Un hecho es histórico cuando lo acontecido implica una ruptura con la anterior forma de hacer las cosas y la forma de valorar y entender el hecho también se hace distinta. En Valparaíso se ha producido el sábado pasado un hecho que puede ser histórico.
Lo normal hasta ahora es que los alcaldes y concejales sean propuestos a la ciudadanía por las dos fuerzas políticas existentes, Nueva Mayoría y Derecha, quienes luego de campañas millonarias financiadas por empresarios (que cobran sus aportes mediante contratos truchos con los municipios) pasan a ejercer sus cargos con dos características que se repiten a lo largo del país: el Alcalde enriquecido y los servicios municipales con prestaciones deficientes a la comunidad.
La mayor corrupción del sistema político está en los municipios.
Los candidatos son elegidos por las camarillas partidarias, en las que juegan un papel determinantes los parlamentarios, y cuyos principales méritos a considerar son: su obsecuencia a la patota partidaria y su predisposición a poner la estructura y fondos municipales al servicios de los “liderazgos· partidarios y su clientela.
En Valparaíso, el sábado pasado, se reunieron cerca de un centenar de ciudadanos de a pie, quienes acordaron llevar un candidato y una lista de concejales única a la Alcaldía del puerto, quienes deben a llevar adelante el programa que se definirá democráticamente entre todos los vecinos que quieran participar.
En la reunión se hicieron presente las siguientes organizaciones: Partido Poder Ciudadano (Legalizado ya en varias regiones), Izquierda Autónoma (G. Boric), Revolución Democrática (G. Jackson), Partido Igualdad (candidata Roxana Miranda en las últimas elecciones presidenciales),Partido Humanista, Mesa Coordinadora por los Derechos Humanos de Valparaíso, Sindicato de Trabajadores Portuarios Espigón, Movimiento Nueva Fuerza, Mar para Valparaíso, Puerto para Ciudadanos, Toma Violeta Parra, Centro Cultural Playa Ancha, Central Unitaria de Jubilados, pensionados y Montepiados, Coordinadora Laguna Verde.
Es una iniciativa que mira al futuro. No hay liderazgos que puedan hacer de su propiedad esta embestida contra el actual estado de cosas.
Si la convergencia se mantiene y el compromiso se cumple hasta el final, saldrán de allí muy buenos candidatos con una relación distinta con su electorado.
Esto tiene toda la potencialidad para repetirse en todo el país. Si así ocurre, la cuenta regresiva para el ocaso de la casta política ha comenzado. Se empieza a escribir otra historia.
ROBERTO AVILA TOLEDO