Donald Trump nominó este martes por la tarde al juez Neil Gorsuch a la Suprema Corte de Justicia, con lo cual el presidente y su partido están a punto de conquistar las tres ramas del gobierno federal.
Gorsuch, quien ha sido juez federal durante una década, tendrá que ser ratificado por el Senado y, con el clima de extrema tensión que ahora prevalece en Washington desde el arranque de la presidencia de Trump, se espera la mayor batalla política de esta nueva presidencia.
Los republicanos obstaculizaron la ratificación del nominado de Barack Obama en un periodo récord, con la esperanza de que llegaría un presidente republicano y con ello cambiar el equilibrio de poder entre los nueve jueces. Los demócratas han dejado claro que no perdonarán esa obstrucción y por lo tanto se espera una pugna prolongada.
Gorsuch está nominado para ocupar el puesto que ha permanecido vacante desde la muerte del juez conservador ortodoxo Antonin Scalia, hace casi un año. Gorsuch representa la extensión de la ideología de Scalia, con una interpretación literal de la Constitución y una visión conservadora.
Si es ratificado, el ala conservadora del tribunal supremo del país recuperará su mayoría de cinco a cuatro (aunque ese equilibrio no es automático y a veces hay resultados sorprendentes). Con ello, los republicanos en los hechos habrán capturado la Casa Blanca, el Congreso y la Suprema Corte.
Eso tendrá consecuencias dramáticas y perdurables para una serie de asuntos y temas políticos pendientes, desde la defensa del derecho al aborto, los derechos de la comunidad LGBT, los derechos civiles y del voto, hasta la inmigración y la legalización de drogas, entre otros temas fundamentales.
El anuncio fue realizado al estilo de un programa de concursos combinado con un reality show, Trump programó el anuncio de su candidato en hora pico y logró que fuera transmitido en vivo por los medios nacionales. Poco antes de revelar el nombre, invitó a los dos finalistas
a la Casa Blanca, justo como si fuera el episodio final de un concurso.
Trump llegó al podio de la Sala Este y recordó que seleccionaría el mejor juez de todos
, y con ello declaró al ganador de tal título: Gorsuch. Lo invitó a subir a su lado con su esposa, preguntando al público: ¿Fue una sorpresa, lo fue?
(aunque no hubo corona o rosas). El perdedor no apareció en la fiesta.
Algunas cosas no cambian: hasta ahora todos los jueces de la Suprema Corte han egresado de la escuela de leyes de Harvard o Yale. Gorsuch es de Harvard (aunque también hizo trabajo posgrado en Oxford) y es de la misma generación de Barack Obama.
Opositores ya habían programado una protesta frente a la Suprema Corte esta noche para exigir que el Senado no ratifique las propuestas políticas anticonstitucionales de Trump.