Diciembre 26, 2024

Abominablemente insípidos

No he vivido en todos los países del mundo, pero en ninguno de los que conozco he escuchado autocríticas tan feroces como las que los chilenos hacemos de nuestro país. Frases tan definitivas como la de Gastón Soublette, LA DICTADURA LE MATÓ LA POCA ALMA QUE TENÍA CHILE Y LO CONVIRTIÓ EN UN PAISITO ABOMINABLEMENTE INSÍPIDO HABITADO POR UNA HORRIBLE ETNIA CONFORMISTÁ Y FEÍSIMA QUE ENTREGA EL CULO POR DOS CHAUCHAS, nos impulsan a escondernos o a cambiar de nacionalidad. Pero, al mismo tiempo a preguntarnos, a qué se deberá esta costumbre nacional. A mi juicio, nos podemos permitir tamaña crueldad, porque tenemos una excesiva seguridad en nosotros mismos y porque desde el fondo del alma nos sentimos inmensamente especiales.

 

 

 

Creo que no somos ni peores ni mejores que otros países, todos tenemos características que provienen de las etnias originarias, las inmigraciones y también de la geografía. Una de nuestras particularidades es nuestra homogeneidad, la culpable de que seamos algo insípidos y, exacerbada, porque somos una isla y, más aún, una isla del fin del mundo. Una isla de la que fuimos más emigrantes y donde solo recibimos europeos en el sur. Nos faltó sangre negra para haber sido menos insípidos y más alegres. Además, hasta los 70 muy pocos chilenos podíamos salir del país. Ni de vacaciones. La gran mayoría no conocíamos ni Mendoza. Se armaba gran revuelo cuando alguien traía de Argentina cremas o similares para vender. Para qué decir cuando alguien de clase media llegaba a Miami. Como la ignorancia es atrevida, el conocer otras culturas solo por los libros profundizaba el chovinismo existente. Hay anécdotas, increíbles en la época actual, como que nos dijeran en el colegio que la bandera chilena había ganado el primer premio a la más linda del mundo y que la Canción Nacional había ganado el segundo lugar, solo aventajada por La Marsellesa.

 

Nuestro aislamiento físico, racial y lingüístico, con un clima y un paisaje, dominado de norte a sur por la cordillera y el mar y el hecho de estar comunicados por vía terrestre  nos dio una tremenda seguridad y aunque efectivamente somos feos, más por culpa de los españoles que de los indígenas, no nos enteramos de ello hasta 1973. La televisión, muy limitadamente, había llegado en 1962 debido al campeonato mundial de football. Es necesario sin embargo destacar que el chovinismo, como todo, lo malo y lo bueno, es más exacerbado en la capital, con ese centralismo que sí es realmente abominable.

 

Creo que América Latina debería ser un sol país, sin fronteras. Quiero a mis vecinos, peruanos, bolivianos y argentinos, pero no podía evitar llorar cuando cantaba en el exilio la canción nacional y también de repente me siento con el derecho a opinar como Soublette. Es decir llevo también en la sangre la arrogancia nacionalista. Pero tratando de ser objetiva, creo que Chile tiene algo especial, lo que se destaca en los procesos políticos que ha vivido, en los modelos instalados, en comparación con el resto de los países de América Latina.

 

La temprana formación del Estado Nacional y la represión a la Araucanía fueron posibles por las facilidades de comunicación terrestre y la homogeneidad de las regiones ya controladas por el Estado. El surgimiento del movimiento obrero en el salitre también cumplió condiciones únicas. El hecho de que la principal fuerza del proletariado chileno surgiera en las oficinas salitreras, lejos de otros centros poblados, aislados con sus familias, permitió a los líderes concentrar la formación de sus partidarios y abarcar todos los aspectos de sus vidas con un cierto conservadurismo en la formación familiar. Se comenta cómo los trabajadores allí en grupos aprendían a leer, a discutir las primeras ideas socialistas e incluso a bailar vals con sus esposas. En 1930, cuando se cierran las minas salitreras, porque el salitre ya no era necesario al ser reemplazado por el salitre sintético, todos estos trabajadores emigran en forma masiva a Santiago y Valparaíso y en diferentes oficios y ocupaciones continúan con su organización. Así, el movimiento obrero surge tempranamente en Chile y también puede llegar un líder como Luis Emilio Recabarren a representarlos al Parlamento tempranamente.

 

En el resto de América Latina la incomunicación terrestre y la diversidad racial influyeron en que se crearan diferentes ciudades de gran tamaño y similares capacidades que competían entre sí. Con la cercanía de Valparaíso, puerto principal, Santiago comenzó a erigirse omnipotente y su represión contra las provincias permitió procesos con un tránsito ordenado que hizo fácil que diferentes modelos políticos impulsados desde el exterior fueran aplicados en Chile con mucha fuerza. Por ejemplo, la Alianza para el Progreso, es asumida con intensidad por la Democracia Cristiana emergente lo que nos lleva al proyecto industrializador de la Revolución en Libertad. Estimula la sindicalización campesina y desarrolla el capitalismo agrario con una reforma agraria masiva, drástica y rápida que perseguía aumentar el consumo industrial de los sectores más rezagados del campo. No fue para los campesinos, pero modernizó la vida rural. Se introdujo la píldora anticonceptiva sin que la Iglesia chistara ni preguntara si era o no abortiva. Era el modelo de desarrollo imperante.

 

Más adelante la Vía Pacífica al Socialismo, que fuera interrumpida de forma tan dramática, constituía un modelo nuevo, pero se inspiraba en la coexistencia pacífica que publicitaba la Unión Soviética y, por tanto, los partidos comunistas de América Latina que, pese a la propaganda de la derecha nunca fueron violentos ni perseguían la lucha armada, se hicieron parte de esta.

 

Finalmente triunfa la Revolución Burguesa drásticamente con una violencia jamás imaginada ni en los sueños de los guerrilleros más apasionados e impone el modelo neoliberal en una forma más totalizadora que en los propios Estados Unidos.

 

En efecto, el modelo neoliberal ha sido aplicado en Chile de pe a pa, incluso por los Gobiernos temidos por la derecha por ser retroexcavadores. Se ha privatizado hasta la plaza de Paine de la señora Pinochet, se dan plenas libertades a la empresa privada, a los capitales, todo en aras del crecimiento y el interés por el dinero ha penetrado hasta a las almas más incorruptibles. En aras del crecimiento y el emprendimiento, las empresas privadas que se encuentran entre las más ricas del mundo, según los rankings de Forbes, han comprado los corazones más puros. En Chile, los modelos se aplican en detalle, por lo tanto podemos ver hasta sus más mínimos impactos. Jamás en los años 60 podríamos haber imaginado en lo que nos llegaríamos a transformar.

 

Felizmente, podemos seguir con nuestro estilo y ser capaces de cambiar. Vemos a diario distintas protestas. Se ha logrado algo en los derechos valóricos. Los estudiantes solitos han logrado mucho, pese a tener todo en contra como la economía, los medios de comunicación, las promesas imposibles de cumplir por los empleados de las empresas multimillonarias. La lucha de los jóvenes en distintos frentes, de las regiones, de los más débiles me hace confiar en que, mucho más temprano que tarde, de nuevo, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

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