Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca convergen este jueves en Florida para un debate antes de unas decisivas primarias en el estado, en las que se juega la vida el senador de origen cubano Marco Rubio frente al líder Donald Trump.
Florida, tercer estado más poblado del país y con 25% de sus habitantes hispanos, tendrá sus primarias el martes, junto a Ohio e Illinois. Los tres grandes estados otorgan todos los delegados en juego al ganador, y no de manera proporcional, por lo que muchas personas en el partido ven la jornada como la última oportunidad de detener a Trump.
Pero el grandilocuente magnate llega envalentonado al debate en la Universidad de Miami, Florida (sureste), que comenzará a las 20H30 locales (01H30 GMT del viernes), punteando las encuestas del estado en el que es dueño de varios campos de golf y otras propiedades.
Tras seis semanas de primarias, el hombre de negocios de 69 años marcha a la cabeza con 461 delegados de los 1.237 requeridos para obtener la nominación presidencial en la convención republicana en julio, según un conteo de CNN, por encima del senador ultraconservador Ted Cruz (360), Marco Rubio (154) y el gobernador de Ohio, John Kasich (54).
– Guerra sin cuartel –
El martes que viene habrá en total primarias en cinco estados (Florida, Ohio, Illinois, Missouri y Carolina del Norte), que repartirán 358 delegados.
“Si gano los dos, se acaba la carrera”, fanfarroneó Trump, en referencia a Florida y Ohio, estados en los que Rubio y Kasich se juegan su supervivencia.
La campaña de Rubio, hijo de inmigrantes cubanos nacido en Miami hace 44 años, se ha visto obligada a desmentir rumores de que estaría por tirar la toalla ante los sondeos adversos en Florida.
“No me retiraré, ganaremos Florida”, señaló Rubio a la cadena Fox News.
Pero Rubio tiene una tarea titánica por delante, con tan solo dos pequeñas victorias en 24 primarias y con una diferencia de 23 puntos por detrás de Trump según una última encuesta de Fox News.
Los republicanos antiTrump han invertido enormes recursos desde la semana pasada en propaganda contra el magnate, resistido por las élites del partido, pero sin mayores resultados.
Pese a los ataques en su contra de personalidades conservadoras como Mitt Romney, excandidato presidencial en 2012, el multimillonario de 69 años ganó tres de cuatro primarias realizadas el martes pasado.
Los dichos polémicos de Trump han ofendido a mexicanos, musulmanes y mujeres, entre otros, pero el magnate asegura que podrá ser una figura unificadora que lleve de vuelta a su partido a la Casa Blanca.
– Reforma migratoria y deportaciones –
En un debate demócrata en Miami la noche del miércoles, Hillary Clinton fustigó la retórica de Trump y la calificó de “antiestadounidense”.
Clinton y su rival Bernie Sanders protagonizaron un duro intercambio de palabras, en momentos en que la exsecretaria de Estado de 68 años busca detener al senador de Vermont de 74, que con una sorpresiva victoria el martes en Michigan renovó las esperanzas de sus seguidores de poder derrotar a la favorita a la nominación presidencial demócrata.
Ambos candidatos dedicaron gran parte del tiempo a discutir el tema migratorio en el que coincidieron en señalar que apoyan una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía para los más de 11 millones de indocumantados en el país, así como se comprometieron en no deportar niños y adultos sin papeles que no hayan cometido crímenes.
También dijeron que continuarán con la política de acercamiento a Cuba iniciada por Barack Obama, un tema sensible en Miami, donde dos tercios de la población son de origen latinoamericano y una parte de ellos son exiliados cubanos.
Clinton amasa más de la mitad de los delegados necesarios para adjudicarse la nominación en la convención partidista de Filadelfia en julio, según CNN, pero no ha logrado frenar al senador de Vermont, que se declara socialista y ha electrizado a los votantes jóvenes.