El presidente Barack Obama esquivó hoy dar un claro desagravio por la complicidad de Estados Unidos en el terrorismo de Estados y violación de los derechos humanos durante la última dictadura cívico-militar en Argentina.
Los organismos argentinos de derechos humanos, como muchas otras agrupaciones políticas y sociales esperaban de Obama un reconocimiento del apoyo que dio Washington y hasta que disculpara al gobierno norteamericano por su apoyo al régimen dictatorial para zanjar esa afrenta histórica.
Pero en la rueda de prensa conjunta en la Casa Rosada, al responder una pregunta sobre este sensible tema, el huésped de Mauricio Macri trató de explicar que en esos años de 1970 Washington estaba más centrado en combatir el comunismo que en observar los derechos humanos.
Obama dijo que su país maduró en las relaciones internacionales, al referirse al rol que cumplió durante esos años en Latinoamérica y admitió que “en la historia de la política exterior, como la de cualquier país, hay momentos de gloria y otros que han sido lo contrario”.
El mandatario evitó en cambio profundizar en la cuestión y señaló que durante esa época la política exterior de Washington estaba enfocada principalmente en la lucha contra el comunismo.
Obama decidió que su gobierno desclasificara archivos estadounidenses sobre la dictadura argentina, incluidos por primera vez documentos militares y de inteligencia, lo cual Macri aprovechó para resaltarlo ante la prensa y dijo que ayudar a aclarar esa parte aún oscura de la historia del país.
Sin embargo, las organizaciones defensoras de los derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo que todavía buscan a nietos e hijos desaparecidos esperaban un desagravio más claro.
El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel en especial declaró a Radio Latina que “Estados Unidos es el responsable de los golpes de Estado” en América Latina durante la década de 1970.
Y sostuvo que, por ello, Obama debiera hablar al respecto durante su homenaje en el Parque de la Memoria a los 30 mil detenidos desaparecidos cuando lo visite el jueves. “Eso sí sería comenzar a cambiar algunas cosas”, consideró.
Pero la esquiva respuesta en la rueda de prensa ahondó el malestar. La reacción de los organismos de derechos humanos fue rápida y dejaron claro que no acompañarán al mandatario norteamericano cuando mañana visite el monumento erguido en la Costanera Norte de Buenos Aires.
En otros temas internacionales, Obama expresó su esperanza de que Brasil salga de la actual crisis política que atraviesa la cual tiene fuerte repercusión en su economía y en la de sus socios regionales.
Reiteró su condena a los atentados terroristas en Bélgica el martes, aseguró que seguirá persiguiendo y combatiendo al grupo terrorista EI, pero rechazó la idea de que Estados Unidos bombardee por ello a Siria e Irak porque sería inhumano y agravaría los sentimientos extremistas.
En otros temas bilaterales, se disculpó por no responder sobre el acuerdo de la administración Macri de pagar a los fondos buitre porque se inmiscuiría en un delicado entramado judicial -dijo- que envuelve este asunto, aunque deseó que se pueda hallar una solución.
Elogió las políticas implementadas por el actual gobierno argentino y lo exhortó a jugar, por el peso que tiene el país en la región, un papel más activo en la promoción de los valores democráticos según los interpretan ambos.