Se instala en la NM una estrategia muy parecida a la que condujo a Bachelet a reconquistar el Gobierno, con la salvedad que Ricardo Lagos está in situ y que Bachelet estuvo siempre ausente. Pero los dos han jugado y juegan en pre campaña al momento de la crítica del modelo económico del gran capital, el mismo que a la postre terminan consolidando con sus doctrinarios ministros de Hacienda y tecnócratas de turno.
Con respecto a la crisis del sistema representativo parlamentario (imposible de confundir con uno democrático al constatar su captura por el dinero empresarial) Lagos no tiene ni tendrá proposiciones serias.
Esperemos que las organizaciones de la llamada “izquierda emergente” hayan hecho un balance político del segundo gobierno de Bachelet y de la Concertación+PC (la Nueva Mayoría). Para que no aparezcan quienes crean otra vez que en una coalición NM conducida por Lagos (o Allende) pueda haber un “ímpetu reformista”. Tal como se contaron el cuento algunos/as a comienzos del presente mandato. Ya no sería ingenuidad sino colaboracionismo craso, por mucho que se diga (como lo hizo RD) que es con “apoyo crítico”.
Para construir una alternativa popular creíble desde una izquierda democrática, antineoliberal, anticapitalista y transformadora es necesario “levantar un muro infranqueable entre el empresariado y la política”, como bien lo dijo el diputado Gabriel Boric en entrevista. Ahora bien, si lo anterior es imprescindible no basta por sí solo como condición de posibiidad. Además, hay que separar aguas con los partidos de la Nueva Mayoría aquejados de corrupción sistémica e ideológicamente neoliberalizados e impulsar sin tregua las movilizaciones sociales. Cuestión sobre la cual la cúpula de RD no tiene posición clara. Mejor dicho, la cúpula del partido de Jackson-Crispi se inclina por una alianza de partidos copulares como el PPD, PS, para dejar fuera a la DC (*).
La necesidad de la convergencia de las luchas
Así, mientras que la izquierda “emergente” se encuentra por el momento entrampada en la lógica de la insignificancia (de la cual puede salir si hace debates y genera dinámica unitaria vinculada a los movimientos sociales) y, los políticos tradicionales se creen imbuidos de misteriosos poderes para borrar el pasado y presentarse como demiurgos capaces de resolver cosas con un par de declaraciones —ya que para eso cuentan con los medios que las retoman y amplifican y, con ellas, si así lo desean, construyen la agenda política— los movimientos sociales, por su parte, en un contexto de fragmentación partidaria de las izquierdas, deben optar por la convergencia de las luchas. Es sólo en este proceso que crecen los grados de consciencia de otro elemento de la política popular y transformadora que potencia: el que una lucha social nunca triunfa sola y separada de las otras. De ahí que los sectores más lúcidos del movimiento estudiantil, trabajador y popular deben buscar formas unitarias de la acción colectiva y trabajar por dotarse de un programa que levante las grandes demandas insatisfechas y latentes (como las pensiones) y que incluya una propuesta de constitución anti oligárquica con Asamblea Constituyente. Con mayor razón si el día de mañana la mayoría de los estudiantes de hoy vivirán la condición proletaria y salarial. Y pese a la defensa de la “modernidad capitalista” y al consumismo como modo de vida “realista” con sus malls y el endeudamiento feliz que hacen los epígonos del neoliberalismo como el rector de la Universidad Diego Portales UDP (privada) desde El Mercurio.
Política de la casta, política que se repite por las necesidades del modelo
La política tradicional de la clase dominante en tiempos de deterioro puede tipificarse en la que gusta practicar Ricardo Lagos por ejemplo, quien aparece 1) constatando la crisis política (después de haber afirmado durante años que las instituciones funcionan); 2) criticando el exceso de mercado (al que ha defendido e impulsado con las privatizaciones) y 3) haciendo un llamado a los partidos políticos ya corruptos del régimen a portarse bien. Normal.
La miseria política se presenta bajo la forma de lo patético cuando una delegación de Revolución Democrática —un partido joven— visita al patriarca Lagos (que está desprovisto de “fuerza moral” en post dictadura) y se presta para escucharle el cuento. Es ahí que resalta el juego de la política elitista al tiempo que revela la estrecha visión de los dirigentes del partido liderado por Jackson. Éstos renuncian en la práctica a convertirse en un factor de alternativa a la alternancia de los dos bloques representantes del poder capitalista neoliberal. De ahí la importancia de caracterizar bien esta organización que fue elegida gracias a un cupo concedido por la NM en Santiago y cuyos militantes han sido asesores de la reforma universitaria del Mineduc rechazada por el movimiento estudiantil. ¿Qué responsabilidad les cabe en las políticas educativas neoliberales, si nunca las han denunciado en el fondo? Olvidaron que en el Estado neoliberal las decisiones se toman a alto nivel y determinadas por los tecnócratas según los intereses de los poderes neoliberales incumbentes.
Las reuniones a puertas cerradas Lagos-RD se contraponen al sentimiento popular de corrupción generalizada de la casta neoliberal que ha aumentado después de las declaraciones del diputado Iván Fuentes —apadrinado por los Walker-DC y de las informaciones acerca de la pensión exorbitante y de privilegio obtenida por medios burocráticos de la cónyuge de Osvaldo Andrade, el diputado socialista (ex presidente del Partido Socialista) que rasgaba vestiduras contra las prácticas corruptas de sus correligionarios parlamentarios.
Fuentes, el ex dirigente de los pescadores llegó al extremo de decir que para ser elegido y llegar al parlamento no había otra opción que someterse al poder de los ricos que financian las campañas. Reconociendo así que este sistema de representación es estructuralmente corrupto y funcional al poder de la clase empresarial. Ya que le entrega el poder de financiar y elegir a sus peones. Con la corrupción del ex dirigente popular de Aysén, el diputado Iván Fuentes, sabemos que al menos hay consciencia que la política hasta ahora practicada consiste en ser meros peones de los poderosos que los corrompen. Eso es cinismo. Nada peor. ¿Para qué sirve Fuentes ahí sino para legitimar el sistema de captura de la política por las industrias pesqueras que nunca denunció y sin ser capaz siquiera de reconocer conflicto de interés ? Lo que implica que la reforma electoral fue vana puesto que siempre habrá manera de evitar la ley y financiar y cooptar proyectos, líderes y organizaciones. Lo acaba de enunciar el Obispo Infanti, en una declaración donde alerta acerca de estas amenazas para la vida democrática de organizaciones sociales por parte de poderosas empresas transnacionales y nacionales.
La carrera presidencial de R. Lagos y la lucha social
Ricardo Lagos se lanza entonces en la carrera presidencial sabiendo que es la mejor alternativa de gobernabilidad para los poderes neoliberales que controlan la economía chilena. Ésta es dependiente de los avatares de la globalización neoliberal a la que no hay economista de la academia que no le cante loas y la considere ineluctable. Tanto así que el Estado de Chile se dispone a firmar tratados globalizadores (el TPP) sin poder asegurar que aportarán beneficios al país. Porque no los hay.
Y como es sabido, la ley laboral en su espíritu y forma judicializará y será generadora de conflictos, y no apaciguará sino que agitará la relación salarial y de dominación entre Capital y Trabajo. Lo que obligará al movimiento sindical a plantearse formas de lucha más efectivas para defender sus derechos pese a la pasividad de toda su dirigencia. Mientras tanto Lagos cuenta con el apoyo de Carlos Ominami de Siglo XXI, es decir, con un sector de la NM considerado progresista que ya no ve ninguna promesa en M-EO.
El poder neoliberal (empresarios y sus organizaciones corporativas, dispositivo mediático, instituciones financieras nacionales y mundiales, transnacionales globales) tiene total confianza en Lagos para dar gobernabilidad a un modelo depredador cuestionado y a una institucionalidad política deslegitimada por la amplitud de la corrupción. El ex presidente busca establecer vínculos con Renovación Nacional con el fin de confirmar su predisposición a gobernar en el marco empresarial, de las instituciones mercantiles del modelo neoliberal y en las de la institucionalidad del régimen representativo en crisis.
Si comentarios del ex mandatario acerca del exceso de mercado hay, se explican porque las socialdemocracias neoliberalizadas mundiales optan de manera oportunista por un tipo de crítica contra el poder desmesurado de las empresas y corporaciones que controlan la globalización capitalista y financiera para impedir que esta sea ejercida por las ultraderechas nacionalistas y xenófobas. No es el caso chileno (en Chile no hay derecha nacionalista; xenófoba y racista sí). Pero estas opiniones críticas son prestamente desechadas por los gobiernos social demócratas neoliberalizados cuando la “guerra contra el terrorismo islamista” y los atentados recurrentes les entrega una escapatoria argumental y represiva para desviar la atención de los problemas propios de las economías capitalistas europeas y de las movilizaciones de las clases trabajadoras y populares contra las políticas austeritarias.
Las declaraciones de Lagos pueden ser efectistas, pero sólo tienen asidero en el contexto de hegemonía ideológica del consenso neoliberal en la elite chilena y académica. Las socialdemocracias neoliberalizadas del PS y PPD no adoptarán giros a políticas de izquierda socialdemócrata tradicional ni siquiera reformas estructurales graduales bajo un “impulso reformista” que tampoco existió con Bachelet. El caso Valdés es ilustrativo.
No es pura casualidad que todos los ministros de Hacienda sean neoliberales
Rodrigo Valdés, el titular de Hacienda del mismo partido de Lagos (PPD), quien fuera designado por la misma presidenta, intentó convencer a los senadores de la Nueva Mayoría que el programa oportunista que sirvió para elegir el gobierno de Bachelet no cuadra con la rigidez de los dogmas del modelo neoliberal del cual él es el guardián del templo en la NM. Habla de “Tegualda” (sede del comando de campaña pasada de M. Bachelet) y le echa la culpa a Alberto Arenas (el primer ministro de Hacienda que le pusieron a Bachelet) de haber intentado la Reforma Tributaria, que bien sabemos, el incompetente economista y hoy funcionario de Flacso, nunca tuvo la convicción de llevar a cabo (para recaudar lo suficiente con el fin de financiar los programas de gobierno) pues consintió que le fuera arrebatada por el senador DC y ex golpista Zaldívar y cocinada con el círculo piñerista de economistas neoliberales. Lo que demuestra el profundo carácter neoliberal de la coalición gobernante, desprovista de un proyecto de desarrollo económico o política industrial alternativa al neoliberalismo (del mercado, de las privatizaciones, del saqueo extractivista y los bajos salarios) profesado por los tecnócratas y la academia. Ni siquiera se plantean una reforma tributaria ni gravar el movimiento de capitales propuestas por economistas críticos del nivel de Thomas Piketty, el autor de El Capital en el Siglo XXI. No hay resistencia efectiva a la hegemonía neoliberal por parte de intelectuales que militan en corrientes de izquierda del PS (Atria, Garretón, Martner, etc). En el PPD no hay intelectuales críticos influyetes. Sin embargo, R. Lagos fue el primero en aplaudir al economista galo, justo después de declarar que había que “privatizar todo lo privatizable”.
Las contradicciones insuperables del Partido Comunista de Chile
Parafraseando a Max Weber: los neoliberales son tecnócratas que se encerraron en la “jaula de acero del capital” (**). Sus decisiones son burocráticas y sin convicciones. Sometidos a los imperativos de una “ciencia” que no es tal, sino una ideología del capitalismo tardío, y a las dinámicas de la globalización neoliberal generadora de concentración de la riqueza. Y en la misma jaula se metieron bajo llave y de motu propio el Partido Comunista de Chile y sus economistas. Estos levantan la voz de vez en cuando para denunciar las AFP, como Manuel Riesco, pero no cortan ni pinchan. Pues sólo un movimiento social que ocupe la calle puede lograr cambios al sistema de pensiones. Y el PC no está en esa postura para no hacerle olitas a su Gobierno.
Si la diputada Vallejo expresó en su momento que nunca votaría por Michelle Bachelet, para más tarde hacer campaña a su lado, nada indica que no ocurrirá lo mismo con Lagos, al que el Partido Comunista terminará por apoyar si el resto de los partidos de la NM así lo deciden. Y después de bajar gustosos a Isabel Allende, quien no goza de apoyos en la oligarquía empresarial (por su poco peso político) y mientras que la derecha vive su propia crisis de liderazgos.
En las ultraderechas son las fuerzas centrífugas las que operan por el momento. Kast y Ossandón deben dejar sus tiendas políticas para presentarse como alternativas a las ultraderechas (con apoyo del dispositivo mediático conservador) y buscar el apoyo de la misma oligarquía empresarial que tendrá que decidir, en última instancia entre Lagos y Piñera. Éste, miembro de facto de la misma. Es el momento en que Ricardo Lagos comienza a perfilarse como opción de las diversas fracciones de la clase dominante.
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(*) Ver: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=213036
(**) Leer el texto acerca de la jaula de acero de la “modernidad capitalista” y el marxismo de weber (weberiano): http://www.contretemps.eu/lectures/en-finir-%E2%80%9Ccage-acier%E2%80%9D-modernit%C3%A9-capitaliste%C2%A0-marxisme-w%C3%A9b%C3%A9rien-chez-michael-l%C3%B6wy