nombres. RD no reconoce derrota, se resiste y la niega, pero en Providencia perdieron, les ganó la derecha, eso es un plus, allí quemaron sus naves y en el Ministerio de Educación también.
Hay que aprender. Si se hubiera logrado un acuerdo para trabajar de la misma forma para ganar la Alcaldía de Valpo, hoy estarían dos diputados independientes en el parlamento, López y Farfán, pero no fue así, cada uno con su foto y su hueso enterrado.
No todo es leche derramada. Se hace necesario rescatar a todos aquellos que están en los rincones pidiendo el voto, hay que volver a enamorarlos pero ahora de verdad, vestirse de sencillos no es complejo, pero también es ropa prestada. Están los que por primera vez en su vida se sumaban a una campaña y salieron de cuerpo entero a pegar carteles o marcharon por las calles de muchos pueblos.
La memoria trae algo de las viejas prácticas trabajadas para ganar conciencias que estaba presente. Me llamo Salvador Allende y le pido el voto, así decía ese de los lentes, y caminaba por los cerros de Valpo cuando nadie daba un peso por su candidatura, y fue senador de la república.
Los viejos no dejaron futuro porque Chile es el mismo. El futuro no existe, linda palabra para hacer del discurso algo más encantador, pero el pobre sigue en su misma población. La patria tiene por mucho tiempo sus pueblos abandonados en el sur y en el norte, ahora sin agua, secos y quemados y por donde nunca pasa un tren. Ese es el Chile digamos más o menos contado. Hay tantas urgencias a las que dar respuesta y que es casi como una lista de útiles de colegio.
Boric, Giorgio, guardaron silencio en las últimas presidenciales, y existe también la posibilidad que en ese menú no este el esperado representante o sencillamente porque no se cree en las elecciones. Boric y Giorgio en su derecho no más estaban, pero si se colocan bajo el arco deben soportar los penales, y sin llorar. Vallejos declamaba en la plaza del pueblo que no sería la vocera de la Michelle, y finalmente se vistió de guaripolista, ahora busca una piscina más llena. Chile no es un país tan malo para que se les castigue de esta manera, digamos merece un trato algo más ético, con algo más de consecuencia e historia.
El Frente Amplio, con sus principales rostros televisivos viene a proponer una nueva carrera, otro intento, un nuevo esfuerzo. Nadie mira los miles que fueron dejados en el borde del precipicio afirmados con sus banderas. Abandonados por tres años como si el calendario del hambre tuviera hojas sabáticas.
El Frente Amplio, que tampoco es lo amplio que se necesita, será nuevamente un instrumento electoral, sencillamente presidencial/parlamentario. Gastarán las gargantas diciendo que ahora llegó la hora tan esperada. Somos diferentes, no hemos dado boletas, encarnamos el cambio y una nueva forma de hacer y construir política, pero esto ya es sopa recalentada. Muera lo viejo, todos los sillones y poltronas al fuego. La historia de la patria no se inicia en 1990, una parte importante tiene su origen desde el 12 de septiembre de 1973, hasta hoy.
Chile tiene monstruos propios en su interior, con ellos se habita, no hay que ir a buscarlos muy lejos. Un sector político/económico/uniformado UDI/RN, que controla con el beneplácito del parlamento la patria y sus dineros. Una socialdemocracia DC/PPD/PC/PS/PRSD sin respuestas concretas para un país en crisis profunda, y ahora un nuevo instrumento que convertido en trampolín desaparecerá pasadas las elecciones, como lo hacen los loros en las tardes cuando vuelven a los árboles, ahora más viejos, y que se salvaron de los cazadores.
Pablo Varas
Escritor