El precio del cobre, que inició la semana con fuertes descensos, ha mantenido la tendencia hasta marcar este miércoles nuevos mínimos cercanos a los 2,08 dólares la libra, valores no observados desde el año 2009 tras la crisis mundial detonada por las hipotecas subprimes. Con esta nueva caída, el precio promedio anual del metal rojo se ubica en 2,5 dólares.
Los nuevos rangos que ha alcanzado el cobre, presionados de forma especial por la desaceleración en China y de las economías desarrolladas en general, ha internalizado ya la idea de que se mantendrán por un plazo que podría extenderse por años. Durante los últimos meses el fenómeno recesivo mundial, que cobra atención particular en China, ha golpeado los precios de muchos otros commodities, afectando de manera aguda las economías de los países emergentes. Este conjunto de variables configura un escenario crítico que se retroalimenta de manera negativa.
A este factor se le suma la incertidumbre del alza en las tasas de interés estadounidenses, que fortalecerán el dólar a la vez que frenarán inversiones y las economías dependientes.
Uno de las actuales preguntas no es sólo si el precio del metal rojo se mantendrá deprimido ni por cuánto tiempo, sino cuál será el piso. Es bastante posible, según algunas proyecciones internacionales, que el valor del cobre continúe bajando y pase muy pronto la barrera de los dos dólares.
Tras el desplome del precio vienen los dramáticos efectos. Primero económicos, después sociales y más tarde políticos.