Es sumamente relevante proveer a los periodistas de las mejores herramientas tecnológicas para proteger en primer lugar sus vidas, y en segundo, la información que reportan como propiedad intelectual.
El periodismo se ha vuelto una profesión de riesgo en México. Según la Comisión de Investigación de Atentados a Periodistas-Federación Latinoamericana de Periodistas (CIAP-Felap), el país se ubicó en la primera posición en América Latina y el Caribe en la cantidad de periodistas asesinados en 2015, seguido por Honduras.
No obstante, se debe tener presente que sólo se está hablando de los casos que salen a la luz, por lo que el panorama es realmente desalentador.
En su informe, La desaparición y desaparición forzada de quienes ejercen la libertad de expresión en México, la organización Artículo 19 señala que de 2003 a 2015 han desaparecido en promedio dos periodistas por año. Tamaulipas fue la entidad con mayor registro de casos, con seis, seguido por Michoacán y Veracruz, con cuatro. Al mismo tiempo, aún 23 periodistas permanecen desaparecidos. Pero se debe tener en cuenta que no se están contabilizando los últimos cuatro casos que aparecieron en los primeros dos meses del año. Es decir, en lo que va de 2016 ya se igualó el promedio anual de los últimos 12 años.
Este escenario catastrófico coloca en primer plano a la privacidad como base para la seguridad personal. Privacidad y Seguridad son dos conceptos que se complementan para salvaguardar la integridad de los individuos, y en un mundo donde la mayoría de las telecomunicaciones son por una vía digital, tomar conciencia y precauciones para el mundo digital es una obligación. “México es uno de los países donde hay más periodistas desaparecidos en el mundo. La desaparición implica un crimen continuo y una señal de desaliento para obtener justicia”, señala Darío Ramírez, director de Artículo 19 para México y Centroamérica.
No es ninguna novedad que muchas personas han sido espiadas y perseguidas por los descuidos que han tenido en el mundo digital. Desde tener una conversación por WhatsApp, hasta utilizar una red pública o una computadora pública, lo que dejó su conversación expuesta. Sin mencionar la desprotección que existe en sus dispositivos personales o profesionales como laptops, tablets o Smartphones entre los principales.
Para comprender esto es necesario entender que todo lo que está en Internet es público. Y que todo lo que ocurre en el mundo digital repercute en el mundo físico y viceversa. A partir de estas premisas se puede concluir que es urgente empezar a tomar conciencia. Se debe tener presente que la seguridad es una serie de capas que incluyen desde buenas prácticas digitales, aplicaciones, dispositivos hasta una buen comportamiento personal donde la privacidad es la base.
Según el estudio Seguridad Digital y Móvil para Periodistas y Blogueros del International Center for Journalist (ICFJ) y Freedom House, el tipo de ataque que han recibido los periodistas ha sido, principalmente amenazas personales, por teléfono, mail, SMS y a familiares. Aunque también están los actos concretos como asesinatos, ataques físicos, arrestos, secuestros, robo y demandas legales.
Mientras, destaca que los principales riesgos digitales son: el hackeo del correo personal, espionaje de su actividad en Internet, hackeo de sitios web, robo de equipos, hurto de información, revelación de las fuentes y revelación de información confidencial. Aunque el reporte destaca que más de la mitad de los encuestados (60%) tiene un conocimiento nulo o pobre para codificar datos. Aquí es donde este tema se vuelve crítico, ya que, reiteramos, la mayoría de las telecomunicaciones se realizan por un medio digital.
Por esto, existe una serie de prácticas que se pueden incorporar para generar una cultura de la privacidad digital y seguridad:
Cifrado de mensajes: existen diferentes aplicaciones en el mercado para cifrar tanto los correos electrónicos como la mensajería. El propio Google ya ofrece la posibilidad de cifrar los correos que se envían en Gmail con Secure Gmail.
Utilice aplicaciones que les de la funcionalidad de destrucción segura de información. Esto permite evitar dejar huellas o datos sensibles al acceso de terceros.
Deje de utilizar WhatsApp. Aquí no hay nada más que explicar, existen una gran cantidad de ejemplos donde se han espiado conversaciones por esta aplicación, ¿qué más se necesita para dejar de utilizarlo? WhatsApp es inseguro.
Utilice contraseñas seguras que incluyan caracteres alfanuméricos y especiales, alternando mayúsculas y minúsculas. Evite utilizar fechas de nacimiento o relacionados con su vida personal, familiar o profesional. Además de cambiarlas de forma regular, cada una, dos o cuatro semanas, dependiendo del criterio de cada persona.
No utilice la misma contraseña para diferentes cuentas. En el mercado existen gestores de contraseñas que permiten guardar de una forma segura las diferentes contraseñas, además que ofrecen ejemplos de claves.
Bloquee todos sus dispositivos. Aquí estamos hablando de utilizar contraseñas seguras. Utilizar un patrón de desbloqueo, PIN y hasta la huella digital es inseguro. Además se recomienda utilizar las micas que bloquean la vista de la pantalla para gente que no está enfrente de la computadora o el dispositivo móvil.
No utilice la misma cuenta de correo para sus diferentes registros en las plataformas sociales y diferentes cuentas en Internet. Y nuevamente, cambie de forma regular sus contraseñas.
Instale una VPN (red privada virtual, por sus siglas en inglés) que proteja el tráfico de sus dispositivos. Si bien en el mercado existen múltiples aplicaciones gratis, la realidad es que lo barato sale caro, y paga con su información personal. Además, esta aplicación permite enmascarar su conexión de IP y cifra los datos que envía o recibe.
Sea anónimo en Internet, si bien esto es casi imposible, existen caminos para intentarlo. Utilice la red TOR mediante la descarga de una un buscador. De esta forma su navegación será privada. Sin embargo, se debe tener presente que este es el mismo navegador para entrar en la deep web, por lo que se debe tener cuidado a qué páginas se ingresa (cuidado especial con aquellas direcciones que terminan “.onion”), ver qué información se ingresa y qué archivos se descargan.
Si no conoce el remitente o ve que el archivo que le envían tienen una doble extensión, no lo descargue. Muchas veces el usuario es el responsable principal de los ataques digitales que recibe. No se exponga y no sea parte de las estadísticas.
Instale un antivirus de calidad, los gratuitos además de ser inservibles, exponen su información a terceros.
Utilice un dispositivo de comunicaciones privado y seguro. El Blackphone 2 está diseñado especialmente para salvaguardar la integridad física y digital de las personas ya que es un Smartphone a prueba de espionaje, y en caso de ser robado, permite el borrado y bloqueo remoto, por lo que no existe ninguna posibilidad de acceder a la información (vea el análisis a fondo).
“Nuestros dispositivos son usados por periodistas alrededor de todo el mundo en lugares que son sumamente vigilados y hostiles. Los videos y las notas pueden ser compartidos sin temor a ser interceptadas por terceros, lo que garantiza la privacidad y seguridad de las personas. El Blackphone 2 se ha convertido rápidamente en una herramienta imprescindible para la labor de los periodistas”, señala Vic Hyder, Chief Startegy Officer (CSO) de Silent Circle.
El experto recuerda un caso donde una periodista en Siria llamó a la ciudad de Nueva York para enviar su informe diario sobre lo sucedido. Dos días después ingresaron soldados al edificio para preguntar en cada una de las puertas dónde vivía y quién era la persona que hablaba inglés, ya que su llamada fue interceptada con dispositivos especializados desde la calle.
Posterior a esto se refugió temiendo ser encarcelada y por su vida, e instaló la solución Silent Phone en su dispositivo. Gracias a esto pudo llamar a su editorial sin problemas, y a partir de ahí la utilizó para mantener comunicaciones, enviar videos, fotografías y notas de una forma segura y privada.
“Los periodistas son un grupo en situación de particular vulnerabilidad, en relación a estas violaciones. La desaparición de personas que ejercen la libertad de expresión en México es alarmante”, señala el reporte de Artículo 19. Aunque también destaca que en estos siniestros existe un patrón donde en el 96% de los casos se identifica a las víctimas con un antecedente de cobertura informativa relacionada con temas de corrupción y de seguridad.
“El periodismo es una profesión que en algunas regiones del mundo pone en riesgo la vida de los periodistas y de sus fuentes. Sólo el primer periodista en enviar la mejor historia escrita o mediante una fotografía o video recibirá en muchas ocasiones una compensación. Los periodistas ponen en riesgo su vida por tener las mejores historias y fuentes para reportar lo que sucede. Por esta razón, muchos de ellos son un objetivo de rastreos y que se intervienen sus comunicaciones para evitar que las historias sean contadas como suceden”, agrega el CSO.
Se debe comprender que es sumamente relevante proveer a estos profesionales de las mejores herramientas tecnológicas para proteger en primer lugar sus vidas, y en segundo, la información que reportan como propiedad intelectual. “Para estos fines es que nuestro dispositivo Blackphone y nuestra plataforma para la privacidad y seguridad trabajan como una solución eficaz y accesible”, destaca el ejecutivo.
*analista de Comunicación y Negocios / Forbes, México.