La muestra EUGENIA HUICI. UNA MUJER VISIONARIA se presenta en la Casa-Museo Santa Rosa de Apoquindo, entre el 24 de marzo y 26 de junio.
La exhibición está compuesta del vestuario, pinturas, fotografías, documentos y ambientación dedicada a esta “mujer visionaria” que fue mecenas del modernismo, referente de la moda en París y musa inspiradora.
Gracias a la colaboración de un coleccionista que se ha dedicado a preservar su legado, la Corporación Cultural de Las Condes y el Instituto de Conmemoración Histórica de Chile han querido rescatar a esta legendaria figura de fines del siglo XIX e inicios del XX, con una gran exposición homenaje, integrada por vestuario, pintura, fotografía, documentos y accesorios, y complementada con ambientación de los espacios que habitó, que la llevaron a ser considerada una precursora de la estética minimalista en la decoración de interiores.
Madame Errázuriz, como le decían en Europa, es ampliamente reconocida en el extranjero y en Chile no ha tenido suficiente difusión.
Hija de aristócratas y multimillonarios bolivianos y casada con el pintor y diplomático chileno José Tomás Errázuriz, Eugenia Huici Arguedas (1860-1951) fue una mecenas del modernismo, un referente de la moda en el París de entre siglos y musa inspiradora de grandes artistas.
Retratada por los más importantes pintores de la época, tuvo en su círculo de amigos y protegidos a jóvenes vanguardistas, como Picasso, Stravinsky, Cendrars y Cocteau.
Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural de Las Condes expresó que “a pesar de que Eugenia Huici sea un personaje a nivel internacional y que aquí, en su propio país, se sepa tan poco sobre ella. Por eso, esta pequeña muestra viene a saldar una deuda histórica. Imposible mostrarla en su completa e inmensa dimensión, pero hemos hecho esfuerzos para dar luces sobre su figura y entregar el público las claves para que entienda hasta dónde llegó esta chilena nacida en La Calera”.
“Es cierto que pertenecía a una élite y que ello le abrió las puertas al mundo artístico e intelectual europeo, sin embargo, ella poseía algo más que status; una rara y escasa sensibilidad para adelantarse a su tiempo y sintonizar con lo que el futuro traería años después. Si bien sus inicios están en los grandes palacios de París o Londres, con el tiempo su sensibilidad dio un giro y la llevó a inclinarse por la síntesis formal, lo que aplicó en su colección de arte, en sus casas y en su manera de vestirse”, añadió Court
A lo largo de los más de 50 años que vivió entre París, Biarritz, Londres y Madrid, Eugenia Huici se insertó plenamente en la sociedad de la Belle Epoque. Conoció, apoyó e inspiró a jóvenes vanguardistas, entre los que destacaron Pablo Picasso, el músico ruso Igor Stravinsky, el poeta suizo Blaise Cendrars y el crítico de arte francés Jean Cocteau.
Pablo Picasso dibujó a Madame Huici 24 veces. La mujer que Picasso conoció se acercaba a la mediana edad que vivía entre París y Londres y tenía muchos admiradores. Pasarían años antes que Picasso conociera y sintiera que ella era su mentora, su musa, su modelo. Nunca hubo un romance entre ellos, pero la influencia de ella sobre él fue enorme.
Ella decía que había refinado al bohemio Picasso, le presentó a Diaghilev, lo preparó para su audiencia con el rey español y lo pulió para su noviazgo con la bailarina Olga Koklova. Eugenia también les proporcionó a ambos el lugar de su luna de miel en Biarritz, donde Picasso pintó frescos para una habitación en La Mimoserie.
Picasso dijo del boceto de Eugenia, “es tan hermoso que ni siquiera hubiera permitido a mi padre tenerlo”. Según artículo de John Richardson, en este boceto se identifica a Eugenia, aunque se debate si era su bella sobrina nieta Patricia. Ella luce sin embargo más hermosa aún en la primera fotografía, de 1929.
Una lista de artistas se inspiró en Eugenia: Augusto Johns, Walter Sickert, Braque, Diaghilev, Arthur Rubinstein, Cocteau, Stravinski, Blaise Cendrars y Le Corbusier. Proust se refirió a ella específicamente en su épica En busca del tiempo perdido: “tocada por el arte como por gracia divina, viviendo en departamentos repletos de pinturas cubistas, mientras un pintor cubista vivía para ellas, éstas (las pinturas) vivían sólo para él (el pintor)”. Proust había estado presente cuando Eugenia desempacó los lienzos y dibujos cubistas de Picasso, después de la guerra.
Los más importantes pintores de la época la retrataron, tales como Jacques Emile Blanche, John Singer Sargent, Giovanni Boldini, Théobald Chartran, Paul César Helleu, José de Madrazo y Agudo, y Charles Conder.
Jody Shields escribió que “aunque ella no diseñó ningún mueble, aunque no tuvo clientes y poco de su trabajo fue fotografiado, es considerada una de las primeras en haber creado una moderna estética minimalista”.
María Ignes Barbosa, escribió en un artículo escrito en 2010 que “su filosofía era la simplicidad. A pesar de ser muy rica, condenaba la ostentación. Pudiendo poseer todo, prefería despojarse. Para ellos los muros tenían que ser blancos, sin molduras, el suelo muy limpio, encerado, las cortinas de lino y sin forro. Con simetría no ortodoxa, colocaba sus muebles en forma original. Nada de pasamanerías ni conjuntos de sofás ni sillones en pares. Los cuadros siempre eran sin marco. De forma casi insolente para la época, en una decoración moderna, ponía objetos antiguos, mezclando lo despojado con lo lujoso”.
Por su parte, el fotógrafo y modisto británico Cecil Beaton señaló en el libro “The glass of fashion” (1956) que “su efecto en el gusto de los últimos cincuenta años ha sido tan enorme que toda la estética de la decoración interior moderna y muchos de los conceptos de simplicidad, admitidos mayoritariamente hoy, pueden ser desplegados en su extraordinario umbral”.
La exposición se extenderá entre el 24 de marzo y el 26 de junio de 2016 en la casa –museo Santa Rosa de Apoquindo (Av. Padre Hurtado Sur 1195, Las Condes).
La exposición estará abierta al público de martes a domingo de 10:30 horas a 19:00 horas. La entrada es liberada.