Varios miles de personas se manifestaron hoy en esta capital contra la investidura del conservador Mariano Rajoy, recién reelecto como presidente del Gobierno del país con la anuencia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Bajo el lema Ante el golpe de la mafia, democracia, unas 100 mil personas -según los organizadores de la movilización- recorrieron este sábado las principales arterias del centro de Madrid en rechazo a lo que consideraron un ‘gobierno ilegítimo’.
La marcha fue convocada por la Coordinadora 25-S, heredera del movimiento 15-M o de los indignados, que llamó a los ciudadanos a protestar contra un nuevo mandato del derechista Partido Popular (PP), cuyo líder revalidó el cargo esta misma jornada.
Vigilados por un fuerte dispositivo policial, los manifestantes exhibieron pancartas y corearon consignas como No a la mafia golpista; El PP engaña, roba y amordaza; No nos representan u otras alusivas a la cuestionada abstención del PSOE en favor de Rajoy.
Frente a su Congreso de los Diputados vacío de democracia oponemos nuestras plazas llenas de lucha, afirmó la plataforma tras denunciar el intento de los dos partidos tradicionales de establecer una gran alianza para blindar el convaleciente bipartidismo español.
‘El régimen está tocado y busca recomponerse para continuar los ataques sociales y los nuevos recortes impuestos desde Bruselas a través de esta gran coalición encubierta’, apuntó la convocatoria, que acusó a los socialistas de frustrar un ejecutivo alternativo al de Rajoy.
Ahora, cuando cayeron las máscaras, es el momento de salir a la calle para dejar constancia del rechazo ‘a un nuevo robo’ a la soberanía del pueblo, y reclamar un proceso constituyente que ponga fin al sistema salido de la ‘mal llamada Transición’, señaló la Coordinadora 25-S.
La coalición de izquierda Unidos Podemos, tercera fuerza en la Cámara baja, se solidarizó con la manifestación que discurrió por el Paseo del Prado para terminar en la emblemática Puerta del Sol.
Esta oleada de repudio a un nuevo mandato de la derecha se hizo sentir también hoy en el parlamento, donde varios diputados de izquierda calificaron de traidores a los socialistas por entregar el ejecutivo a los conservadores.
Rajoy fue investido esta noche con la abstención de su principal adversario político, un Partido Socialista que, en opinión de analistas, demostró su ineptitud para entender y dar soluciones al escenario abierto por el ocaso del bipartidismo.
Acostumbrado a la mayoría absoluta de su primer mandato (2011-2015), el mandatario no lo tendrá nada fácil para gobernar en minoría, con apenas 137 de los 350 escaños del Congreso.
Nunca un partido en el poder tuvo un apoyo tan reducido, por lo que se avecina una legislatura turbulenta, sobre todo después que las elecciones de diciembre dejaron el parlamento más fragmentado de la democracia española.