La exposición de Javier Rodríguez en el Núcleo Contemporáneo del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA)utiliza el realismo fotográfico, la imagen de archivo, el cómic y un tipo de dibujo vinculado a una tradición gráfica/política latinoamericana, para producir una especie de pop ácido, oscuro y contingente en torno a dos relatos e imaginarios de 1965: el lanzamiento del disco Revolver de The Beatles y el surgimiento del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), entendidos estos como opciones distintas de mundo, que se ofrecían a mediados de la década.
Estos dos elementos centrales en la construcción del trabajo son cruzados por referencias a la publicidad y al espiritismo, otorgándoles, a los primeros, una atmósfera extraña, misteriosa y siniestra.
Revólver, explica Rodríguez, “se nutre de una detallada visualidad que se debate entre el cómic y la tradición heredada del grabado, y rescata lo anacrónico del dibujo como una estrategia de resistencia dentro de la vorágine que nos ha planteado la cultura visual de los últimos años, y ante una sociedad hipertecnologizada e instrumental”.
La exposición se vincula con el trabajo previo del artista, que ha desarrollado una línea de investigación que desde el dibujo, el realismo fotográfico, la instalación y las ciencias sociales, ha intentado unir dos tipos de imaginarios: los del mal y los de los medios de comunicación. Con éstos intenta producir incertidumbre frente a los sentidos y relatos que se desprenden de las imágenes mediáticas, televisivas, publicitarias y cinematográficas.
Javier Rodríguez Pino
Nació en Santiago en 1981. Máster en Producción Artística de la Universidad Politécnica de Valencia (2007). Sus proyectos han sido presentados en Centro Matadero, Flora Ars+Natura, Laznia, 98weeks, Museo de Arte Contemporáneo, entre otros. Mención Honrosa Entre Ch.ACO & Finlandia (2012) y Primer Premio Beca DKV (2008).
Revólver
Javier Rodríguez P.
Núcleo Contemporáneo
9 de abril al 26 de junio
De 10 a 18 horas
República 475, Santiago
www.mssa.cl
Tres Tiros
Sobre la muestra “Revólver”, de Javier Rodríguez
Por Ana Maria Maia
[REVOLVER]
Álbum que inauguró la psicodelia en la carrera de The Beatles. Lanzado en agosto de 1966, distorsionó la sonoridad de las baladas para guitarra limpia con reversiones, ‘loops’, letras de protesta y acordes de cítara india. Extrañas en actitud y forma, las piezas eran sensibles a las tantas rupturas en curso: la guerra fría, la presión internacional contra el imperialismo, la contracultura, el movimiento hippie y las experiencias con drogas. La música, infiltrada como virus en la industria de masas, en los lugares y el sentido común, militaba sin armas ni blanco ciertos. Apenas si propagaba la excepción a la norma, en base a la prerrogativa de una rebeldía juvenil. Y eso ya era mucho.
[REVÓLVER]
Arma de fuego. Cuando la norma se tornó excepción, o sea, cuando regímenes antidemocráticos disolvieron el equipamiento político y practicaron terrorismo de Estado, la guerrilla armada se convirtió en una de las alternativas para una militancia radical de la sociedad civil.
Luego de la dura persecución de la dictadura de Pinochet, ese fue el camino retomado por el MIR -Movimiento de Izquierda Revolucionaria-, que había sido creado en 1965 con el ímpetu de reformar las instituciones chilenas y destituir a las clases dominantes.
Compuesto por intelectuales, sindicalistas y estudiantes, el grupo se presentaba como una “vanguardia marxista-leninista” y, en el gobierno de Salvador Allende, ayudaba a alimentar la utopía de una revolución popular en Chile. Entre muchos disparos, este permaneció en el gatillo.
[REVOLVER]
Volver de nuevo. Cambiar el flujo de una marcha progresiva, sea para ir al encuentro de una memoria o para identificar su inexistencia social. Buscar las partes aún latentes, retirar el polvo de sus futuros. Como dos eventos históricos distintos, aunque acercados en la segunda mitad de la década del sesenta, el disco y la guerrilla pulsaron los ojos y manos de Javier Rodríguez. El artista los desplazó de los archivos y dibujó con esmero y secuencialidad, como si así pudiese detener su paso y compartir su narrativa en construcción, aún hoy.
El gesto lleva a creer que seguimos motivados por los íconos de la generación que eligió a los jóvenes como protagonistas de los cambios políticos y culturales. Entre la nostalgia y una especie de reaprendizaje, ocupasy marchas del mundo entero parecen apuntar a un nuevo despertar de la juventud. Una ‘revolución pingüina’, conforme viene apuntando de manera creciente la lucha de los estudiantes chilenos por educación gratuita desde 2006. Como un disco en la vitrola, intento y error de militancias generacionales, Revolver es una rotación ruidosa y continua, sin conclusión. Tres tiros es lo mínimo para comenzar. pingüinaa comenzar. , sin conclusilova y errar de militancias generacionales, revolver es una rotacinuevo despertar de la juventud