En las últimas 48 horas la contienda presidencial se transformó de una marcha triunfal de los demócratas y una procesión fúnebre de los republicanos, a un cuento de suspenso en el cual, de repente, nada está asegurado después de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) interfirió en un proceso electoral, por primera vez en la historia moderna del país (hasta donde se sabe).
Desde el sorpresivo anuncio de James Comey, director de la FBI, el viernes pasado, en una carta al Congreso en la cual informó que se habían descubierto más correos electrónicos que podrían ser pertinentes
a la investigación concluida sobre el uso de un servidor privado para las comunicaciones cibernéticas de Clinton cuando era secretaria de Estado, la coreografía de la contienda en su recta final se interrumpió.
Ahora el asunto de los correos electrónicos y las decisiones de la FBI están en el centro de la batalla, y de repente los demócratas se encuentran a la defensiva, mientras los republicanos están felices de que se cambió el enfoque sobre las hazañas sexuales y los engaños de su abanderado presidencial.
La tarde de este domingo se anunció que el Departamento de Justicia ha recibido una autorización judicial para iniciar la revisión de los correos electrónicos de Huma Abedin, la asesora íntima de Hillary Clinton, encontrados en la computadora de su esposo Anthony Wiener, quien está bajo investigación de la FBI por comunicaciones cibernéticas sexuales con una menor de edad. Pero nadie sabe si podrán concluir su trabajo y algunos oficiales han indicado que es improbable que puedan completar el proceso antes de la elección del 8 de noviembre.
Citando fuentes de seguridad pública federales, el Wall Street Journal y el Washington Post informaron que hay aproximadamente 650 mil correos electrónicos en la computadora confiscada que aparentemente compartían Abedin y Wiener. El New York Times informó que una fuente federal confirmó que hay cientos de miles de correos de Abedin. Algunos de los correos ya habían pasado por el servidor privado de Clinton y por lo tanto se espera que estos sean copias de los que ya fueron sujetos a la investigación de Clinton que concluyó en julio sin cargos criminales.
Mientras tanto, estallaron conflictos dentro y fuera del Departamento de Justicia sobre la decisión de Comey, la cual fue en contra de la opinión de su jefa, la procuradora general Loretta Lynch y otros altos funcionarios de Justicia, respecto de si fue necesario romper con el protocolo interno de no hacer ningún anuncio público que pudiera afectar una elección durante los últimos 60 días de la contienda justo para no perjudicar la neutralidad política de la entidad federal.
Dos ex subprocuradores generales de justicia, uno demócrata y otro republicano, escribieron un artículo en el Washington Post declarando que Comey está dañando a la democracia
Una carta firmada por el ex procurador general Eric Holder y varios ex fiscales federales obtenida por la agencia Ap, acusa que Comey violó la política interna del Departamento de Justicia al alertar al Congreso sobre la nueva información, y con ello creó una especulación pública considerable y no informada
sobre el significado de los nuevos correos.
A la vez, algunos medios reportaron que los agentes de la FBI que investigaban a Wiener ya sabían de la existencia de estos correos desde principios de octubre, aunque Comey dijo que fue informado apenas el pasado jueves, alimentando aún más la especulación de qué ocurrió.
La campaña de Hillary Clinton y la cúpula demócrata continuaron su ataque frontal contra Comey y mantuvieron su exigencia de que suelte toda la información que tiene hasta la fecha, ya que no se sabe nada del contenido de los correos. Harry Reid, el senador demócrata de mayor rango, se sumó a la ofensiva y envió una carta furiosa al director Comey acusando que podría haber violado una ley federal que prohíbe a oficiales de la FBI usar su autoridad oficial para influir en una elección. A través de su acción partidaria, usted podría haber violado la ley
.
Pero no se detuvo ahí, sino que Reid acusó a Comey de guardar información explosiva
en manos de la FBI sobre las relaciones de la campaña de Donald Trump con el régimen ruso de Vladimir Putin, y que al no divulgarlo muestra una doble norma en donde parece que hay una clara intención de asistir a un partido sobre el otro
.
Donald Trump –y la cúpula republicana– continúa enfocando la atención nacional en este asunto, afirmando que esto demuestra que Clinton “estableció un servidor ilegal con el propósito obvio de ocultar a la opinión pública su conducta criminal…” Y bromeó: nunca habíamos pensado que daríamos las gracias a Anthony Wiener
.
Sus promotores insistieron en que esto demuestra que hay una nube de corrupción alrededor de Clinton, tratando de sembrar más dudas sobre su ya muy bajo nivel de confiabilidad entre el electorado.
Por ahora sigue en el aire la gran pregunta de si esta sorpresa altera la pugna de manera significativa. Aunque los sondeos muestran que la contienda está más cerrada, aún no hay indicadores sobre el impacto de la decisión de Comey, y el consenso por ahora entre los expertos es que no cambiará el resultado esperado de un triunfo de Clinton.
Algunos señalan que ya se han emitido 21 millones de votos en 34 estados (donde se permite el voto anticipado, aunque el conteo no se hace hasta el 8 de noviembre), y que no se espera que este asunto cambie las tendencias ya detectadas entre la gran mayoría del electorado.
Esta contienda está concluyendo como empezó; como un concurso para ver quién es más impopular.
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