Estados Unidos acordó hoy reforzar su cooperación de seguridad con Costa Rica, que desde hace meses afronta nuevos retos migratorios y ha visto aumentar la inseguridad, un problema que el Gobierno costarricense atribuye en parte a los cambios en Colombia por la proximidad del acuerdo de paz.
El vicepresidente de EEUU, Joseph Biden, recibió en la Casa Blanca al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, quien aseguró que el presidente estadounidense, Barack Obama, había estado también presente durante parte de la reunión.
Durante el encuentro, la Casa Blanca accedió a impulsar “un programa de asistencia significativo para combatir el crimen organizado” y afrontar los retos derivados del “narcotráfico y la migración” en Costa Rica, según Solís.
Aunque la Casa Blanca no informó sobre el resultado de la reunión, la Presidencia de Costa Rica indicó en un comunicado que Estados Unidos acordó donar “dos aviones de carga C-145” y “dos embarcaciones” para vigilancia marítima “cuya base de operaciones estará en el Pacífico” y que llegarán al país a finales de 2017.
Estados Unidos también donará “equipo para fortalecer la vigilancia aérea en operativos antinarcóticos y equipo biométrico para identificar a migrantes indocumentados”, además de conceder becas a “más de 2.000 jóvenes en situaciones de riesgo para brindar habilidades laborales”, según la Presidencia de Costa Rica.
Solís reconoció hoy que, “desgraciadamente”, el crimen organizado ha aumentado recientemente en Costa Rica, y dijo que es probable que este año la inseguridad continúe aumentando “como resultado de la actividad de narcotráfico que viene desde Colombia”.
“Lo que hemos escuchado es que esto (el próximo acuerdo de paz) probablemente sea un factor que está provocando la fragmentación de los carteles y la reubicación de algunos de ellos”, sostuvo Solís.
“Estamos vigilando esto de cerca y ahora tenemos más recursos para afrontarlo, pero hasta ahora hemos visto una relación preocupante” entre los cambios en Colombia y el aumento de la inseguridad en Costa Rica, apuntó.
En un artículo publicado antes de la reunión, Biden adelantó que hablaría con Solís sobre el “importante paso” que ha dado Costa Rica al “acceder a dar refugio temporal a refugiados” de Honduras, El Salvador y Guatemala, “mientras se procesan y analizan sus peticiones para ser reubicados en EEUU u otro lugar”.
El programa, suscrito con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y financiado por EEUU, forma parte de un plan de Washington para los refugiados centroamericanos, que hasta ahora solo ha permitido la llegada al país de 267 de los 9.500 niños y adolescentes que lo han solicitado.
El presidente costarricense explicó la respuesta de Costa Rica a la reciente oleada migratoria de cubanos y haitianos, que le llevó a extender, entre noviembre y marzo pasados, 8.000 visas extraordinarias de tránsito a inmigrantes de Cuba.
En diciembre, Costa Rica anunció que se había agotado su capacidad de conceder visados a los isleños y que comenzaría a deportar a quienes ingresaran de manera irregular.
“Esto se ha hecho sobre una base humanitaria, pero tiene un coste que tiene que asumir el Gobierno, y estamos bajo un estrés financiero muy grave”, sostuvo el mandatario.