La mediterránea Bolivia “invitó” a Chile a poner fin al más largo de los conflictos territoriales de la historia de América Latina y avenirse a una negociación de buena fe que le devuelva el acceso al mar que perdió en 1879, tras la invasión a su entonces puerto de Antofagasta, en el marco el miércoles de la 71 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (NNUU) en Nueva York.
“Invitamos a Chile a poner fin a uno de los conflictos más largos de la historia latinoamericana, cuya solución es, todavía, una deuda pendiente entre nuestros pueblos”, afirmó el presidente Evo Morales en su alocución ante la Plenaria de NNUU.
Luego de enfatizar la confianza de su país en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, donde Bolivia ha radicado un juicio para que Chile negocie de buena fe la concesión de una salida soberana al mar, Morales dijo que la solución al conflicto, que data de hace casi 140 años, no dejará, en los términos pacíficos que propone su gobierno, más que ganadores y abonará el camino de la integración regional.
“Estamos seguros que encontraremos una solución en el que todos seamos ganadores. La solución a este conflicto no será solo en beneficio del pueblo boliviano sino, que beneficiará también al pueblo chileno y a la integración de América Latina”, afirmó en una alocución que duró 16 minutos, y en la que volvió a defender a Palestina del asedio militar de Israel, deploró los ataques de Estados Unidos al ejército de Siria en medio de un alto al fuego pactado y en desarrollo y volvió a estrellarse contra la dictadura del capital y las políticas imperiales de Washington.
En momentos en que La Paz y Santiago libran sendos juicios por la restitución marítima boliviana y la propiedad de las aguas manantiales del Silala, que nacen en Bolivia y son aprovechadas sin contraprestación, en un volumen de 13 billones de cubos desde 1908 por Chile, Morales dijo que el diálogo facilitará el entendimiento entre dos países que carecen de relaciones diplomáticas hace casi medio siglo que salvo cortos ciclos, viven de espaldas.
“Entendemos que estos son tiempos de diálogo, de trabajar de manera conjunta en soluciones que nos permitan resolver los temas pendientes, de forma pacífica y en el marco de una verdadera integración de los pueblos”, afirmó Morales.
Bolivia demanda a Chile, que tiene más de 4.000 km de costas, la cesión de un paso soberano al Océano Pacífico en compensación de los 400 km de costa que su vecino trasandino adicionó a su soberanía territorial en 1879 y que 25 años más tarde selló con el Tratado de 1904, que La Paz lo demanda de injusto, impuesto e ilegal.
El juicio radicado por Bolivia en la CIJ se sustenta en al menos 10 compromisos verbales y escritos, en memorándumes, adquiridos e incumplidos por Chile desde los años 20 del siglo XX.
“Bolivia ha confiado de buena fe en todos estos compromisos jurídicos que constituyen los fundamentos sobre los que se basa nuestra demanda presentada ante la Corte Internacional de Justicia. La Corte se declaró plenamente competente el 24 de septiembre del año pasado luego de que el Gobierno de Chile interpuso una objeción de jurisdicción”, repasó el mandatario ante los representantes de los países que componen NNUU, cuyo brazo operativo jurisdiccional es la CIJ.
Morales agradeció a presidentes y expresidentes de diversos países que solidarizaron con la histórica reivindicación marítima de Bolivia.
A menos de 2 semanas que los agentes de Bolivia y Chile, Eduardo Rodríguez Veltzé y José Miguel Insulza respectivamente se pusieran de acuerdo para celebrar una fase más de debates escritos en el marco del juicio marítimo en la CIJ, el gobierno de la presidente chilena Michelle Bachelet, como su antecesor, rehuyó dialogar con Bolivia en forma paralela al pleito en el alto tribunal internacional dependiente de NNUU.