Noviembre 19, 2024

Subdesarrollo Político en Chile: El Estado Fallido que ya se vislumbra en el horizonte

Un viejo y estimado amigo, académico prestigioso de una importante universidad chilena, me pidió que le ayudara a elaborar un programa para crear una licenciatura en educación cívica. En otras palabras, una licenciatura para formar profesores de educación básica y media en el área de la ciencia política y la educación cívica. Mi amigo, al igual que yo, está sumamente preocupado por el nivel de subdesarrollo político en el que ha caído el país.

 

 

Él piensa y yo estoy de acuerdo, que un buen diseñado y masivo programa de educación cívica a nivel nacional podría contribuir sustancialmente a disminuir la apabullante ignorancia politológica actualmente existente en la población chilena.

         Ya llevo varios días trabajando en los fundamentos y justificación del programa en referencia, pero debido a que necesitaba mayor y mejor información sobre la necesidad de dicho programa, decidí gastar algunos días haciendo una investigación rápida (investigación – acción) en el terreno. Para este trabajo se eligió la provincia de Chiloé tanto en su zona insular como continental.  Desde ya, hace varios días, e intentado ir a la isla grande de Chiloé pero esto no ha sido posible pues la ruta 5 ha sido cortada y nadie, salvo las ambulancias, puede pasar el canal de Chacao. Se me informó que los pescadores artesanales se han tomado varias carreteras de la décima región y no dejan pasar a nadie. Los pescadores alegan, que la enfermedad de los salmones y sus posteriores catastróficas consecuencias ha sido un problema pésimamente tratado.  Se argumenta que 9 mil toneladas de salmón envenenado no fueron enterrados en tierra ni tampoco lanzados al mar a más de 100 millas al oeste de la costa chilota como se había programado originalmente.  Se señala que los salmones envenenados fueron lanzados por las empresas salmoneras al agua en distintos lugares en el mar interior de Chiloé y todo esto naturalmente agravó en grado extremo el problema de la anterior marea roja.  Hoy día no sólo los salmones están envenenados, sino también otros peces y particularmente miles de toneladas de mariscos.  Esta situación para los pescadores artesanales es gravísima, ya que la recolección de mariscos es uno de los componentes vitales de la alimentación de sus familias.  El gobierno ha reaccionado y ha prometido pagar 100.000 pesos al mes a cada familia de pescadores afectados. Esto ha sido considerado totalmente insuficiente y es por ello que los pescadores artesanales han decidido cortar rutas vitales de la décima región. Ningún Estado, políticamente desarrollado, permite que sus principales vías de comunicación sean cortadas por horas y mucho menos por varios días.

         Es preciso señalar además, que la actual catástrofe salmonera, fue anticipada ya hace muchos años atrás. En efecto, otro amigo académico jubilado y experto en mareas oceánicas de la región ha señalado que en Chiloé existe un problema fundamental. Las mareas salientes del mar interior de Chiloé no alcanzan a limpiar el agua de este mar interior, debido a que la marea saliente es paralizada y empujada hacia atrás por las mareas entrantes. Por lo tanto, el mar interior se transforma en una especie de lago estancado incapaz de purificar su masa acuática. Esto es enormemente peligroso para toda la vida de la región, ya que ninguno de los pueblos y ciudades (incluyendo a Puerto Montt) que bordean el mar interior de Chiloé tiene un efectivo y eficiente sistema de tratamiento de aguas servidas. En otras palabras, se enfatiza el hecho que año tras año el mar interior se ha trasformado en una gigantesca cloaca que irremediablemente terminará por matar toda la vida acuática de la región. Al parecer la catástrofe anunciada por mi amigo hace 15 años atrás, se está cumpliendo y tanto las empresas privadas salmoneras como el Estado no saben cómo enfrentar esta crisis.

         Creo que las ideas que he preparado para justificar el futuro programa de educación cívica son también pertinentes para ayudar a entender el grave desorden político y anarquía que en estos momentos está viviendo la décima región. Es por todo esto que estas ideas generales se incluyen a continuación.

         En su magistral y pionera obra titulada Desarrollo Político en Sociedades en Cambio (Political Order in Changing Societies, Yale University Press New Haven, 1968) Samuel P. Huntington analiza en profundidad el concepto de desarrollo integral. Este es un fenómeno excepcional y que sólo se da en sociedades que han tenido la gran suerte de alcanzar un muy alto grado de desarrollo político, mucho antes de iniciar un acelerado proceso de desarrollo económico y social. Este alto grado de desarrollo político original se produce cuando la elite de la sociedad bajo análisis es altamente educada y particularmente entrenada en filosofía, ética, ciencias sociales, educación cívica y ciencia política. Una idea similar fue elaborada siglos atrás por Maquiavelo en sus numerosos tratados, cuando discute las características de la monarquía virtuosa.  En ella, el rey y sus colaboradores son verdaderamente expertos en ética y filosofía. Esta elite progresista y de excelencia ha sido capaz de crear un masivo sistema educacional gratuito donde toda la población recibe sólidos conocimientos para ganarse la vida decentemente y también educación cívica para contribuir en el gobierno de su comunidad.  En otras palabras, la elite ha creado una población altamente productiva y con alto grado de educación cívica.

         De esta manera la elite y el pueblo están fuertemente estructurados, institucionalizados y organizados en asociaciones gremiales, asociaciones comunales, sindicatos, y lo que es más importante, el país cuenta con uno o dos poderosos partidos políticos que dirigen y controlan la vida política de la sociedad.  Es así como el partido político en el poder cuenta con la inmensa mayoría del voto popular y esta es la institución básica que inicia y luego dirige y controla con mano férrea el proceso de desarrollo económico y social. Todo este proceso se hace en forma ordenada, planeada y organizada. Es este poderoso partido político el que es capaz de iniciar, dirigir y controlar las enormes fuerzas desatadas tanto por el proceso de industrialización generalizada, como por los procesos de urbanización masiva. En este fundamental cambio socioeconómico, los pequeños negocios se transforman en grandes empresas y la población se traslada y emigra del campo a la ciudad. Como todo esto se hace organizada y planificadamente, las imparables turbulencias producidas por la industrialización, urbanización y globalización planetaria, no se desbocan como un gigantesco río que inunda y destruye todo a su paso.

         De esta forma una férrea organización política es la infraestructura de represas, diques y canales que guían y domestican el imparable torrente caudaloso del proceso modernizador. La modernización se guía por cauces pacíficos que buscan el bien común y el beneficio para las grandes mayorías de la población. De esta forma los indicadores de modernización tales como drásticos aumentos en el ingreso per cápita promedio, el aumento del alfabetismo, la educación primaria, secundaria y universitaria; los aumentos en la esperanza de vida y en las condiciones en salud, el crecimiento del transporte, la vivienda y la infraestructura urbana; los vertiginosos aumentos en las comunicaciones, la prensa, la radio, la televisión, el internet, los celulares, etc., etc., etc.; en fin toda esta avalancha modernizadora no produce graves desequilibrios, injusticias y desigualdades aberrantes. Por lo tanto la envidia, la anomia, la criminalidad y todas las lacras sociales que todo cambio violento producen, no se desarrolla. Por el contrario, cuando el desarrollo económico y la modernización son creados y dominados por una elite rica y corrupta; todas las lacras sociales se dejan caer sobre la sociedad afectada. En este proceso corrupto el rapidísimo aumento de la riqueza y las oportunidades son sólo para una pequeña minoría de la población, y la inmensa mayoría queda al margen y segregada del progreso y modernización alcanzados. La sociedad políticamente desarrollada es capaz de mantener un desarrollo armónico y equilibrado entre el avanzado proceso de institucionalización política y el acelerado proceso de desarrollo económico y modernización social.

Huntington presenta un gráfico de dos variables para explicar e ilustrar su teoría. En la línea vertical grafica el nivel de desarrollo político o grado de institucionalización politológica de la sociedad en referencia. En la línea horizontal grafica el grado o nivel de modernización y desarrollo económico de la sociedad bajo estudio.

 

 
 

Alta

 

 

             

 

Cuadro de texto: Institucionalización                                                2                                           3

                                                 

                                                1                                          4  

 

 

               
   
 
 

Baja

 

Alta

   

Modernización

 

 

 

                                    

El proceso de desarrollo político o institucionalización política, se mueve en la línea vertical de abajo hacia arriba. Países con bajo desarrollo político se ubican cerca de la base de esta línea y países con alto desarrollo político se ubican en la parte superior de la misma. El desarrollo socioeconómico o proceso de modernización se mueve en la línea horizontal de izquierda a derecha. Países poseedores de un bajo nivel de modernización se agrupan a la izquierda de la línea horizontal. Países con un alto nivel de modernización se ubican en el extremo derecho de esta línea horizontal. De esta forma se crean cuatro cuadrantes. En el cuadrante número 1 Huntington incluye a países subdesarrollados tanto en lo político como en lo socioeconómico. Es decir, estos países tienen bajo nivel de institucionalización y también bajo nivel de modernización. En este cuadrante se agrupan la mayoría de países del África Subsahariana. En el cuadrante número 2 de ubican los países con alto nivel de institucionalización política, pero muy bajo nivel de modernización. Aquí se incluyen casi todas las monarquías absolutas musulmanas existentes tanto en el norte de África como el Medio Oriente y sur de Asia. En el cuadrante número 3 se ubican todos los países que hoy día son clasificados como países desarrollados tanto por su sistema político como por su sistema socioeconómico. Aquí se incluyen todos los países escandinavos, germánicos y también los países anglosajones. A este selecto grupo se agregaron también Francia, Japón, los Tigres Asiáticos, Rusia, China y Cuba. En el cuadrante número 4 se agrupan los países con bajo nivel de institucionalización y desarrollo político pero con un alto nivel de modernización socioeconómica.  Estos son países en desarrollo semi industrializados y por lo general exportadores de materias primas. La población tiene altos niveles de educación pero al mismo tiempo sufre altos niveles de desempleo y la desigualdad económica genera injusticia generalizada.  Aquí se ubican casi todos los países latinoamericanos salvo Cuba y los países del este y sur de Europa. También se incluyen los países musulmanes que se ubican en un arco que va del norte de África, pasa por el Medio Oriente y se extiende por el sur de Asia.  Es el cuadrante número 4 el que incluye países con extrema inestabilidad política, anarquía y caos social. En todos estos países se han producido en las últimas décadas golpes de Estado y revoluciones. Desde el año 2010, muchos de los países musulmanes ubicados en el cuadrante número 4 sufren largas e interminables guerras civiles. Aquí se ubican naturalmente Irak, Afganistán, Turquía, Paquistán, Libia, Siria, Egipto y Yemen.

La permanencia por mucho tiempo en el cuadrante 4 produce lo que Huntington denomina “Estados fallidos”. Estados fallidos son aquellos Estados donde sus instituciones políticas sufren de corrupción masiva. De esta forma el poder ejecutivo y su administración pública sólo son  efectivos y eficaces para entregar bienes y servicios a la corrupta elite que se ha apoderado del país. Pero estas instituciones del gobierno son totalmente inútiles para entregar bienes y servicios a la inmensa mayoría de la población.  Los congresos y parlamentos sólo funcionan para satisfacer las necesidades de la elite.  La rica oligarquía dominante se ha comprado a la clase política y por lo tanto el parlamento sólo hace leyes y políticas públicas que son favorables a la elite y que naturalmente perjudican gravemente a la inmensa mayoría. Los tribunales de justicia están igualmente corruptos y por lo tanto en los juicios y controversias entre las distintas clases sociales siempre terminan en sentencias favorables a la rica oligarquía y a sus políticos a sueldo.  La prensa, radio, televisión y otros medios de comunicación de masas están bajo el absoluto control de la oligarquía. La población por lo tanto recibe un mensaje uniforme de que todo está normal y que la sociedad marcha vigorosamente hacia su desarrollo integral y a la felicidad ciudadana.

Esta gigantesca farsa política se extiende y prolonga mientras el país es capaz de crecer económicamente. No obstante, si se produce una grave crisis económica donde el ingreso per cápita se desploma por varios años (periodo de vacas flacas); entonces la fiesta termina abruptamente. Una gran mayoría de la población cae del nivel de clase media a la pobreza. La población afectada se moviliza rabiosamente y de esta forma nacen las manifestaciones, marchas, huelgas y el conflicto social se generaliza. La elite en desesperación convoca a las fuerzas militares y así nace el Estado pretoriano. De esta forma el Estado corrupto y fallido se transforma en una dictadura o Estado pretoriano. De aquí en adelante los cambios que la sociedad necesita sólo se pueden hacer por revolución violenta. Si la inmensa mayoría oprimida logra organizarse, nace un proceso revolucionario que da muerte a una época y nacimiento a un nuevo periodo histórico.

                                    Chile en el año 2016.

El país naturalmente se ubica en el cuadrante número 4 de Huntington. El nivel de desarrollo político e institucionalización política ha decrecido constantemente desde el año 1973. La dictadura pinochetista destruyó las organizaciones populares. Juntas de vecinos, cooperativas obreras, sindicatos y sobre todo, partidos políticos populares y progresistas, desaparecieron del panorama político. Miles de chilenos murieron en cárceles y campos de concentración y cientos de miles fueron forzados al exilio. Entre 1973 y 1989, el país vivió el periodo más obscuro de su historia republicana. Todo el nivel de desarrollo político alcanzado entre 1890 y 1973, desapareció bajo la brutal represión de la oligarquía y sus aliados militares. Por su parte la Concertación de partidos por la Democracia, sólo se pudo organizar bajo la condición de mantener intacto el modelo socioeconómico neoliberal o también llamado consenso de Washington,[i] y al mismo tiempo, drásticamente desmovilizar a los sectores populares que se organizaron para acabar con la dictadura de Pinochet y sus aliados de la oligarquía. Como consecuencia de este acuerdo,  entre la oligarquía y la Concertación, el país cayó estrepitosamente en su nivel de desarrollo político.

Los partidos políticos actuales son organizaciones extremadamente minoritarias y que se preocupan sólo del bienestar de la elite política que los dirige. Socialistas, radicales y demócrata cristianos, rápidamente se transformaron en neoliberales disfrazados. El broche de oro o la guinda de la torta de esta transformación ideológica se produjo cuando el partido comunista se incorporó a la nueva coalición gobernante llamada “nueva mayoría”. La población chilena ha reaccionado a este gigantesco fraude  y proceso de corrupción política cayendo en un estado de apatía política.  En la última elección presidencial el 60% de los chilenos con derecho a voto se negaron a votar. Numerosos estudios culturales, sociológicos y politológicos indican que la inmensa mayoría de los chilenos han caído en el síndrome del “familismo amoral”. Esto quiere decir que  el individuo aislado sólo confía en su familia inmediata y un puñado de amigos.  El resto de la población es considerado poco confiable y hostil. El familista amoral odia la política y a los políticos y así cae en un individualismo extremo. Su capacidad de asociatividad es nula y esta circunstancia le impide todo tipo de efectiva acción pública a favor del interés común y colectivo.

Hasta hoy día el caos generalizado se ha logrado evitar debido al fundamental hecho de que el país a pesar de sus enormes problemas, sigue creciendo económicamente[ii] gracias a que sus productos de exportación aún tienen precio y mercado en el exterior.

Naturalmente todo esto podría cambiar si el mundo cae en una nueva gran crisis como las que periódicamente han afectado a las dos globalizaciones neoliberales (crisis de 1913, 1918, 1929, 1973, 1982, 1998, y últimamente 2007). Una nueva gran recesión y luego depresión mundial sería fatal para los destinos del país. Chile debido a su apertura al mundo globalizado, es el país que históricamente más ha sufrido con las previas crisis planetarias. El país no tiene ninguna protección ante la abrupta bajada de los precios de las materias primas. Si esto vuelve a ocurrir, la economía y la sociedad chilena se desmoronarán en un abismo similar al que se cayó en crisis anteriores. La falta de desarrollo político que el país actualmente padece crearía las condiciones para también caer en un ambiente de anarquía, Estado fallido, revolución y guerra civil.  La terrible situación que hoy día viven países con alto nivel de modernización pero bajísimo nivel de desarrollo político, es probable que también se deje caer sobre la nación chilena. Es preciso recordar que en el cuadrante número 4 de Huntington se incluye a países tales como Libia, Turquía, Líbano, Siria, Irak, Yemen, Egipto, Afganistán y Paquistán; todos ellos están en grave crisis política.  En América Latina, países sufriendo un creciente proceso de anarquía se incluyen a México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia y Perú.

 

 

 

 


[i] Este consenso demandaba que el proceso de desarrollo económico, producto de la globalización impuesta por los Estados Unidos, debía quedar bajo la sola dirección y control de los empresarios privados (tanto nacionales como extranjeros); el Estado se reducía a un nivel mínimo y subsidiario y sólo intervenía en actividades económicas en aquellas áreas donde el sector privado no podía obtener un lucro adecuado (por ejemplo, construcción de carreteras rurales o la creación de postas médicas en lugares remotos). De esta forma el principal y único motivo para invertir en el desarrollo nacional era el lucro o retorno de la inversión. El lucro se aseguraba con la destrucción de los sindicatos obreros  y la eliminación de leyes que favorecieran a este sector social. Todas las riendas del poder fueron dados a los dueños de dos factores de la producción, es decir, capital y tecnología. En cuarenta años, este consenso de Washington creó un mundo desigual en extremo. Los ricos y la clase media que los apoyó, el 10% de la población, controla el 90% del ingreso y también de la riqueza nacional. El 90% de la población más pobre se quedó así, con las migajas y las sobras del banquete. Curiosamente la reacción a esta gigantesca estafa, similar a la estafa que antecedió a la primera guerra mundial en 1914, se está produciendo en el centro de la economía neoliberal. Es en Estados Unidos donde se está creando una verdadera revolución anti globalizante y contraria al consenso de Washington. Sus dos paladines son Donald Trump por el partido republicano y el senador Sanders por el partido demócrata.  Para ambos candidatos, el ingreso nacional se debe distribuir más equitativamente y el control del proceso de desarrollo económico y social debe volver a manos del Estado. Si Donald Trump es electo presidente de los Estados Unidos, es probable que termine con la actual globalización neoliberal de la misma forma como el presidente Wilson terminó con la primera gran globalización neoliberal iniciada por el imperio británico a mediados del siglo XIX y que colapsó durante la primera guerra mundial.

[ii] Es necesario señalar que el crecimiento económico de Chile en los últimos 30 años ha sido enorme. En el hecho durante el año 2015, Chile alcanzó el nivel de país económicamente desarrollado. Con un producto promedio anual per cápita de 20 mil dólares. Con este nivel de producto per cápita Chile, según la Organización para la Cooperación Económica Europea, tiene el nivel de país desarrollado económicamente. Ya a comienzos del siglo XXI, los indicadores de modernización chilena eran bastante altos. Por ejemplo en el año 2002 el índice de desarrollo humano era de 82.5; la esperanza de vida era de 73 años para los hombres y 79 años para las mujeres.  La alfabetización llegaba a 95.8%, la población urbana era de 84%. La tasa de mortalidad por mil habitantes, llegaba a 5.7%. El producto bruto per cápita era de 4.640 dólares anuales. El índice de libertad económica era de 1.85. El enrolamiento en la educación primaria llegaba al 100% de los  niños en educación escolar.  El enrolamiento en educación media era del 85% de niños en edad escolar. El enrolamiento en educación universitaria era del 34% de jóvenes en edad escolar. El 100% de las familias poseían televisión, el 23% poseía teléfono fijo; el 34% de la población tenía teléfonos celulares y el 100 % de las familias poseían radios. El 8,4 % de la población poseía un computador y el 8.1% estaba suscrito a internet.  Ver “The Economist”. Pocket world in figures. Profile Books. London 2003, pgs. 122 – 123. Ver también:  Banco Mundial World Development Report Oxford University Press, New York 2002. Es preciso recalcar que estas altas cifras de modernización han aumentado exponencialmente en los últimos 15 años. Este altísimo nivel de modernización socio económica contrasta dramáticamente con el bajísimo nivel de desarrollo político e institucionalización que el país actualmente tiene. Es este fenómeno de altísimo nivel de desarrollo socioeconómico y bajísimo desarrollo político, el que transformará a Chile en una verdadera bomba de tiempo. Todas las grandes revoluciones exitosas del mundo se han producido cuando la riqueza de los pocos ricos llega a niveles vergonzosos y al mismo tiempo la pobreza de la inmensa mayoría llega a niveles igualmente aberrantes. Ver: Crane Brinton “The Anatomy of Revolution” y James C. Davies “Toward a Theory of Revolution” ambos en R.C. Macridis y B.E.Brown Comparative Politics The Dorsey Press Illinois, 1968, pgs. 608 – 620 y pgs. 629 – 642.

 

 

 

F. Duque Ph.D.

Cientista Político

Puerto Montt, mayo 2016

 

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