Noviembre 18, 2024

El diputado de Izquierda Autónoma Gabriel Boric rompe los esquemas: “Al parlamento hay que sacarle la cresta”

Gabriel Boric, el joven diputado de Izquierda Autónoma elegido como independiente por Magallanes no tiene pelos en la lengua en su arremetida contra el comportamiento de la casta política que hegemoniza la vida política posdictadura. En entrevista a la revista CARAS el ex dirigente estudiantil de la Fech no escatima ácidos comentarios contra los privilegios, la mediocridad y los egos de los parlamentarios junto con un análisis crítico acerca del funcionamiento del llamado “poder legislativo”. 

 

 

 El diputado declaró a la revista que los parlamentarios tienden a defenderse como un solo cuerpo puesto que “es una casta, se mueven corporativamente. Y hacen una evaluación negativa posterior al hecho, como Jorge Insunza cuando se descubrió que una minera le pagaba mensualmente mientras era presidente de la Comisión de Minería, afirmó: “Jamás pensé que podía haber un error”. Y agrega “Hay un divorcio tan profundo con la sociedad, que en efecto no se dan cuenta de que están mal. Como decía la diputada Laura Rodríguez en su libro ‘Virus de altura’ hay que estar de cara al pueblo y de espaldas al Parlamento; no puedes marearte y creer que es allí donde suceden las cosas, porque es así como se generan las castas”.

Boric sostiene que la mayoría de sus pares utilizan prácticas clientelistas e insinúa que se sienten por encima de la Ley. El joven militante de Izquierda Autónoma denuncia la falta de condena hacia legisladores que emitieron boletas a SQM y asevera que al Parlamento no había que defenderlo, sino que “¡hay que sacarle la cresta!”.

Es “evidente que lo hubo (malversación). Algunos políticos se defienden con que no ha habido enriquecimiento personal, pero si pides un crédito sin interés ni reajuste, ni siquiera el IPC, ¡claro que lo hay! Lo que me sorprende es la reacción de éstos cuando se evidencian estas situaciones”.

El diputado afirma que el resto de los parlamentarios “me miran como diciendo tú también eres parte de nosotros, también estás en la elite”, y agrega a modo de reflexión personal acerca del trabajo parlamentario de la izquierda que él representa: “Pertenezco, claro, pero no por eso voy a asumir sus prácticas. Llegué para combatirlas, en eso no me pierdo. No entraré en una defensa corporativa; al Parlamento no hay que defenderlo, ¡hay que sacarle la cresta! Ahora, yo no pretendo aparecer como un alarde de virtud, sin embargo, respaldo la idea de que se puede ser diferente y criticar desde adentro; hay que disputar todos los espacios, y uno de ellos son las cámaras”.

El diputado Gabriel Boric abunda acerca de su postura crítica y de su visión política que recoge las experiencias de las izquierdas revolucionarias acerca de la institucionalidad que ha favorecido el monopolio del poder en manos de la alternancia entre los dos bloques que representan a la clase dominante al sostener que “hay que transformar su carácter social. Este (el Congreso) no representa a la sociedad chilena, sino la burocracia de los partidos y a una elite santiaguina, machista y millonaria. Tiene que reorganizarse el poder popular para recomponer el tejido social destruido en la dictadura y que deliberadamente lo han mantenido así. Son procesos que requieren tiempo y se dan a través de luchas sociales concretas, como la estudiantil o las que están dando los sectores de clase media-baja por el derecho a la vivienda, que deben tener una expresión política y no quedarse sólo en las reivindicaciones”.

“A la elite gobernante —compuesta además por empresarios—, no les conviene que las cosas cambien, por eso la defensa del statu quo que sólo reacciona a los excesos del modelo. La Presidenta condenó la colusión y exigió mayor regulación, yo no estoy por perfeccionar el modelo que en Chile es de retail y de extracción, sino transformarlo en uno con mayor actividad empresarial del Estado”, añade.

El ex dirigente estudiantil no escatima críticas a los privilegios con que cuentan los diputados y senadores, indicando que “los sueldos son desproporcionados, los viajes, las vacaciones en período laboral, los dobles viáticos, el estatus de sentirse por sobre la ley. Tiene que ver más con una actitud existencial; hay muchos diputados y senadores que se creen dioses y sin motivos, porque las discusiones en el Parlamento son mediocres. Estamos en uno de los peores momentos de la calidad de la discusión política, por el cortoplacismo, egocentrismo, de carreras personales donde cada quien busca su propio negocio, desde Rossi, Rincón hasta Orpis”.

La mediocridad de los parlamentarios no se condice con salarios tan elevados en el Congreso, señalando que uno no puede sujetar eso al sueldo o asociarlo al desempeño, porque, por ejemplo, hay parlamentarios que tienen 100 por ciento de asistencia y nunca han levantado el dedo, desde Enrique van Rysselberghe hasta el hijo de Joaquín Lavín; ¡jamás los he escuchado hablar! Están ahí por la burocracia de los partidos, endogamias familiares, pero no aportan al debate. El Parlamento está muy clientelizado, ya sea por las empresas que compran políticos y por el mismo parlamentario que muchas veces asume un rol de caridad con el ciudadano, cuando su papel es solucionar a través del Congreso las dificultades reales pero con política social y visión de largo plazo, no con canasta familiar; eso podría ser cohecho”.

Con respecto a los abusos y a las colusiones de los empresarios el diputado afirma que la ciudadanía “siente que se los están cagando… en los pollos, farmacias, en el cemento, papel higiénico; tengo entendido que hasta el Colegio de Oftalmólogos controla los egresados de su especialidad en las universidades. Esto solo va a cambiar con más organización ciudadana, porque no es en el Parlamento donde se generan los cambios; éste debe materializar las transformaciones que van sucediendo en la sociedad que hasta ahora está suscrita al consumo como única relación humana posible”.

Sobre la molestia de la gente contra la Justicia por el tratamiento desigual en casos de irregularidades como Penta, SQM y Caval, en donde está implicada la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, Natalia Compagnon, Boric arguye que tiene sospecha que están presionados por el gobierno y por ciertos parlamentarios que “pretenden evitar se destape la olla. Que no exista una querella contra Fulvio Rossi que ofreció explícitamente boletas a SQM, es inexplicable. ¿Dónde está Ponce Lerou, por ejemplo? El SII y la fiscalía deben tener el mismo criterio para los casos con indicios de corrupción. Los parlamentarios se defienden y protegen porque si cae Rossi, arrastrará a muchos ‘mojados’. Deben haber varios transpirando frío…”.

Y a renglón seguido explica que “basta ver la reacción de la UDI con Novoa, como todos hacían lo mismo, no merece reproche. Lo mismo hizo el PS con Rossi bajo el discurso de que la ciudadanía tiene que juzgar, por tanto, puede ser candidato y ya se proclamó, ¡inaceptable!”.

El diputado responde a las falsas acusaciones que se le hicieron para involucrarlo en un caso parecido al de Caval: “Me acusaron de incidir para que el Serviu le comprara un terreno a mi padre insinuando de que él conocía el cambio de uso de suelo para venderlo caro, además de que había apitutado a mi hermano y a otra persona en el directorio del metro. Una abogada (Paola González) puso una querella claramente dirigida a mí en Magallanes y está bien, no me victimizo. Yo mismo puse los antecedentes sobre la mesa para que la ciudadanía se haga un juicio, ya que ese terreno mi papá lo compró antes de que yo naciera y el cambio de uso de suelo ocurrió cuando iba en el colegio, para una compra que solicitó el mismo Serviu. A diferencia de Rossi, yo no guardo silencio porque no tengo nada que esconder”, afirmó.

Gabriel Boric aclara que tuvo una fuerte discusión por Twitter con el senador socialista, Fulvio Rossi, y agrega que nunca el tema se zanjó por una disculpa.

“No le pedí disculpas (a Rossi). Estábamos en una discusión, y como creo que Rossi fue comprado por los empresarios, en particular por SQM, en una entrevista dije que hay muchos parlamentarios dedicados al clientelismo y lo puse a él como ejemplo con su casa de acogida financiada por las mineras. Y si bien tengo la intuición, reconocí que no puedo hacer una denuncia si no tengo los antecedentes”, disparó.

 

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