A los valerosos jóvenes que se niegan a sobrevivir de rodillas que luchan por darle sentido a sus vidas, por cambiar la maldita constitución de 1980, sus amarres, y el corrupto e impune modelo de país, impuesto por la dictadura cívico-militar”
La juventud constituye la savia transformadora de los pueblos, ignoran la esclavitud de la rutina y no soportan la coyunda del pragmatismo contemporizador social demócrata. Solo sus ojos pueden mirar hacia el nuevo amanecer, sin remordimientos. Es privilegio de sus manos esparcir semillas fecundas en surcos vírgenes, como si historia comenzara en el momento en que forjan sus sueños en la lucha por sus ideales.
Cada vez que una generación envejece y cambia sus idearios por bastardeados apetitos, estereotipos consumistas o algunos dólares, la vida pública se abisma en la inmoralidad, la corrupción, la impunidad y la violencia. Es la hora de los jóvenes, que deben empuñar la antorcha y pronunciar el verbo en su misión de cambiar, reformar revolucionariamente el mundo corrupto, inmoral, violento e impune. En ellos el pueblo pone su esperanza que espera recuperar la justicia plena, la educación pública, laica, gratuita, etc.
En Chile, los jóvenes luchan, hacen historia. Ellos saben que su prioridad es cambiar la maldita constitución de 1980, para cambiar el infausto proyecto corrupto e inmoral de país impuesto por la dictadura de marras. Las grandes crisis ofrecen oportunidades múltiples a la generación incontaminada, pues, inicia en el pueblo una fervorosa reforma ética, ideológica e institucional. Una conciencia histórica deviene y transmuta la monta, cureña, descarada, desvergonzada e inmoral que le ha impuesto la oligarquía farisea sofofa y sus testaferros castrenses y politicastros al pueblo. Los jóvenes siembran fuerzas morales generadoras del futuro, desafiando el recrudecer de las resistencias inmorales del pragmatismo contemporizador/ social demócrata. La justa previsión de un destino común, permite unificar el esfuerzo e infundir en la vida social normas superiores de solidaridad. El pueblo chileno está cansado de los corruptos fariseos sofofos, los militares y los politicastros. No quiere seguir sobreviviendo de las mentiras de una arcadia de la alegría que no termina de llegar. Tristes, resignados, escépticos, acatan la mayoría como una fatalidad, la corrupción, la inmoralidad e impunidad que los rodea.
Los jóvenes tocan a rebato en toda reforma revolucionaria: rechazan la politiquería mediatizadora y manipuladora. Ellos exigen ideales que señalen un camino. La juventud pierde su valioso tiempo cuando esperan apoyo honesto a la lucha revolucionaria por parte de la social democracia pragmática contemporizadora y democracia cristiana, balón de oxígeno del capital foráneo.
El primer mandamiento de la ley humana es aprender a pensar, el segundo, es hacer todo lo que se ha pensado. Aprendiendo a pensar se evita la pérdida de valiosa energía. El fracaso es debido a la simple ignorancia de las causas que lo determinan. Para hacer bien las cosas hay que pensarlas certeramente, no las hacen bien los que las piensan mal, equivocándose en la evaluación de sus fuerzas, como el niño que errando el cálculo de la distancia, tira piedras contra el padre sol que se asoma en el horizonte. La energía juvenil crea la grandeza moral de los pueblos. Sin energía los jóvenes no cooperan en cosa alguna de común provecho: dudan y temen equivocarse, porque no han sabido pensar y nunca adquirirán la confianza de sí mismos para cometer las grandes empresas como por ejemplo liberar a su pueblo sometido por la oligarquía farisea sofofa y sus testaferros castrenses y politicastros corruptos.
Educando la energía, enseñando a administrarla, se plasman los nuevos destinos de los pueblos. Ningún hermoso ideal fue defendido por las oligarquías farisea sofofa y sus testaferros social demócrata y demócrata cristianos. Los jóvenes que no saben mirar hacia el futuro y no lucha por él, terminan como lacayos, paniaguados de la oligarquía farisea sofofa empresarial corrupta.
Maldiga la juventud a los pragmáticos contemporizadores social demócratas y demócratas cristianos, tartufos que conjuran contra la paz de sus pueblos, que frente al hambre, la corrupción la impunidad, la miseria, la cesantía, las injusticias sociales en general, miran para otro lado.
Maldigan los jóvenes a los fabricantes y traficantes de armas y drogas. Maldigan mil veces a los guerreristas politicastros que hacen correr una sola de gota de sangre, que no es la de sus propias venas.
Cada pueblo es un elemento de la Humanidad. El anhelo de dignificación nacional es un aspecto fundamental de la dignificación humana. Esta se destruye cuando un pueblo como el chileno es azotado por las lacras de la corrupción, la impunidad y la injusticia social, que imponen la oligarquía empresarial sofofa y sus testaferros la clase castrense y la clase politicastra corruptas. Estos últimos bellacos no han podido vender su alma al diablo, porque no hay diablo que se las compre.
“Yo he oído ruidos de cadenas que se rompen, el ser humano ha nacido”… Maestro Vicente Huidobro Fernández.
“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”… Dr. Salvador Allende Gossens, Presidente de Chile.
* Secretario Eje4cutivo ADDHEE Ong.