Después del terremoto de Valdivia, en 1960, catalogado como el de mayor intensidad desde que haya registros a nivel mundial, se produjo un derrumbe que tapó el río Riñihue y al formarse un dique natural amenazó al abrirse con inundar la ciudad de Valdivia. La ENDESA de aquella época, totalmente de propiedad estatal, estaba dirigida por el eminente ingeniero civil, don Raúl Sáez, quien a pedido del gobierno cuyo presidente era el ingeniero Jorge Alessandri aceptó hacerse cargo y evitar el desastre.
ENDESA contaba en aquellos años de un gran departamento de ingeniería, porque diseñaba y construía las plantas hidroeléctricas, generaba la electricidad y la distribuía en las redes de alta tensión en todo Chile. Con personal y equipo propio, más la colaboración del Ministerio de Obras Públicas, el que también disponía de numerosos ingenieros civiles ya que en sus departamentos especializados se proyectaban y construían las obras de infraestructura viales e hidráulicas , hizo un diagnóstico rápido del problema. Se diseñó un canal lateral en el río Riñihue, se lo construyó y se logró desaguar la retención natural lentamente sin afectar a la ciudad aguas abajo.
Se trae esto a colación porque Chile en los 60 tenía sólo 7 millones de habitantes y era capaz de solucionar sus problemas naturales con ingeniería propia y sin grandes recursos disponibles.
En estos días se ha difundido la triste realidad de la ingeniería estatal chilena:
La inundación de una parte de la comuna de Providencia de Santiago que dañó edificios, negocios y subterráneos, por un desvío del rio Mapocho, proyectado y construido por dos firmas extranjeras, parece no tener responsables, ni nadie que asuma la responsabilidad de no haber previsto las medidas de contingencia en caso que el caudal subiera de cierta cantidad de metros cúbicos de los cuales ya había registros y memoria. Hay un único inspector fiscal que está sometido a un sumario y sus resultados se conocerán en futuro impreciso.
Simultáneamente con esa inundación se interrumpió el suministro de agua potable a un 60% de las comunas de Santiago. La razón, los derrumbes enturbiaron el cauce del rio Maipo del cual se extrae gran parte del agua que se consume en Santiago, que superó la capacidad de limpiarla que tiene la planta decantadora y purificadora de las Vizcachas. Es extraño que nadie cuestione el origen del problema , pues es sabido que por un don de la naturaleza , Santiago cuenta con una laguna natural llamada embalse del Yeso , que se alimenta con los deshielos de la cordillera y que tiene capacidad suficiente, para incluso en varios años secos, alimentar la ciudad de Santiago con agua limpia que debe ser tratada en la Vizcachas , sólo por decantado mínimo y clorado. Lo que pasa es que el canal que conecta el embalse del Yeso con las Vizcachas que es muy antiguo sólo tiene capacidad para alimentar la mitad o un tercio de las necesidades del Gran Santiago. ¿por qué entonces , en lugar de ampliar el acueducto y seguir usando el agua limpia de El Yeso , se prefiere sacarla del cauce de un río que en invierno traer barro y arena que hay que purificar en forma costosa y cuyo proceso e ineficiencia deben pagar los consumidores del servicio?
No se conoce la explicación de la Superintendencia de Servicios Sanitarios de la que depende la Empresas de Aguas Andinas y que cada 4 años fija las tarifas del servicio, tanto del agua potable, como del tratamiento de las aguas servidas y del servicio de alcantarillado que las reconduce al rio Mapocho.
Hay varias posibles explicaciones:
La primera que para el cálculo de las tarifas se usa el sistema de una empresa modelo que refleja los mejores costos posibles del tratamiento del agua potable. Que cuando una nueva obra de “mejoramiento” y eficiencia del servicio se puede proyectar y aplicar, la rebaja en las tarifas sólo se produce en el período siguiente, así que es mejor no hacer la inversión. Total si el costo de sacar el barro del rio, lo pagan los consumidores, para que hacer una obra nueva? Algo anda mal en el diseño de la empresa modelo o en la fiscalización que hace la Superintendencia o en la capacidad de ingeniería para hacer un nuevo ducto para alimentar la planta de tratamiento desde el Embalse del Yeso.
La explicación más abusiva para los consumidores sería que el agua limpia de la Cordillera de los Andes, de la Laguna Negra conectada con el Embalse del Yeso se quiere usar para producir energía eléctrica en una nueva central hidroeléctrica que vaciará el agua ya usada en la generación, aguas abajo del rio Maipo. Para eso hay que seguir captando aguas barrosas de ese mismo rio con las consecuencias ya sufridas.¿ Y no se afectará el suministro de agua potable a Santiago si vienen una serie de años secos?
Todo este análisis revela que los organismos del Estado parecen no tener la capacidad suficiente para actuar con prontitud y conocimiento para ofrecer las mejores soluciones a la población.
Aún peor es el reciente informe del Director de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas que plantea que el puente levadizo sobre el río en Valdivia llamado Puente Caucau, fue mal construido, con mal diseño y con malos materiales . Hay que optar entre modificarlo sustancialmente o construir otro totalmente nuevo.
Como ese proyecto fue iniciado hace varios años y abarca varios gobiernos uno puede preguntarse ¿hay suficiente nivel de ingeniería en el país para diseñar, para revisar el diseño, para supervigilar la construcción y finalmente para probar un puente levadizo construido, antes de que ocurra una tragedia? Como parece que no existen esas capacidades, finalmente se encargaron a empresas extranjeras, pero parece que ni siquiera existe la capacidad de seleccionar bien las empresas a quienes se hicieron los encargos, pues la capacidad de ingeniería en el sector estatal está tan débil, que no se pueden tomar buenas decisiones.
Y la gran pregunta que seguramente los lectores y nosotros nos hacemos:
¿Pasará algo parecido con el Puente sobre el Canal de Chacao?
Si lo que se aprendió en el Puente Levadizo de Cau-Cau va a servir de algo, ¡por favor aplíquenlo en el Chacao!
25/04/2016