El jueves 21 de julio se realizó en la sede de la Comisión Chilena de Derechos Humanos el acto de instalación de la placa que identifica como Monumento Nacional al ex centro de detención y tortura “Clínica Santa Lucía” en Santiago.
El acto fue presidido por don Víctor Osorio Ministro de Bienes Nacionales y contó la participación del Presidente de la Comisión Carlos López Dawson, de Ángela Jeria Gómez, socia fundadora de la Comisión, Samuel Huston, presidente de la Corporación sitio de memoria, y de los directores de la Comisión Chilena de Derechos Humanos Carlos Margotta y Luis Moya, entre muchos otros socios de la Comisión y dirigentes de organizaciones de derechos humanos.
DISCURSO INAUGURAL DE CARLOS LÓPEZ DAWSON, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN CHILENA DE DERECHOS HUMANOS
Señor Ministro,
Señores y señoras.
Para la Comisión Chilena de Derechos Humanos constituye un momento de particular importancia inaugurar la placa que conmemora lo que fue esta casa.
Esta casona es obra del arquitecto Cruz Montt, autor de numerosas construcciones relevantes de Santiago y de otros lugares del país. El inmueble fue diseñado en 1934 por el arquitecto Alberto Cruz Montt, en un estilo ecléctico de inspiración gótica, como parte de un conjunto habitacional con fachadas discontinuas que llegaba hasta la calle Agustinas, frente al cerro Santa Lucíay sirvió de hogar familiar, hasta fines de los sesenta.
En 1972, esta casona fue comprada para funcionar como sede del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), en ese entonces, parte activa del gobierno de la Unidad Popular (UP).
Tras el golpe militar de 1973, los dos jóvenes militantes de ese partido que cuidaban la casa, fueron asesinados por la DINA. En la entrada de la Casa, una placa recuerda sus nombres y ese crimen que no olvidaremos.
Luego, se expropia esta casona, y junto a la creación de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), pasa a constituirse como Clínica clandestina de este organismo, además de centro de detención y exterminio.
Los pisos primero y segundo del Edificio, fueron ocupados para oficinas, salas de guardia, etc. En el segundo piso del inmueble estuvieron las oficinas de Manuel Contreras, en tanto los pisos tercero y cuarto, fueron ocupados por la DINA, particularmente para sesiones de torturas y prisión clandestinas según varios testimonios, entre los cuales, está el del Dr. Patricio Bustos, quien fuera hasta hace poco Director del Servicio Médico Legal.
La principal función de este recinto fue la atención del personal de la DINA y de sus familiares, sin embargo, también se utilizó como centro de recuperación de detenidos heridos graves provenientes de otros centros de tortura. Tras la reestabilización de los detenidos, se procedía nuevamente a interrogarlos y torturarlos, para más tarde, devolverlos a sus antiguos y/o nuevos centros de tortura, como por ejemplo, Villa Grimaldi o 4 Álamos. Doce chilenos, 7 hombres y 5 mujeres, fueron vistos por última vez en este lugar, antes de desaparecer. Hasta el día de hoy permanecen en calidad de detenidos desaparecidos.
En 1991, a nuestra institución, la Comisión Chilena de Derechos Humanos, se nos entregó por el Estado la administración de este inmueble fiscal que se encontraba destruido, y entonces debimos repararla con escasos recursos y con la colaboración de muchos, y recientemente, mediante la publicación en el Diario Oficial de fecha 18 de Abril del presente año, el Ministerio de Bienes Nacionales renovó la concesión gratuita a nuestra Institución por 30 años. El año pasado, el Ministerio de Educación declaró al inmueble como Monumento Nacional en categoría de Histórico, como lo indica la placa que ahora se instala. Aquí, laboró hasta poco antes de su fallecimiento don Jaime Castillo Velasco, quien junto a otros chilenos y chilenas, fundaran nuestra Institución un 10 de Diciembre de 1978.
Expresión de la memoria en el inmueble:
Si bien aún nos falta mucho para que la memoria de la brutalidad y el fascismo quede de manifiesto, hemos logrado en estos 26 años, mantener esta casa como un referente de memoria. Aquí están los archivos de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, únicos por su originalidad y amplitud. Aquí estánobras artísticas donadas a la Comisión y que fueron creadas en dedicación a aquellas personas que fueron torturadas en Chile. Hay también afiches anteriores y posteriores a 1973 y numerosos Libros y archivos de la época, de gran utilidad para la investigación científica e histórica de lo sucedido entonces.
Terminada la dictadura, esta casona ha recibido a víctimas, dirigentes sociales y políticos, y hemos realizado innumerables encuentros y seminarios, todo ello siempre en la perspectiva de no olvidar y educar en derechos humanos, tarea en la que perseveremos.
Gracias a Ustedes por acompañarnos ahora en este acto tan simbólico y gracias a todos quienes han participado en lograr que esta casona sea un símbolo de la memoria.
Invitamos a todos los que se quieran sumar a esta tarea por la promoción y defensa de los derechos humanos, tarea en la cual la memoria ocupa un lugar preferente.
Muchas gracias nuevamente.