El gobierno de Evo Morales llamó a esperar los resultados oficiales del referendo, basado en datos a boca de urna que las internacionales Ipsos y Mori situaron provisionalmente la noche del domingo de votación al lunes en 48-52% y 49-51% a favor del No a su postulación en las elecciones de fines de 2019, lo que proyectaba el escrutinio de voto por voto en Bolivia, a falta del cómputo de la votación rural y el sufragio en el extranjero.
“Aún no tenemos los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral, habrá que esperar horas y días”, remarcó en conferencia de prensa el vicepresidente Alvaro García, al reconocer que los resultados de las encuestadores son serios y se aproximan a los datos finales y recordar que en la última elección general, en octubre de 2014, el presidente Evo Morales ganó en los datos a boca de urna y conteo rápido con el 57%, cifra que escaló al menos 4 puntos tras el recuento oficial.
García Linera habló de un empate técnico y no arriesgó por ninguna de ambas opciones.
“Puede modificarse por el Sí o por el No, dependiendo de cómo lleguen las actas de las comunidades alejadas. Pedimos paciencia a la población, la victoria (o derrota) se va a definir en las siguientes horas con las actas. Es altamente probable que lo que en el día que salió en la TV se modifique de manera drástica”, refrendó.
Cuatro horas después de cerradas las operaciones de voto y al tiempo en que los tribunales electorales nacional y departamentales instalaban sus salas plenas para contar los votos, los datos aportados a boca de urna, sobre un universo de 280.000 electores y márgenes de error de entre 1 y 4%, dieron la victoria al No, propugnado por la oposición, de entre 2 y 3 puntos porcentuales.
Las proyecciones de Ipsos y Mori no consideraron el voto de bolivianos en 70 ciudades de 33 países en 4 continentes, que se alzan por encima de los 280.000, es decir 4% del padrón boliviano de 6,5 millones de electores, grosso modo.
El voto rural, 35% del Padrón, más menos, ha consagrado a Morales ganador en las elecciones de 2005, 2009 y 2014.
Con tales datos, la oposición boliviana lanzó a sus adherentes a las calles de algunas ciudades capitales de Bolivia, para festejar el eventual triunfo del No a Morales que, de todas formas, debe gobernar hasta enero de 2020, en el ejercicio de su tercer mandato consecutivo desde 2006.
Después de reunirse con Morales y el gabinete de ministros en el Palacio Quemado, García Linera describió a un optimista mandatario, blanco de una campaña negativa en las últimas semanas por redes sociales donde se ventiló hasta su vida privada de soltero y se le endilgó tráfico de influencias, y advirtió que el “festejo forzado” de funcionarios de “gobernaciones y alcaldías” opositoras, apenas divulgados los datos preliminares a boca de urna, podría trocarse en llanto.
“Y esto muestra un clarísimo empate técnico electoral, que muestra que pese a la guerra sucia, a la infamia y a la tergiversación, que la oposición ha desplegado, la mitad del pueblo boliviano ha optado porque se modifique la Constitución Política del Estado” para que Morales y García Linera se postulen en las elecciones de fines de 2019, justificó.
Hacia las 23h00 locales, es decir 7 horas de concluidas las operaciones de voto y 3 después que el Tribunal Supremo Electoral se pusiera a contar los votos, el dirigente opositor Ernesto Suárez dijo que las declaraciones de García Linera anunciaban un fraude, en declaraciones a radio Panamericana.
El Vicepresidente había advertido que la oposición, que esperaba un triunfo holgado del No, iba a recurrir a tal expediente, pero confió en las herramientas que concede la tecnología celular, la idoneidad y credibilidad de las misiones de observadores de la Organización de Estados Americanos y la Unión de naciones Sudamericanas, para que despunte la verdad tras el recuento oficial de votos por el TSE.
Ocho minutos después que Ipsos y Mori divulgaran el resultado de sus encuestas a boca de urna, el empresario Samuel Doria Medina, líder de la derechista Unidad Nacional, principal formación de oposición, salió a festejar en La Paz la eventual derrota del No, lo mismo que el gobernador opositor de Santa Cruz, Rubén Costas.
“Señor Presidente el pueblo ha decidido, reconozca el resultado y dedíquese a trabajar los siguientes 4 años (…) Bolivianos: ésta es la hora de la unidad, no es la hora de la revancha, de ajustes de cuentas, debemos asumir esta decisión que ha tomado el pueblo con humildad y optimismo”, dijo en locución televisada en vivo.
En la línea de Doria Medina, Costas insistió, a su turno, que “Bolivia dijo No, esto gracias a todo un pueblo que defiende la libertad (…). No queremos estar eufóricos, pero sí celebramos con el corazón”.