Noviembre 14, 2024

Víctor Hugo Gac rompe su silencio

Víctor Hugo Gac, ex dirigente sindical y que fuera involucrado como informante de la Central Nacional de Informaciones (CNI), rompió el silencio la mañana del domingo en una entrevista exclusiva con AND Noticias dando a conocer su opinión sobre ese hecho y su militancia política pasada y presente.

 

 

 

En el año 2007, un reportaje de un suplemento semanal chileno, lo sindicaba como un informante de la CNI que, infiltrado en la Coordinadora Nacional Sindical, vigiló a los dirigentes sindicales de oposición traspasando información sobre ellos.

 

Gac, afirmó que “nunca fui colaborador de la CNI. Luego del Golpe, fui detenido el 20 de noviembre de 73 y después de pasar por varios centros de detención (el Tacna, Estadio Chile y Penitenciaría) salí libre el 20 de noviembre de 1974.

 

“No quise salir al exilio aún cuando la situación aquí era terrible para quien estaba sindicado como opositor. Decidí buscar trabajo y realicé varios hasta que, a pesar que me expulsaron de allí por tener antecedentes, conseguí entrar a una compañía de seguros. Ya estaba establecido, cuando me contactó Luis Maluenda Calderón quien me pidió que me integrara al movimiento sindical que se estaba rearticulando.”

 

Víctor Hugo Gac se negó en un principio pero luego se integró a la Coordinadora Sindical Nacional donde se reencontró con Manuel Bustos, con quien se conocían del tiempo en que Gac acompañó al primer interventor de la fábrica Sumar donde trabajaron juntos.

 

En la Coordinadora tuvo un comienzo difícil porque Manuel Bustos mantenía una cierta reserva hacia Gac por su trabajo en Sumar. Luego de superadas las desconfianzas, llegó a ser el tesorero de la Coordinadora, logrando mantener a la organización bien estructurada y económicamente estable.

 

 “Allí mi labor consistía, entre otras cosas, en recibir las listas con los nombres de las personas que recibían los dineros. Nosotros, como Coordinadora financiamos parte de la recuperación de la democracia entregándoles plata a partidos políticos, a periodistas, a medios de comunicación de oposición, a centros de estudios, para los abogados laboristas, a compañeros que hacían las protestas como los de las poblaciones de La Pincoya o los del Bosque que manejaban los recursos para conseguir miguelitos o neumáticos, para la Vicaría, manteníamos a los activistas que trabajaban en la Coordinadora y en distintas organizaciones porque esas personas, no tenían ni una posibilidad de trabajar en otro sitio. Yo era quien les proporcionaba los recursos.

 

Nosotros aportamos a la recuperación de la democracia mucho más que las convocatorias a paro, movilizaciones, protestas porque sostuvimos económicamente a la resistencia a la dictadura. En el caso de la prensa, la ayudamos a través de la imprenta Alborada, regalo de los italianos, que a petición de los donantes nunca el movimiento sindical cobro los servicios prestado a medios que, fueron saliendo gracias al apoyo de esta imprenta.

 

Entonces, puedo decir con mucho orgullo que el movimiento sindical fue un soporte fundamental en la recuperación de la democracia.

 

Respecto a su trayectoria política Gac, mencionó que se inició por inspiración de lo que hacía su padre. Hacia el año 1959, se integró a la Juventud Comunista de Valparaíso y luego de un año de militancia y por discrepancias con las autoridades regionales pasó a las Juventud Socialista, partido en el cual comenzó a desarrollar su labor como dirigente en la Santiago Watt.  

 

Recién incorporado a las JS, le tocó participar en la campaña de Salvador Allende para ser electo como senador a pasar que en esa época quien tenía todas las posibilidades era el doctor Jaime Barros.

 

Luego, antes del triunfo de Allende el año 1970 y ante la posibilidad de resultar electo presidente, fue seleccionado por su partido para capacitarse en el área social. Luego del triunfo electoral de ese año, fue llamado para que fuera el asesor laboral del Director General que era Raúl Castro Henríquez.

 

“Más tarde me enviaron a ser secretario de la comisión que nombraba a los funcionarios públicos que el partido seleccionaba en el Gobierno como jefes de divisiones, servicios e incluso, a un ministro. Una vez terminado ese trabajo, me enviaron como secretario del primer interventor que tuvo la empresa Yarur y cuando se estatizó Sumar, me enviaron como jefe de relaciones laborales. A la fábrica la hicimos funcionar con tres turnos diarios, creamos los sindicatos, les entregamos, jardín infantil, sala cuna, servicio de asistente social para los trabajadores.

 

En la planta de algodones trabajaba Manuel Bustos que en esos momentos, era opositor al gobierno de la Unidad Popular y allí lo conocí. Y cuando vino el golpe de Estado estaba en la planta de Sumar e inmediatamente, pasé a la clandestinidad”.

 

Respecto a la acusación de ser un infiltrado de la CNI, Gac contó que “hubo un momento en que la CNI estuvo muy cerca de enterarse de cómo llegaba el dinero a la oposición y quienes lo repartían. Fue en ese entonces, que decidí infiltrarme en el organismo de inteligencia estando de acuerdo con Manuel quien en un principio no estaba de acuerdo porque él, no creía en los infiltrados ni en la CNI ni menos que pudiéramos tener un infiltrado en la Coordinadora, a pesar de se descubrió que había uno perteneciente a la Democracia Cristiana”.

 

“Tome una iniciativa, bajo mi responsabilidad y con el conocimiento de Manuel Bustos, que puso en riesgo mi vida pero no para destruir al movimiento sindical y eso lo saben quienes recibían el dinero porque nunca nadie los molestó.

 

En la publicación arbitraria donde se me acusa y se me expone a la opinión pública, se dice que yo iba a las casas de los dirigentes a observarlos. Sin embargo, al mismo tiempo dice que la Coordinadora fue una organización exitosa y eso sucedió por la discreción con que se manejaban los dineros. Nadie supo nunca que era yo quien custodiaba las platas. Ni la CNI lo sospechó

 

Además, uno de los que me acusó fue uno de los primeros en arrancar al extranjero, mientras yo estaba en la clandestinidad y luego preso.

 

Muchos en el partido Socialista saben que Luis Fuentealba es un mitómano y que inventó lo que dijo. Entonces por simple sospecha, más de alguno puede ir hablando por ahí, pero en mi cara, nunca por detrás. Cada vez que me encuentro con mis compañeros de la CUT me abrazan porque tengo una trayectoria de credibilidad que nadie me la puede desmentir. Ahora, si alguien tiene dudas, que venga, que me lo diga que me increpe. Pero de frente.

 

Aún cuando, han tratado de ensuciar mi vida personal, nadie en el partido Socialista me ha acusado de ser un traidor porque no me pueden acusar políticamente de nada”.

 

En cuanto a su actual militancia política Gac explica que ya no es un militante activo por diferencias con el cambio que mostraron los dirigentes durante y luego del exilio.

 

 

“Hasta antes del 73 podían haber diferencias de cómo enfocar la actividad partidista pero, existía una solidaridad interna y consensos que nos llevaban hacia delante en nuestros objetivos y no, como ahora peleas por un cargo más o un cargo menos. Ya durante el exilio, muchos dirigentes fueron cooptados por la Socialdemocracia que, desde mi punto de vista, lo único que buscaba era la caída del Muro de Berlín. Yo me siento defraudado al saber lo que pasa con la socialdemocracia en Europa que no es capaz de tener una voz propia.

 

Esta corriente política convenció a socialistas que siempre tuvieron la palabra revolución en su boca y hoy,   los encontramos siendo parte de transacas que nadie comprende, responsables de debilitar y frenar las reformas que se proponen, conciliadores y socios de quienes pretenden mediatizar las transformaciones.

 

No puedo militar en un partido socialista en donde algunos se reconocen socialistas liberales. Y no puedo militar en un partido que no reconozco, que ya no es lo que era antes, el que veía y luchaba por los trabajadores, el que no transaba, el que no se hacía sombra o socios de otros que están por mediatizar la posición de los trabajadores

 

No puedo aceptar la posición de un connotado dirigente socialista que antes decía que había que echar para adelante ya ahora, habla de responsabilidad de Gobierno.  

 

A mi juicio, la responsabilidad este Gobierno es arreglar a los trabajadores, no levantar los números porque estos, en todas partes, siempre estarán en contra.

 

 

 

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