Como en ninguna elección presidencial hasta ahora, hay tantos candidatos socialistas y de sus primos, los PPD, lo cual se hace tan difícil buscar la forma equitativa para elegir el abanderado de esas colectividades que se presenten a las primarias de la Nueva Mayoría, incluidos Alejandro Guillier y, posiblemente, un candidato democratacristiano. En cuanto a la eventualidad de un candidato comunista, aún nada sabemos.
A Ricardo Lagos y su nuevo delfín, Camilo Escalona, les gustaría que no existiera primaria alguna y, ojalá, el Comité Central del PS se decidiera por Ricardo Lagos Escobar, o en su defecto, se ideara alguna fórmula, lo más rápida posible, para nominar al ex mandatario.
Como sabemos, Ricardo Lagos es el único con doble militancia PS-PPD y, a su vez, es el fundador de este segundo partido que, de instrumental, se transforma en partido legal. Todos los intentos para unificar a ambos partidos han fracasado, pues es iluso pedir, por ejemplo, a Guido Girardi y a sus seguidores que se unan al viejo Partido Socialista, pues no resistiría la pérdida de su protagonismo – hay que pensar que para ser política en esta época neoliberal se requiere tener un ego superior al de Narciso y las manos siempre listas -.
Si los políticos del mundo socialista no estuviesen tan confusos, parece obvio que debiera prosperar la propuesta del PPD, en el sentido de que ambos partidos unidos elijan su candidato presidencial. El PPD, de todas maneras, va a proclamar a su fundador y líder máximo, Ricardo Lagos Escobar.
Por su parte, muchos de los parlamentarios de la Nueva Mayoría se han anticipado por la opción de Ricardo Lagos y, aunque las encuestas de opinión estén muy desprestigiadas, los políticos las toman muy en cuenta. Por ejemplo, la encuestadora CADEM realiza un sondeo semanal, y basta con que un candidato – como Sebastián Piñera – baje cinco puntos porcentuales, y Lagos continúa bajando en las encuestas, para que una serie de candidatos suches crean que es posible imponerse sobre estos dos ex Presidentes. ¡El optimismo de la voluntad siempre es útil para mantener el ego vivo!
El partido de los “socio-listos” se acaba de proclamar la candidatura de José Miguel Insulsa, que vive de dejar la pega – muy “mal pagada” por cierto, de represente de Chile ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya para defender los intereses de Chile ante Bolivia. Antes, en 2009, con mucho criterio, este mismo ahora candidato a la presidencia renunció a la postulación como presidenciable, a fin de seguir presidiendo la OEA – el “ministerio de colonias” de Estados Unidos como llamaba a esta institución el extinto Fidel Castro -.
José Miguel Insulza, como la mayoría de los políticos de la élite, considera a los electores como tontos, a quienes hay que arrebatarles el voto debido a su “Alzheimer” prematuro y se les olvidó que el otrora Canciller Insulsa fue el ángel guardián y abogado simpar del dictador Augusto Pinochet, a quien salvó del justo juicio ante los Tribunales españoles. Para desgracia de Insulza, el canal del duopolio – el nacional – se le ocurrió la presentación del video Los últimos días de Pinochet”, para recordar los diez años de su muerte, el domingo 27 de noviembre del año en curso. Por muy dormidos, hasta el letargo, que estén los espectadores, se ve muy claro que la gestión del Presidente de la República, con Eduardo Frei Ruiz-Tagle y de su ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza, lograron que el gobierno laborista de Tony Blair y de su ministro del Interior, Jack Straw, acogieran la petición del gobierno chileno, bajo la consideración humanitaria, de que Augusto Pinochet estaba tarado y ya usaba pañales – muy adiestrada doña Lucía para tal efecto – y, además, se hacía el cojo. Frei e Insulza, como siempre han creído que los chilenos son apocados e ignorantes, trataron de convencerlos de que los tribunales chilenos juzgarían a Pinochet.
La llegada del dictador al aeropuerto de Santiago terminó demostrando al “ingenuo” protector y ángel guardián, Insulza, que Pinochet estaba más sano que el mismo yogur, pues se levantó de su silla de ruedas y, con gran entusiasmo, fortaleza y una amplia e inolvidable sonrisa, se aprestó a abrazar al comandante en jefe del ejército, Ricardo Izurieta y a sus más inmediatos colaboradores.
La llegada de Pinochet de Londres coincidió con la elección presidencial, que se disputaba entre Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, este último había pronunciado previos encendidos discursos solicitando la vuelta del “Tata”. Los hipocritones de derecha están muy bien retratados en su amor histérico por el tirano, y ahora hacen gárgaras para condenar la dictadura de Fidel Castro.
Cuando descubrieron que Augusto Pinochet y su familia se habían enriquecido a costa del erario público le dieron la espalda y, ahora, se muestran como unos demócratas de toda la vida, incluso, muchos de ellos reniegan de Pinochet. Hay que reconocer que Sebastián Piñera, aunque se enriqueció durante la dictadura, como Presidente del país tuvo el valor de hablar de “cómplices pasivos” al referirse a los civiles que apoyaron a Pinochet, incluidos algunos democratacristianos.
Insulsa fue siempre el valet de Lagos – este último un poco más envejecido que Insulza y bueno para llorar ante las cámaras al recordar a sus nietos – se atreve a competir con su antiguo patrón, afirmando que lo había reemplazado varios veces como vicepresidente de la república, y que, a lo mejor, se repetiría el ejemplo de la derecha francesa, en el sentido de que el Primer Ministro le ganaría al mismo ex Presidente en las primarias.
El tercer candidato del Partido Socialista es el abogado constitucionalista Fernando Atria, muy valorado por los intelectuales de izquierda y los dirigentes estudiantiles. Es el único capaz de plantear temas de fondo, como el de la necesidad de refundar la república, pero desgraciadamente, en esta campaña hay poco espacio para la discusión profunda del proyecto-país; además, tiene la ventaja de la absoluta transparencia y una ética a toda prueba, pues no guarda ninguna relación con empresas que financian la política y carece de pasado en la política contingente, es decir, un candidato virginal, pero demasiado intelectual para conquistar a tanto analfabeto político que pulula en este país.
Los socialistas Lagos e Insulza quieren mostrar una cara progresista para atraer incautos: don Ricardo I, por ejemplo, es partidario de distribuir droga a aquellos adictos insanables, a fin de disminuir la delincuencia; aún estamos a la espera de las mentirillas que nos va presentar Insulza como promesas de campaña.
Con tantos socialistas reciclados es evidente que sin el apoyo de la izquierda, estos viejos estandartes están condenados a una segura jubilación segura.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
29/11/2016