En medio de la alerta lanzada en Francia por las amenazas terroristas durante la celebración de la Eurocopa, miles de personas salieron a las calles de París para protestar de nueva cuenta contra las reformas a la ley laboral que facilitan la contratación y despido de empleados.
Este martes la Torre Eiffel cerró sus puertas debido a que el personal dejó de trabajar para unirse a la protesta, lo que hizo poco segura la operación de la mayor atracción turística de Francia, informó la empresa encargada de su gestión, según un despacho informativo de la agencia Reuters.
En tanto, las autoridades prohibieron la entrada al centro de París a cerca de 130 potenciales provocadores para limitar el riesgo de refriegas, dijo el prefecto de la policía de la ciudad, Michel Cadot.
De acuerdo con el sindicato de trabajadores CGT, la marcha en París sería la mayor demostración de fuerza desde que comenzaron las protestas contra la reforma laboral a inicios de marzo. “Esto no es el fin. La lucha está lejos de haber terminado”, declaró el líder de la CGT, Philippe Martínez.
Sostuvo que alrededor de 700 autobuses transportaron a manifestantes a la capital desde todo Francia para participar en la marcha, y agregó que se estaban realizando protestas menores en otras ciudades.
Los trabajadores de la empresa ferroviaria estatal SNCF también paralizaron labores, pero la firma dijo que pese a ello las interrupciones en el servicio eran mucho menores que cuando empezó una huelga hace dos semanas y en ocasiones anteriores.
Los sindicatos CGT y Force Ouvriere afirman que la reforma minará los estándares de protección laboral, pero el gobierno y el sindicato CFDT argumentan lo contrario, pues los cambios –dicen– ayudarán a enfrentar una tasa de desempleo de 10% y también a desarrollar la representación laboral.