Diciembre 26, 2024

¡Chuta!, ¿y ahora qué vamos a hacer?

Después de la pasantía en democracia que hicieron algunos personeros de la derecha (Nueva Mayoría) y de la ultraderecha (Alianza o Chile Vamos), en Venezuela con motivo de las elecciones legislativas del 6 de diciembre, ¿se habrá dado cuenta la casta política de la Copia Feliz en el brete que se metió?

 

 

Cuento aparte es la cuestión del financiamiento del viaje de los senadores que integraron la “comisión fiscalizadora del proceso electoral” en dicho país, ya que si no fueron invitados por el gobierno venezolano, ni por la Asamblea Nacional, ni por el Consejo Nacional Electoral (CNE), no podían ir en misión oficial, por muy congresistas  que sean. Entonces, creo que la ciudadanía tiene el derecho a saber si fue el Congreso de Chile el que pagó pasajes y viáticos; de ser así, estaríamos ante un nuevo acto de corrupción (otro más), porque sólo se representaban a sí mismos y no al Estado de Chile, ni mucho menos a la ciudadanía.

Bueno, es posible que se hayan  basado en su situación de vulnerabilidad (de la que se muestran tan preocupados respecto a los estudiantes), pero en su caso -y por supuesto- no  de tipo  económica, sino  especialmente intelectual. Pero dejemos lo del financiamiento a un lado, pues ya no sorprende a nadie y vayamos a lo que nos convoca.

Me preguntaba al inicio de esta nota, que si la casta política chilena se habrá empezado a dar cuenta (y si no se ha dado cuenta, por aquello de su vulnerabilidad intelectual voy a permitirme aclararle la película) de que con su fervoroso apoyo a la oposición venezolana y su contundente triunfo en las urnas, les podría salir el tiro por la culata. Como se sabe, la susodicha oposición obtuvo 112 curules de los 167 de la Asamblea Nacional (unicameral), lo que le permite, entre otras muchas facultades, ¡llamar a una Asamblea Constituyente! Y aquí deseo detenerme.

¡Chuta!, ¿y ahora qué vamos a hacer?

“Si a estos tan democráticos venezolanos se les ocurre llamar a una Asamblea Constituyente, nuestro discurso sobre los cabildos, comisiones consultivas, comisiones de observadores, comisiones bicamerales, comisiones de expertos, etcétera, se va a ir lisa y llanamente al carajo”.

Tendrán que enviar a Venezuela otra comisión de congresistas chilenos con el objeto de asesorar a la tan querida ultraderecha de la República Bolivariana para que les devuelva la mano y no se vayan a subir por el chorro: ¡No señores, nada de Asambleas Constituyentes y otras vainas democráticas por el estilo!   

Lo que pasa, es que las “atractivas comisiones bilaterales” de Ignacio Walker allá no funcionan, pues hay una sola Cámara. ¿Y qué va a decir el senador Andrés Zaldívar ante tamaño acto de democracia si él es un convencido de que el “Poder Constituyente está en el Parlamento” y no en el soberano (el pueblo) que es el llamado a conformar la Asamblea Constituyente?

Párrafo aparte es el planteamiento del ex ministro y jefe de campaña de Patricio Aylwin, Genaro Arriagada, quien en entrevista a El Mercurio (obvio) en julio de 2012 dice “ser escéptico de los resultados de las asambleas constituyentes, pues generan órdenes constitucionales mal estructurados. Invocan la libertad pero terminan concentrando el poder en líderes populistas. Tanto en Venezuela como en Ecuador las Constituciones que surgieron de esas constituyentes fueron un retroceso desde el punto de vista de las libertades, del respeto al Estado de Derecho y de la separación de poderes. Crearon un cesarismo plebiscitario, algo cercano a una dictadura”.

Entonces, señores de la derecha venezolana, no se les vaya a ocurrir llamar a una Asamblea Constituyente, pues qué duda cabe, ella arribará cabalgando junto a los cuatro jinetes del Apocalipsis.  Se lo recomiendo, háganse asesorar por Genaro Arriagada, quien les aconsejará que redacten una Constitución entre cuatro paredes e incluso, les dirá que podrán copiar la Constitución Política de la República de Chile. Estoy seguro que nadie los podrá acusar de plagio, sino por el contrario, el espíritu de Jaime Guzmán y la casta política chilena, se sentirían orgullosos al ver que su prestigiosa obra haya sido tan bien ponderada. Es cuestión que corrijan el articulado donde dice Chile por Venezuela y podrán disfrutar de la más democrática de las Constituciones del mundo y sin mayor esfuerzo. Junto con esto, surgirá un contundente manantial que inundará la bella patria bolivariana de pura dicha y felicidad.

Y sigamos: ¿con qué chamullo van a salir el diputado Ricardo Rincón y el senador Felipe Harboe que ya desde octubre de 2014 metieron la cuchufleta de los cabildos abiertos para impedir la convocatoria a una Asamblea Constituyente?

¿Y qué dirán los senadores Alberto Espina y Andrés Allamand, fervientes admiradores del ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ambos acérrimos enemigos de la Asamblea Constituyente, que debe convocarse según ellos sólo y únicamente frente a una situación de crisis? Les recuerdo a los pacientes lectores, que en Chile estamos ante una Estado sólido donde todas las instituciones funcionan, (por lo menos cuando los discursos son los que corresponden a la ocasión y llegan con toda prontitud).

Por último, ¿dónde se va a meter el señor ministro del Interior, don Jorge Burgos, cuando la derecha con mayoría calificada de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela convoque a una Asamblea Constituyente? ¿Va a seguir pensando que es “un atajo raro”, o en este caso no, porque quien convoca son sus camaradas de la derecha?

A propósito del viaje de algunos personeros de las derechas chilenas a Venezuela, observaron, queridos lectores,  qué tiernos se ven en la selfie (publicada en este medio hace algunos días), que se tomaron los “honorables” senadores Patricio Walker y Juan Pablo Letelier, junto a las esposas de los líderes de la oposición de ese país. Si la gran mayoría de los chilenos (ver encuestas) ya sabemos que representan a lo más rancio de la derecha económica y política chilena, ¿Cuál es el objeto de seguir exponiéndose de esa forma?, ¿puro masoquismo, o como prueba de la disposición a seguir siendo serviles a quienes les financian sus campañas políticas? ¿Se la enviarán con dedicatoria a Ponce Lerou, Luksic, Angelini, Said, Délano, Matte, etc.?

Lo que pasa es que el fascismo se está propagando cada vez con mayor facilidad, bueno, se explica, tiene todos los medios de comunicación a su entera disposición. Pero además, es terriblemente peligroso, pues tiene un gran poder para corroer el cerebro, sin necesidad de la consabida trepanación.  

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