Estamos contentas, tranquilas y agradecidas. Estos 8 días de juicio han sido sin duda fuertes para nosotras. Fuertes del punto de vista emocional ya que en ellos se concentró todo el dolor, la pena y la rabia por todo lo que vivimos como país tras el golpe militar, específicamente el horror que se vivió en el Estadio Chile—primer centro de detención masiva de la dictadura—descrito en este juicio por sobrevivientes, soldados y académicos.
En esta corte, la cultura de la mentira, el encubrimiento y el matonaje fue pulverizado por la verdad. La cultura de la muerte y la cobardía encarnada en Pedro Pablo Barrientos Núñez, por el canto de Víctor que vivirá por siempre.
Hoy, aquí en las afueras de la corte de Orlando EE.UU., queremos decir que estaremos por siempre agradecidas de nuestros abogados de la ONG Centro de Justicia y Responsabilidad (C.J.A)—quienes presentaron el caso acá en EEUU—y de Chadbourne and Parke por su compromiso, su solidaridad y sobre todo su profesionalismo.
Su trabajo legal colaborativo, su rigor, convicción y pasión han sido un regalo inesperado en nuestras vidas y el efecto constructivo de ello es aun “indimensionable” después de tantos años de vivir con el dolor de la impunidad tan arraigado en nosotras.
El caso criminal en Chile sigue su curso y ahora esperamos que Pedro Pablo Barrientos sea extraditado y enfrente la justicia en nuestro país.
Aún hay mucho por hacer. Son muchas las personas que fueron asesinadas en el Estadio Chile—hoy Estadio Víctor Jara—y seguiremos en la búsqueda de justicia por todos ellos.
Joan Jara Turner, Manuela Bunster Turner y Amanda Jara Turner