“Creo que no es justo juzgar a Cheyre por lo que hace un teniente a los 25 años. ¿Qué otra cosa más podía hacer un teniente cuando se está en Estado de Guerra?” (La Tercera, 28/VIII/2013). Ésta es la justificación que el ex Presidente de la República Ricardo Lagos dio a los actos de Juan Cheyre cuando éste se vio obligado a renunciar a la Presidencia del SERVEL a raíz de distintas denuncias relativas a violaciones de DD.HH.
Si se sigue el razonamiento de Lagos –jurista de profesión– y el año 1973 el país estaba en Estado de Guerra, las Convenciones de Ginebra son aplicables. Según esto, Cheyre tendría que ser tratado como criminal de guerra. Los crímenes de guerra no son exculpables por obediencia debida la cual es sólo reconocida para rebajas de pena si el inculpado demuestra que su vida estaba en riesgo al desobedecer las órdenes de un superior jerárquico. Hasta donde sabemos, Cheyre cooperó y participó voluntaria y abiertamente con la Caravana de la Muerte en La Serena y en otros actos criminales, como por ejemplo en la detención, tortura y simulacro de fusilamiento de Eliana Rodríguez Dubó. Ver el siguiente enlace:
A lo anterior se suma el hecho que Cheyre era una persona mayor de edad plenamente responsable, tanto moral como criminalmente, –ningún menor, como Lagos intenta presentarlo.
Por último, Lagos reconoce implícitamente que Cheyre violentó los DD.HH. de sus víctimas en tanto que busca justificarlo absurdamente como un teniente de 25 años que no podía hacer otra cosa en un Estado de Guerra. En otros términos, Lagos esgrime en defensa de Cheyre el mismo seudo argumento que han usado los criminales de guerra para justificar sus atrocidades: todos obedecían órdenes.
Éste es Ricardo Lagos Escobar, el ex Presidente de la República de Chile y eventual candidato a la reelección.
Germán F. Westphal