Noviembre 17, 2024

En Río, funcionarios sin salarios hacen cola por un paquete de alimentos

En el decimotercer piso de un  edificio del centro de Rio de Janeiro, las donaciones no dejan de llegar: son  productos de primera necesidad para los funcionarios de este estado al borde de la quiebra que ya no paga a sus asalariados ni a los jubilados.

 

 

Celia Moitas Pinto y su hermana acuden cargadas con dos grandes bolsas. Han  venido por “solidaridad”. Una de ellas es funcionaria de la justicia y recibe  su sueldo gracias a que el presidente del tribunal desbloqueó un fondo  especial, una suerte que no han corrido los empleados de la educación y la salud, sin salario desde noviembre.

“Hay recesión en todo el mundo, pero aquí es el resultado del robo y la  corrupción”, afirma Celia, que a sus 71 años asegura estar “indignada” y “ahora  avergonzada de ser brasileña”.

El exgobernador de Río en los años de bonanza, Sergio Cabral (2007-2014),  está detenido desde noviembre por haber desviado presuntamente decenas de  millones de dólares de obras públicas, entre ellas las de la reforma del  estadio Maracaná.

Semanas después, la policía arrestaba también a su mujer, acusada junto a  él de corrupción, lavado de dinero y asociación criminal.

La justicia congeló parte de los bienes de Cabral que, mediante la  concesión de beneficios fiscales a ciertas empresas, “contribuyó a la crisis  financiera que devasta al estado”, según critica Celia.

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