Noviembre 17, 2024

Crisis generalizada de liderazgos: Hay lugar para la unidad social y política del pueblo

Las figuras del mando burgués se desmoronan en períodos de impugnación de la hegemonía neoliberal. Si la Presidenta se encuentra en una situación tan complicada es debido primero a su propia responsabilidad y, segundo, al contexto político generado por su Gobierno y la Nueva Mayoría. Estos han demostrado ser incapaces de gobernar para realizar las reformas prometidas; no han mostrado voluntad de solucionar problemas urgentes generados por la vieja institucionalidad heredada (el presidencialismo no ayuda) de la dictadura, ni menos para producir cambios significativos a la economía capturada por los intereses empresariales. La ortodoxia neoliberal sigue imponiendo su ritual de medidas y de ella se alimentan las cuñas discursivas del ministro Valdés, el PPD de Hacienda.

 

 

Una estadista no puede decir —en un marco significado por casos de corrupción recurrentes— que se informó “por la prensa“ de asuntos de corruptela familiar ya que son de su incumbencia. Esa sola frase significó abrir una gran puerta a la sospecha ética de que había gato encerrado en La Moneda. Además, fue el primer indicio de que Bachelet estaba políticamente aislada, que no escuchaba a sus asesores o que gusta rodearse de incompetentes. A eso le llaman crisis de liderazgo, pero es más que eso, es crisis institucional.

El hundimiento ético de M. Bachelet

Del comienzo Bachelet no supo enfrentar con la verdad el escándalo de Caval en el cual estaba involucrada su familia y el clan Luksic-Banco de Chile, financistas de su candidatura.

Más tarde la Presidenta, militante del Partido Socialista, persistió como si nada en el error al mantener en su cargo de confianza a Cristián Riquelme, el administrador de su campaña presidencial y hasta hace poco de La Moneda. Riquelme (del grupo PPD de Peñailillo) —recordemos— se había reunido con Juan Díaz en sus oficinas en la misma Moneda. Este último es el mismo militante UDI que hoy la implica directamente en el caso Caval en grabaciones de sus dichos por el sistema de escucha del servicio de inteligencia de Carabineros y que citó el semanario derechista Qué Pasa. Juan Diaz también ha acusado a Pablo Longueira de pedirle secuestrar a Gema Bueno para ayudar a Jovino Novoa en el caso Spiniak. Siniestro personaje UDI  contra el que solo cabía querellarse. Era lo más sensato.

Pero la Presidenta, asesorada por Ascanio Cavallo —raro; ya que éste es un periodista más bien prudente que temerario—  escogió el estilo pasional desde Paris al querellarse por injurias y calumnias contra Qué Pasa. De seguro que si su mente y deseos hubieran estado ocupados en asuntos ciudadanos importantes como la crisis ambiental en Chiloé o las declaraciones de su Intendente en la Araucanía (Wallmapu), otra hubiera sido su reacción.

Estas intrigas de Palacio, de oficinas bancarias donde se preparan negociados inmobiliarios y de salas de redactores de medios derechistas han acentuado tanto la dinámica de desconfianza ciudadana generalizada hacia los círculos de poder como el divorcio entre la Presidenta y la casta por un lado, del pueblo y sus movimientos sociales, por el otro.

Hay un foso y vacío político que se ensancha desde el destape del caso Caval, Penta y SQM hace ya un año y medio. Lo prueban las encuestas. Y cada vez que el elástico se estira demasiado, y que la captura de la política por el poder del dinero queda al descubierto, desde la propia oligarquía dominante y de sus medios vemos como más temprano que tarde surgen ánimos encubridores. Los mismos que antes atizaban la hoguera de vanidades construyen luego información para apaciguar los ánimos. No vaya a ser cosa que el pueblo se exaspere demasiado. Es el momento en que los pasquines y los noticieros comienzan a distraer y a preocuparse por construir listas de líderes de opinión (fue lo que hizo La Segunda).

El giro autoritario del Gobierno de la NM y la confusión de las derechas

Es así como a una situación política determinada por el incumplimiento de las demandas de campaña, las colusiones empresariales (y el consiguiente desprestigio del mito de los que dicen que si son ricos es porque ‘arriesgan‘ en los mercados), los escándalos de corrupción que salpican a toda la casta política y que repercuten ampliando la profunda crisis de legitimidad de las instituciones y de la representatividad parlamentaria se le impone el giro autoritario del gobierno.

En efecto, son los ataques a la libertad de expresión y al derecho a estar bien informado, así como la represión dirigida desde el Ministerio del Interior contra estudiantes y pueblo mapuche que ponen de manifiesto la tendencia autoritaria del Estado en manos de la NM.

Y pese a este giro autoritario, las rebeliones de Chiloé, las movilizaciones estudiantiles y las de los trabajadores a las cuales ha convocado la CUT obligada por las posturas antisindicales del propio gobierno, debemos concluir en un alza de la actividad del pueblo y de sus organizaciones.

La ultraderecha neoliberal y conservadora responde a la situación acentuando sus diferencias ideológicas para disputarse el electorado derechista y el apoyo indefectible de la oligarquía capitalista que antes optó por apoyar la retórica reformista de la Nueva Mayoría. Confundida también y dividida en su apreciación por el alcance que pueda tener en el plano de los contenidos y de la participación ciudadana el llamado proceso constituyente manejado desde el Estado. Algo inhibida por un gobierno que se le adelanta ya que no duda en usar las herramientas y el discurso represivo que forman parte del arsenal de las derechas amantes del orden 

Las movidas de las capillas políticas de la oligarquía y de sus representantes, los Kast, Piñera, Ossandón, Bellolio y comparsas, se hacen en el marco de la estricta defensa de la hegemonía neoliberal: del derecho de propiedad, de la libertad de emprender, de la omnipotencia del mercado y del individualismo posesivo. Dogmas que nunca han sido frontalmente cuestionados por la NM ni por sus intelectuales ni por su programa. Tanto así que la cúpula de la CUT (manejada por militantes de los partidos de la NM) hace concesiones y capitula ante el discurso neoliberal de las organizaciones empresariales al justificar el ‘crecimiento‘ y la ‘productividad‘ (léase: la lógica de la acumulación capitalista con explotación del trabajo asalariado) en un contexto de arteros ataques contra los derechos sindicales de los trabajadores.

El proyecto de la NM y las nuevas fuerzas políticas

¿Será necesario tener más pruebas que confirmen que el proyecto de la NM era y es instrumentalizar las demandas populares para vaciarlas de su contenido con miras a desarticular su potencial de cambios y reformas estructurales? No es una pregunta de retórica, porque si la caracterización política es errada o adolece de fallas de apreciación, la táctica, la estrategia y las alianzas sociales y políticas para realizar las transformaciones necesarias también serán erradas.

Es en esta coyuntura de inestabilidad de la hegemonía dominante que los ojos ciudadanos y populares se han dirigido hacia nuevas formaciones políticas y a sus líderes que, —después de la caída de ME-O en las garras de Ponce Lerou-SQM y de un corto periodo de euforia— también han comenzado a decepcionar.

Los zigzagueos políticos de Revolución Democrática de Jackson y Crispi

Si bien Giorgio Jackson, el líder de Revolución Democrática, asume una actitud crítica y adopta iniciativas legislativas ante situaciones aberrantes como las dietas faraónicas de los parlamentarios (recién ahora se viene a descubrir que son las más altas de la OCDE) su partido se hace cómplice objetivo de la corrupción de la casta al no querer entrar a disputar la alcaldía de Santiago y negarse a denunciar las prácticas corruptas de Carolina Tohá, la presidenta del PPD, cuando este partido era directamente financiado por Ponce-Lerou-Contesse-SQM. Viejo estilo de la componenda y de la vuelta de ascensor con la NM, en lugar de romper para construir alternativa clara y distinta.

Pero la cereza en el pastel fueron las declaraciones del también connotado dirigente de RD Miguel Crispi en El Mercurio. Allí, en contradicción con el discurso de renovación y de ruptura con la corrupción institucionalizada, Crispi, plantea la necesidad de hacer Frente Amplio para hacer gobierno. Léase con quién quiere hacer gobierno Crispi. Sus futuros aliados no son otros que el PPD y el PS. Milagro: por obra y magia de la retórica de Crispi la tradición de izquierda está, según él en los que siendo gobierno durante más de 25 años han obstruido las reformas y corrompido la política (*). Cabe preguntarse si los militantes anticapitalistas de RD están de acuerdo con la política de alianzas de Miguel Crispi. Si hubo un congreso de orientación en RD para resolver el tema. O si Crispi se arranca con los tarros.

Izquierda Autónoma y la política de la impotencia

El caso del quiebre de la Izquierda Autónoma, el movimiento-partido salido de las luchas estudiantiles, de las aulas universitarias y del think tank nodoxxi, que había logrado notoriedad pública y respeto gracias a las posturas críticas y coherentes del diputado Gabriel Boric y a la capacidad de análisis sociológica de Carlos Ruiz Encina ha sido un motivo de frustración ciudadana y de sectores de la izquierda social y política.

Nadie entiende, si no está en el restringido círculo de iniciados, las razones por las cuales IA optó por la dinámica de la fragmentación (subjetiva y partidaria) en lugar de la construcción en los marcos de un proceso democrático de debates y de conformación de tendencias que se enriquecen en congresos bien preparados donde se expresan en tesis documentadas las posiciones.

Son las lecciones de la historia las que cuesta adoptar cuando se han interiorizado las derrotas al punto de no poder identificar lo que hace converger las luchas y las voluntades individuales en la acción colectiva.

Izquierda Autónoma no supo dirimir sus diferencias. El respeto a procedimientos democráticos es fundamental. Es sabido que una izquierda fragmentada no atrae ni interesa. Es el estigma infantil de las izquierdas. Las guerrillas internas fratricidas reproducen o bien el estilo estalinista de la purga o el reflejo de secta.

Cabe esperar y trabajar por que el espíritu de la unidad en el respeto de la diferencia detrás de demandas sociales que unen resulte triunfador en el seno de los diversos movimientos sociales. Las demandas unen.

Cortar un pelo en cuatro por razones ideológicas divide y debilita. Es farrearse otra oportunidad para construir una alternativa sin los partidos de la Nueva Mayoría cuya caracterización divide las aguas entre los que quieren cambios estructurales para satisfacer las grandes demandas y los que los sabotean. Para retomar la idea de la crisis de los liderazgos burgueses del comienzo, cabe concluir que los liderazgos en el campo de las izquierdas antineoliberales y anticapitalistas se desmoronan si no se forjan en el debate democrático cara al pueblo.        

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(*) El periodista pregunta: “RD propone hacer un frente amplio. ¿Piensan en sumar, por ejemplo, a la Izquierda Autónoma de Gabriel Boric?  Miguel Crispi responde: Un frente amplio es un frente capaz de darle gobierno al país. Por tanto, un frente amplio solo de izquierda no logra ese propósito. Creo que si se interpretó como una visión de corto plazo, quizás no fuimos lo suficientemente finos. Luego dice: “No me imagino un frente amplio sin el PPD, sin el PS o el PC, porque la tradición de la izquierda también está ahí. Y porque tiene que ser una coalición que pueda ofrecer gobernabilidad a Chile”.

Ver: http://www.elmercurio.com/blogs/2016/05/29/42152/Miguel-Crispi-RD-El-senador-Walker-DC-es-el-principal-adversario-de-la-reforma-educacional.aspx

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