La creciente cadena de adversos efectos sanitarios, ambientales y toxicidad que generan la industria a gran escala del pescado muestra el documental de investigación periodística Pescado, ¿no tan sano?, producido por RT, Rusia 2013, 54 minutos, dirigido por Josep Mª Peris Fernández. El mercado requiere grandes cantidades de peces que se producen en criaderos superpoblados con aguas contaminadas por antibióticos y productos tóxicos. El consumo mundial de pescado se ha duplicado en los últimos 40 años. El aumento de la demanda ha generalizado métodos de producción intensiva.
Por razones bastante evidentes, el tema que aborda este documental de la televisión rusa reviste enorme interés para Chile, donde la industria salmonera y otras pisciculturas han dañado quizás irreversiblemente el ecosistema que genera la vida marina en una importante porción del país y además sustenta la economía y la vida económica de una población humana que habita a lo largo de unos 600 km de un territorio cuyo único sustento es el mar.
“Según los activistas medioambientales, los criaderos de pescado son los responsables de una catástrofe sanitaria a gran escala”. Con esta contundente declaración comienza este exhaustivo trabajo de investigación que denuncia las actuaciones de una piscicultura descontrolada y una sobrexplotación de recursos marinos, responsable de verter un peligroso cóctel de productos químicos sobre un alimento que va directo al plato del consumidor.
Pescado, ¿no tan sano? aborda los controvertidos métodos de producción intensiva y cómo amenazan a una industria pesquera que podría verse afectada por un problema de seguridad sanitaria. Pesticidas, mercurio y hasta radioactividad son algunos de los factores que han transformado a ese pescado de un alimento sano en un producto de dudosa fiabilidad. ¿Está la industria pesquera bordeando los límites de la seguridad sanitaria?
El reportaje explora la laxitud de los gobiernos europeos ante la inseguridad alimentaria del pescado, sobre todo del procedente del Mar Báltico y Noruega. También contiene recomendaciones acerca de cuanto pescado consumir al mes por su alta toxicidad. El consumo mundial de pescado se ha duplicado en los últimos cuarenta años debido a que, hasta hace no mucho, era considerado un alimento sano por excelencia recomendado por médicos y nutricionistas.
El mercado demanda más materias primas y la industria pesquera ha echado mano de nuevas formas de producción masivas no exentas de polémica. Los criaderos han proliferado por todo el mundo. Desde Vietnam a Noruega, millones de peces se hacinan en las granjas de piscicultura. La superpoblación provoca infinidad de parásitos y enfermedades, que se combaten con vertidos a las aguas de antibióticos y productos tóxicos. “En mis granjas hay cien millones de pangas. Hay más peces en mis estanques que habitantes en todo Vietnam”, afirma orgulloso un productor que suministra a Europa el 95% de las pangas que consume.
Los científicos alertan de los riesgos que traen consigo los alimentos para engordar salmones, doradas o lubinas criadas en cautividad y la gran contaminación marina provocada por los vertidos tóxicos de la industria química y papelera. “Contienen una gran concentración de dioxinas, uno de los venenos más potentes que conocemos”, afirmó un miembro de Greenpeace Suecia. (Ernesto Carmona)