La comunidad española de Cataluña abrió las urnas hoy para unas elecciones en las que se prevé un apretado triunfo de los independentistas, con la incógnita de unos 600 mil indecisos entre los 5,5 millones de electores.
De tal forma, la participación -que en los anteriores comicios fue de 67,7 por ciento- adquiere connotación especial en la votación, considerada un referendo por las fuerzas separatistas, que, de ganar, prometen iniciar un proceso para la secesión.
El gobierno español advirtió que se trata solo de elegir el nuevo parlamento de esa región del noreste del país y, por tanto, no aceptará ninguna declaración unilateral de independencia que pueda tratar de ser legitimada con los resultados de los comicios.
Aunque tradicionalmente la mayor abstención proviene de los no independentistas, ante la enorme polarización de la campaña electoral nadie asegura que esta tendencia se mantenga en esta ocasión.
A los indecisos se les atribuye gran importancia cuando, según los sondeos, las fuerzas separatistas podrán ganar algo más de los 68 diputados, mayoría absoluta en un parlamento de 135 asientos, pero sin el 50 por ciento de los votos.
Las primeras señales apuntan a una participación histórica en estas elecciones anticipadas (14 meses antes de la fecha prevista), teniendo en cuenta que el voto previo por correo creció en 56 por ciento en relación con las anteriores de 2012.
Los dos mil 697 colegios electorales, que abrieron a las 09:00 horas con ocho mil 181 mesas, cerrarán sus puertas a las 20:00 horas, cuando comenzará el escrutinio en los 947 municipios catalanes.
Las autoridades regionales adelantaron que a las 10:30 de la noche podrán conocerse los primeros resultados que serán seguidos con particular atención en toda España, dada la connotación que pueden tener para el futuro de esa comunidad autónoma y del Estado.