Un homenaje denominado “La memoria no sabe de silencios”, realizará la Corporación Memoria Lonquén y la Agrupación de Familiares de Víctimas de Lonquén, este domingo 04 de octubre de 2015, a las 11:00 horas para recordar a quienes fueron víctimas de la represión militar en esa zona.
El homenaje, se enmarca en las acciones que realizan la Corporación y la Agrupación para preservar la memoria, exigir justicia y promover la defensa de los derechos humanos recordando y recuerda a los trabajadores agrícolas del sector rural de Isla de Maipo que fueron asesinados por la dictadura militar.
El domingo 7 de octubre de 1973, once trabajadores agrícolas fueron detenidos en la comuna de Isla de Maipo, un sector rural ubicado a 40 kilómetros de Santiago, sacados a golpes de sus viviendas y conducidos a la Tenencia de la localidad.
En los días que siguieron a la detención, sus familiares intentaron tener noticias de su paradero, llegando incluso hasta las puertas del Estadio Nacional, convertido en campo de concentración. Sin resultados positivos, los quince nombres pasaron a aumentar la profusa lista de desaparecidos de esos años.
Cinco años más tarde, a raíz de una denuncia anónima, sus restos fueron encontrados en los hornos de cal de Lonquén. Las investigaciones posteriores comprobaron que estas personas habían sido asesinadas por agentes policiales, quienes ocultaron sus cuerpos en los antiguos hornos que estuvieron hasta 1989 en el sector de Lonquén.
Las víctimas fueron Sergio Maureira Lillo y sus cuatro hijos Rodolfo, Sergio, Segundo y José Manuel Maureira Muñoz; Enrique Astudillo Álvarez y sus dos hijos Omar y Ramón Astudillo Rojas; Nelson Hernández Flores y sus hermanos Carlos y Nibaldo. Además de los jóvenes, Miguel Brant Bustamante (22 años); José Herrera Villegas (17 años); Manuel Jesús Navarro Salinas (20 años) e Iván Ordoñez Lama (17 años)
La conmemoración contará con la presencia de autoridades, organizaciones de derechos humanos y artistas invitados.
En 1978, el gobierno de Pinochet promulgó una ley de amnistía para asegurar a sus subordinados la total impunidad. Los responsables del crimen de Lonquén, fueron los primeros violadores de derechos humanos en utilizar el nuevo mecanismo legal.
Finalizado el proceso por la justicia militar, y en una nueva muestra de crueldad por parte de los agentes de la dictadura, los restos de los 15 campesinos fueron arrojados a la fosa común del cementerio local de Isla de Maipo, sin el conocimiento de sus familiares que esperaban sus restos en una iglesia cercana al Instituto Médico Legal.
Con posterioridad, y para evitar las numerosas romerías al lugar, destruyeron con dinamita los viejos hornos de cal y arrasaron el terreno con maquinaria pesada, para borrar todo registro de estos asesinatos.
Sin embargo, la tenacidad y el anhelo de justicia de los familiares de las víctimas permitió que en junio de 2005 se reabriera el proceso ante la Corte de Apelaciones de San Miguel, la que luego de designar Ministro en Visita para esta causa, ha conseguido identificar los restos mortales de las víctimas, con la excepción del joven Manuel Navarro Salinas.
Solo después de 37 años de larga espera, las víctimas reposan hoy en un mausoleo construido en la antigua fosa común del cementerio de Isla de Maipo.
El proceso judicial reabierto ha permitido también someter a proceso al jefe de la Tenencia de Carabineros en 1973, Lautaro Castro Mendoza, quien además en la actualidad cumple condena en Punta Peuco por los asesinatos de Juan de Dios Salinas y Guillermo Bustamante, fusilados por el mismo oficial sobre el puente de Naltagua.
Otros seis carabineros de la dotación de entonces, también enfrentan cargos por secuestro y asesinato calificado en las personas de las quince víctimas de los hornos de Lonquén.
Actualmente, la Corporación Memoria Lonquén y la Agrupación de Familiares de Víctimas de Lonquén, junto a autoridades gubernamentales, están trabajando por construir un memorial en los hornos, en recuerdo de los 15 campesinos asesinados por la dictadura militar en octubre de 1973.