Después de siete años de investigación los 37 acusados del caso Gürtel (Correa, en alemán), estarán sentados en el banquillo de los acusados, y quizás sea el caso más importante de corrupción en la política española, en que los montos defraudados y la importancia política de los culpables sólo permite compararlo con el caso italiano, en que desaparecieron dos partidos políticos – la Democracia Cristiana, liderada por Giulio Andreotti, y los socialistas, al mando de Bettino Craxi – y, en Brasil actualmente, debido a la corrupción en Petrobrás, que tiene en las cuerdas flojas al Partido de los Trabajadores y a la mayoría de los miembros de la clase en el poder. Paradójicamente, en España, producto de la abstención del PSOE, va a gobernar el Partido más corrupto de Europa.
Las penas propuestas por el fiscal para los 37 acusados son altísimas: el líder de la trama, Francisco Correa (Gürtel, además le gusta que lo llamen “don Vito”), tendría 125 años y un mes de prisión efectiva; su segundo, Pablo Crespo, 82 años y seis meses; Álvaro Pérez Alonso (El Bigote, que ahora se hace llamar El Barba), cinco años y dos meses; Luis Bárcenas, 42 años y seis meses (fue senador y, además, tesorero del Partido Popular, también encargado de pagar sobresueldos a los dirigentes del Partido, incluido Mariano Rajoy; Bárcenas mantuvo cuentas en Suiza de más de 50 millones de Euros para su propio beneficio; a Luis Peña, quien destapó el caso Correa, se solicitó seis años y cinco meses, (Peña grabó todas las conversaciones entre Correa y sus secuaces, antecedentes importantes para iniciar el juicio contra los implicados); también está acusado el Partido Popular como persona jurídica por haberse beneficiado lucrativamente de los negocios de la trama.
Al famoso juez Baltazar Garzón la trama Gürtel le costó la suspensión de la magistratura, acusado de grabar las conversaciones entre los imputados y sus abogados para dificultar el derecho a la defensa. Garzón ha reiterado su protesta ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos, pero sin éxito aún. En reemplazo del juez Garzón fue nombrado el juez Pablo Ruiz, que ha podido continuar exitosamente la investigación.
Esta historia daría para la trama de una intrincada novela, llena de detalles de alta comicidad y dramatismo: Francisco Correa, don Vito, es hijo de un republicano español, instalado en Marruecos y que de pobre que era, logró con mucha habilidad hacerse amigo de José María Aznar, uno de los gobernantes más oscuros en la historia de España, (el regalo de Correa para el matrimonio de una de las hijas de Aznar consistió en la producción de la fiesta, en el Palacio de El Escorial, avaluada en miles de euros). De ahí en adelante Correa se convirtió en el alter ego del Presidente de Gobierno hasta tal punto que había que recurrir a este personaje para llegar hasta Aznar.
Correa, don Vito, inició su carrera delictual corrompiendo a municipios y, posteriormente, a gobiernos de Regiones Autónomas, entre ellos el de Madrid, Valencia y Canarias. Al comienzo de “su carrera” se insertó en la adjudicación de obras públicas y de proyectos inmobiliarios, especialmente en el municipio de Majadahonda, cerca de Madrid. Por otra parte, aprovechando la estructura del Partido Popular en distintas Regiones Autónomas, la mafia de Correa servía para asegurar contratos a las empresas de obras públicas, como también de otros rubros. A fin de lograr su adjudicación por medio de la corrupción de los políticos del PP; a su vez, las empresas de la trama mafiosa de Correa lograban enriquecerse ilimitadamente.
En Valencia aparece uno de los personajes más tragicómicos, Álvaro Pérez, “El Bigote”, muy cuidado, se dedicaba a comprar sobre la base de regalos costosos a Francisco Camps, presidente de la Generalitat de Valencia: los famosos trajes de finas telas y de cortes perfectos, hecho denunciado por el sastre de Valencia; el personaje era tan fino y cristiano de buen talante, como el Don Guido, de Antonio Machado, que formó parte de la comitiva que recibió al Papa Juan Pablo II en Valencia – uno de los santos protectores del Opus Dei y de cuanto beato amante de Mamón existe en este valle de lágrimas -. Pérez era de lo más dije con las mujeres a quienes obsequiaba con regalos suntuosos, por ejemplo, varios autos de lujo – Jaguar, BMW, Range Rover, Chrysler – a la ministra de Salud de Mariano Rajoy, Ana Mato, también acusada en esta causa. A otro alto funcionario del gobierno de valencia le ofreció, nada menos, que un kilo de caviar a demanda del interesado. Álvaro Pérez, según su jefe Correa, era un genio para encantar a la gente.
Luis Bárcenas fue el tesorero predilecto de Mariano Rajoy: en las intervenciones telefónicas y en las cartas y correos interceptados aparecen verdaderas declaraciones de amor entre estos dos prohombres – Bárcenas fue elegidos senador gracias al poder de Rajoy -; Bárcena era muy hábil en el manejo de la caja del Partido y repartía a destajo los sobresueldos a los dirigentes principales del Partido. Por otra parte, a nadie podía extrañarle su millonario tren de vida, pues hacía y deshacía dentro del Partido, y “el que tiene la plata pone la música”.
Pablo Crespo, el segundo hombre del grupo Correa, confesó durante una entrevista que el 99% del financiamiento del Partido Popular tenía como fuente las donaciones de empresas, favorecidos con proyectos de obras públicas especialmente, de alta envergadura y de suculentas ganancias.
Junto a los 37 inculpados del caso Gürtel hay 60 acusados por las “tarjetas Black”, una estafa encabezada por Rodrigo Rato, líder económico del Partido Popular, ex gerente de Fondo Monetario Internacional (FMI) y de Bankia, (esta última estafó a millones de españoles, entró a la quiebra y fue salvado luego con el dinero de todos los españoles); Los directores de PENTA son niños de pecho frente a la habilidad de Rato para evadir impuestos.
Hay que ser necio e ingenuo para creer que en las democracias bancarias votan los ciudadanos, pues sólo sirven para promover a los Rajoy y a los Rato, y a sus secuaces Francisco Correa (don Vito), y Álvaro Pérez, Bigote, (hoy Barba).
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
05/10/2016