Protagonistas de una opereta electoral sórdida y estridente que ha durado más de año y medio, mientras sacaba a relucir lo peor de Estados Unidos y las miserias de dos candidatos que son el síntoma de una crisis de representatividad sin precedentes, Hillary Clinton y Donald Trump se preparaban para el acto final de una campaña que hoy tiene a millones con los nervios de punta.
El hartazgo con encuestas enloquecidas, que hablan de un final a cara de perro. Los insultos y acusaciones que han intercambiado en el curso de las últimas horas demócratas y republicanos. Las amenazas de Donald Trump contra todo mundo, incluidas las de censura contra la prensa una vez que llegue a la Casa Blanca, la de encarcelar a la candidata demócrata y demandar por toda a su vida a las mujeres que le han denunciado como abusador sexual.
La crisis de una institución como el FBI, que hoy se encuentra en medio de una feroz lucha por el poder. Y el convencimiento de que ya nada será igual tras estas elecciones, ensombrecían y embargaban el ánimo de millones.
“Han sido sin duda unas elecciones sin igual. Con índices de rechazo hacia ambos candidatos que superan el 50% y con un ambiente de incivilidad como nunca antes en unas elecciones por la presidencia”, aseguró el veterano periodista, Dan Rather.
En medio de este ambiente de agobio y zozobra, millones seguían atentos al enloquecido baile de cifras de las encuestas donde la victoria de Hillary Clinton parece escrita en los muros de media nación, con una ventaja bajo mínimos y en la que podrían contribuir de forma significativa los electores hispanos, aterrorizados con la posibilidad de una victoria de Donald Trump.
Según el pulso de diversos sondeos, Clinton se mantenía con una ventaja de entre 2 y 4 puntos. En el muestreo de RealClearPolitics, la ventaja es de 2 puntos porcentuales, mientras que en las encuestas difundidas este lunes por las cadenas ABC/The Washington Post y la CBS, Clinton amanecía con una ventaja de 4 puntos frente a su adversario republicano.
Tras la decisión del director del FBI, James Comey, de exculpar por segunda ocasión a la candidata demócrata, la campaña demócrata respiraba aliviada. El entusiasmo volvía por sus fueros y algunos miembros de la campaña adelantaban, incluso, que Clinton ganará las elecciones con un total de 310 votos electorales bajo el brazo, de los 270 que son necesarios para conquistar la Casa Blanca.
En el muestreo de RealClearPolitics, este entusiasmo se veía atemperado por una predicción de victoria más modesta, de aproximadamente 301 votos electorales.
Aunado a ello, las cifras que arroja el voto por adelantado favorece a la demócrata. Particularmente en estados como Nevada, donde la batalla ha sido feroz y donde los electores hispanos se han volcado para tratar de apuntalar la victoria de Clinton.
A pesar de ello, los analistas aconsejaban prudencia ya que según el muestreo de RealClearPolitics en Nevada, sigue manteniendo a Trump con una ventaja de 1.5%.
En el curso de estas últimas horas, la batalla decisiva se libraba en Florida, Pennsylvania, Ohio, Virginia, Carolina del Norte, New Hampshire, Colorado, Arizona y Michigan.
Precisamente, el presidente Barack Obama se trasladaba hoy a Michigan, New Hampshire y Pennsylvania, a donde protagonizará un apoteósico cierre de campaña al lado de su esposa, Michelle Obama y Hillary Clinton.
Al final, las grandes interrogantes que persiguen a ambas campañas es el margen de victoria y derrota que arrojarán las urnas; el entusiasmo que consigan arrebatar entre los más jóvenes e independientes y la capacidad para levantar de sus sillones a ese 14% por ciento de indecisos que siguen sin gustar de esa opción binaria entre los peores candidatos de la era moderna.
Permanezcan en sintonía….