Diciembre 26, 2024

Triunfa en Cannes Ken Loach con un filme sobre los efectos del neoliberalismo

Yo, Daniel Blake, implacable alegato contra la injusticia social en Inglaterra, del director británico Ken Loach ganó este domingo la Palma de Oro, máximo galardón del Festival Internacional de Cine de Cannes.

¡Otro mundo es posible y es necesario!, afirmó el director de 79 años al recibir el galardón, la segunda Palma de Oro de su larga carrera dedicada al cine social.

 

 

En su discurso de agradecimiento, Loach levantó la voz contra los efectos devastadores de la política neoliberal en ciudadanos anónimos.

Conocido defensor de las políticas de izquierda, que a lo largo de su carrera ha mostrado en sus películas el rostro más duro del sistema capitalista, señaló: “El cine puede llevarnos al mundo de la imaginación; en el que vivimos está en un momento peligroso.

Estamos atrapados por un proyecto de ideas guiadas por la austeridad, lo que llamamos neoliberalismo y que nos ha llevado cerca de la catástrofe, y privaciones para muchos, como en Grecia, Portugal y España, así como a una riqueza grotesca para unos pocos, precisó.

Se corre el peligro de que la ultraderecha saque partido de ello, indicó.

Loach firma un contenido y emocionante drama sobre un modesto carpintero (Dave Johns) que queda atrapado en una red burocrática que le impide demostrar que no puede trabajar hasta que no se recupere del ataque al corazón que ha sufrido, pero a la vez la administración le niega la ayuda social.

Si el más veterano se llevó el gran premio de la noche, el más joven, el canadiense Xavier Dolan (27 años), obtuvo el Gran Premio, el segundo en importancia, con Juste la fin du monde.

Director, actor, guionista y compositor, Dolan es considerado uno de los nuevos valores del cine y parece tener ya asegurado un sitio en Cannes, en el que ya ganó el Premio del Jurado hace dos años con Mummy.

Juste la fin du monde es la quinta película del realizador en el certamen francés. Basada en una obra teatral de Jean-Luc Lagarce y ambientada en Canadá, Dolan escogió a destacados actores franceses para protagonizarla: Nathalie Baye, Vincent Cassel, Marion Cotillard, Léa Seydoux y Gaspard Ulliel.

La cinta dividió a la crítica, que no acogió tan efusivamente este drama familiar.

El filme que no contó con el aplauso de la crítica fue Personal Shopper, del francés Olivier Assayas, quien obtuvo el premio ex aequo al mejor director junto al rumano Cristian Mungiu, por Bacalureat.

Demoledor retrato sobre la corrupción

Assayas se adentra en el mundo de espíritus de la mano de la estadunidense Kristen Stewart, mientras el rumano Mungiu ofrece un demoledor retrato sobre la corrupción en su país.

Más aplaudida fue la decisión de conceder el premio al mejor guion a Asghar Farhadi, el realizador iraní que gustó a la crítica con The Salesman (Forushande), una obra con la que el director nacido en 1972 coloca un espejo delante de la sociedad de su país y habla de la moral y la violencia premeditada a través de un matrimonio, protagonizado por Shahab Hosseini y Traneh Alidoosi.

Hosseini, además, consiguió el premio al mejor actor.

Farhadi concurre por segunda vez en Cannes, tras alzarse con el Oso de Oro en Berlín por Nader y Simin, una separación, la cinta que procuró el primer Oscar para el cine iraní.

Menos aplaudido fue otorgar a la filipina Jaclyn Jose el premio a la mejor interpretación femenina por Ma’Rosa, de Brillante Mendoza, que dejó sin galardón a la brasileña Sonia Braga, ovacionada en Aquarius, o a la francesa Isabelle Huppert, que encantó en Elle.

Además, el español Juanjo Giménez ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje por Timecode, centrado en dos guardias de seguridad que apenas intercambian palabra, pero se comunican a través de los mensajes que se envían en las cámaras de vigilancia. El realizador dedicó el premio a su equipo y a Luis Buñuel, el único director español que tiene una Palma de Oro (Viridiana, 1961).

La 69 edición del certamen francés quedará en la memoria por el desacuerdo entre la crítica y el jurado presidido por el australiano George Miller, pero también por gratos momentos como los que proporcionó Iggy Pop al recordar su vida en un documental (Gimme Danger).

 

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