El presidente boliviano Evo Morales consideró el martes que la decisión de Chile, de revocar un convenio bilateral de visas diplomáticas, tras la visita del canciller de su país, David Choquehuanca, a los puertos chilenos por donde Bolivia mueve el grueso de su comercio exterior, engendra un encono y deriva en un “distanciamiento” entre ambos países.
“Eliminar visa diplomática por parte de Chile es una política de escarmiento rencoroso y una actitud de distanciamiento diplomático”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter, luego que La Moneda revocara el convenio para la extensión de visas diplomáticas para funcionarios de ambos países, en este caso para los de Bolivia.
Bolivia y Chile son los únicos en América Latina que carecen de relaciones diplomáticas desde hace 40 años.
Tras criticar la visita de Choquehuanca que entre lunes y martes inspeccionó las condiciones que los puertos chilenos de Arica y Antofagasta ofrecen a la carga y transportistas bolivianos, el Gobierno de Chile revocó el convenio de visas para funcionarios diplomáticos de Bolivia, informaron el martes fuentes oficiales.
“De aquí en adelante, las autoridades y funcionarios bolivianos que deseen ingresar al territorio nacional deberán hacerlo con visa, debidamente estampada en un Pasaporte”, señala el penúltimo párrafo de un documento difundido por el periódico digital chileno Bío Bío.
La decisión fue asumida en medio de la tensión que generó la visita del canciller boliviano a Arica y Antofagasta que, según las autoridades chilenas, se cumplió sin proponer una agenda de trabajo en común con el Gobierno chileno.
Tras la visita de inspección, Choquehuanca denunció que Chile ha hecho del libre tránsito, que estipula el Tratado de paz y límites de 1904, que dejó mediterránea Bolivia, un negocio que a su vez contraviene el acuerdo que determina fuertemente las relaciones bilaterales aún casi 120 años después de firmado.
Choquehuanca dijo que los particulares y carga de su país son discriminados en Chile.
La decisión de revocar el convenio y las críticas de La Moneda a Bolivia, por la incursión de su Canciller, representan, para Morales, una nueva etapa en el relacionamiento bilateral, siempre escabroso.
“Algunas autoridades de Chile hagan lo que hagan, digan lo que digan, ahora Bolivia se respeta. Son nuevos tiempos con identidad y dignidad”, señaló el mandatario boliviano en su cuenta de Twitter.
Previo a la decisión de Santiago, las cancillerías de ambos países emitieron sendas notas de protesta tras la inspección realizada por Choquehuanca al puerto de Arica.
Bolivia acusó el acopio irregular de soya boliviana, mientras que Chile reclamó por la “falta de cortesía” de Choquehuanca en su visita a Chile y su negación a someterse a los trámites regulares para ingresar al puerto chileno.
Bolivia y Chile libran un juicio sustanciado por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya donde el primero busca que el segundo se avenga a una negociación de buena fe para dotarle de un paso soberano en compensación por los 400 km lineales de costa que adicionó a su soberanía en 1879, cuando invadió el entonces puerto boliviano de Antofagasta, además de 120.000 km2 de territorios que desembocan en el mar Pacífico.
La Paz y Santiago también litigan en la CIJ por el uso, propiedad y origen de las aguas manantiales del Silala que brotan en territorio boliviano y que desde 1908 fluyen artificialmente a Chile por vía de una obra de ingeniería, sin contraprestación alguna.