Los chilenos viviremos la más peligrosa situación entre el 19 de noviembre y el 17 de diciembre de este año 2017 que recién da sus primeros pasos y balbuceos. En ese lapso se producirá, primero, el domingo 19 de noviembre, la elección presidencial para el período 2018-2022, conjuntamente con las elecciones parlamentarias y la de consejeros regionales.
Si hubiese necesidad de segunda vuelta en la elección presidencial, ella se efectuará el domingo 17 de diciembre. Todo esto huele a peligro, más aún si se considera que las “primarias” –de haberlas- deberían efectuarse meses antes, el domingo 2 de julio.
Seremos los responsables directos e inexcusables de una acción que puede resultar beneficiosa o altamente lesiva para los intereses del país. Antes de explicar el por qué de tamaña afirmación, tenga la bondad, amigo lector, de echarle una ojeada a los siguientes números.
Un total de 1 millón de dólares al año destina Chile como gasto por cada parlamentario. La cifra se obtiene dividiendo el total que asigna la Ley de Presupuestos al Congreso Nacional por cada uno de los integrantes del poder legislativo, que hoy está conformado por 120 diputados y 38 senadores, aunque una nueva ley incrementó estos números. Así, a partir del próximo año 2018 los diputados aumentarán de 120 a 155 y los senadores de 38 a 50. Chile, entonces, destinará un total de 163 millones de dólares anuales (US$ 163.000.000), en su ley de Presupuestos, al Congreso Nacional. ¿Ve? Poco más de un millón de dólares al año por cada “honorable”.
¿Y los Consejeros Regionales o ‘CORES’, cuántos son y cuánto ganan? Hasta hace algunos años, el consejo regional era nombrado por los concejales de los municipios de una región actuando como colegio electoral, pero ahora son electos a través del voto de la ciudadanía. Chile, como es sabido, tiene un total de 15 consejos regionales, uno por cada región. Todos ellos eligen un total de 278 consejeros regionales, electos por cada circunscripción provincial de cada comuna.
Ya, perfectamente claro, pero, ¿cuánto dinero recibirá mensualmente cada uno de esos consejeros regionales o cores? Antes recibían $600.000 mensuales aproximadamente, pero una nueva ley aumentó esa cifra a $1.300.000 mensuales. Esto, sin contar la danza de millones de pesos extras que tales ‘autoridades’ gastan en viajes, viáticos y similares.
Entonces, a partir del año 2018, ¿cuánto gastará el país financiando directamente a esos 278 consejeros regionales? Multiplique ese número por 1.300.000 (que es la ‘dieta’ máxima que cada core puede recibir mensualmente), y el total que obtenga de esa operación multiplíquelo por 12 meses. Si su calculadora es de las buenas, le entregará la friolera de millones que Chile destina como pago por los servicios de estas autoridades regionales.
Sumando y sumando, se trata finalmente de una cifra que podría superar los 300 millones de dólares anuales que usted, yo, él y todos los demás que habitan este territorio en calidad de ciudadanos, deberemos asignarles a las autoridades mencionadas. Es dinero del Presupuesto de la Nación, lo que en buen romance significa que allí también está la plata que usted y todos pagamos al fisco en calidad de impuestos varios.
Y ojo, ¿eh? Mire que no hemos querido mencionar los dineros entregados por el país a concejales y alcaldes, como tampoco hemos gastado palabras alertando que muy pronto los Intendentes (se llamarán Gobernadores Regionales) serán también electos por el ‘respetable’, lo cual no queda exento de laos cuidados que deberemos tener al momento de designarlos democráticamente ya que junto a ese sufragio van adheridas también gruesas sumas de dinero en calidad de financiamiento.
¿Qué usted no es buen administrador? ¿O que yo soy malito en esto de los números, y que poco o nada entiendo de la metafísica de la economía? ¿Y usted cree que eso le importa al fisco, al legislador y al dueño de la macana bolichera? Para nada. Usted vote, sufrague y deje en manos de esos iluminados el destino del país en lo económico y en lo infraestructural. Vote callado y sonriendo, luego, olvídese del asunto y no ande después jodiendo la pita con reclamos y críticas al boleo. Si no le gustó la persona a la que decidió entregarle la administración de ese enorme capital de dinero fresco, espere cuatro años y vote por otro… pero no joda. Así está estructurada esta peculiar democracia protegida donde las instituciones funcionan (ya sabemos que lo hacen siempre hacia un solo lado, que no es el suyo, ni el mío).
Por eso, no se haga líos con aquello de analizar en demasía a quién le entregará su sufragio. Vote por quien vote, usted estará eligiendo más de lo mismo, o si prefiere, a un igual de los iguales, es decir, a otro más del lote que las tiendas partidistas le presentan como ‘alternativas’. En este caso, lo que se quiere dejar establecido es que los candidatos de la sociedad del establishment no tienen diferencias sustantivas en lo ideológico, son todos pro neoliberalismo, pro corrupción, independiente de que ellos militen en tiendas aparentemente disímiles, como la UDI, PDC, PS, PRSD, RN, Amplitud, PPD, Evópoli, etecétera. Así ha quedado claramente demostrado en estos 26 años de administración duopólica.
¡Entonces, por supuesto que este año 2017 estaremos en peligro! Eso es indudable. Y el peligro lo provocaremos nosotros, lo financiaremos nosotros, y lo sufriremos nosotros. Es peligrosa nuestra responsabilidad, más aún si con nuestro silencio y quietud abonamos que lo comentado en estas líneas siga sucediendo gracias a nuestra dejación, flojera, comodidad o como quiera que se llame en política esa actitud de desgano que nos ataca durante 345 días cada año.
Por lo menos, acá en mi barrio campesino, ya estamos de acuerdo en construir una especie de confesionario al que haremos entrar a parlamentarios y consejeros regionales para que respondan nuestras preguntas relativas al uso de las platas, a las formas en que se utilizaron y a los proyectos que con ellas financiaron.
Puede que ello parezca ser solamente un tiro al aire… pero algo es algo y por allí comenzaremos.