La masiva llegada de haitianos a Chile en los últimos meses puso en jaque a las autoridades de este país, que abrieron una investigación a una línea aérea y volvió a brotar el tema de la migración en la sociedad local.
Si en la década de 1980 y mediados del 1990 no era habitual observar en las calles de Santiago a personas de raza negra, en la actualidad el panorama es otro y algunos barrios de la zona centro de la capital tienen una gran presencia de migrantes.
Los extranjeros, gracias a la legislación vigente, pueden regularizar su estatus migratorio desde la calidad de turista a residente si poseen un contrato de trabajo, por lo que poco a poco han ido ocupando algunos oficios donde ganan el sueldo mínimo.
Expendedores de gasolina, obreros, carpinteros, aseadores y jardineros son algunos de los trabajos donde ahora es habitual ver a personas de raza negra, quienes ven a Chile como un lugar ideal para surgir y juntar dinero para traer a sus familias.
La mayoría de ellos gana el sueldo mínimo, unos 388 dólares, más propinas (si el trabajo las contempla), parte del cual es enviado a sus países de origen o ahorrado para comprar los pasajes aéreos que les permita a sus familiares directos llegar a Chile.
La existencia de este verdadero “paraíso en Sudamérica” generó en los últimos meses una masiva llegada de haitianos quienes, en su mayoría, arribaban a Santiago en un vuelo de la línea aérea chilena Latin American Wings (LAW) procedente de República Dominicana.
Este hecho encendió las alarmas de las autoridades chilenas, en particular de la Policía de Investigaciones (PDI) y el Ministerio Público, que investiga un presunto tráfico de migrantes haitianos donde podría estar involucrada la aerolínea.
LAW realiza todas las semanas vuelos a Lima (Perú), Punta Cana (República Dominicana) y Puerto Príncipe (Haití) y se defiende de las acusaciones señalando que otras tres empresas cubren esas rutas y que ellos sólo trasladaron un 25% del total de haitianos que llegaron a Chile en el pasado primer semestre.
Según las estadísticas oficiales de este país, cada mes ingresan a Chile unos cuatro mil ciudadanos haitianos, gran parte de los cuales ya tiene familiares establecidos en esta nación y en la actualidad ellos suman al menos 40 mil, la mitad de los cuales se estableció en el 2016.
De acuerdo con las proyecciones del gobierno chileno, la colonia haitiana en este país sudamericano se debería incrementar el próximo año en 48 mil personas más, lo que la convertirá en una de las más numerosas de Chile.
Varios haitianos consultados por Notimex, que pidieron reserva de su identidad para evitar problemas con migración, reconocieron que ingresaron gracias a “cartas de invitación” (vendidas en 300 dólares) o contratos de trabajo falsos (comercializados en unos 200 dólares).