Noviembre 18, 2024

La casta política y la armada de Brancaleone (Cancillería) ponen en riesgo a Chile

La casta política y la plaga de burócratas mediocres que abarrotan el aparato estatal se han transformado en un peligro para Chile, así lo demuestra el fallo de La Haya.

 

 

La casta política se encuentra en simbiosis perfecta con los mediocres incapaces de ganarse la vida fuera del sueldo seguro de papá fisco. La casta política nutre la burocracia del estado chileno. Aquí no hay una auténtica carrera de servicio público.

 

En el diferendo con Bolivia todo esto  ha quedado de manifiesto.

 

Nuestros vecinos han pretendido siempre revisar en su favor el tratado de límites de 1904. Su tarea es difícil, pues por sobre cualquier disquisición, existe el “pacta sunt Servanda” ; lo pactado obliga. Sin ese principio el derecho no existe y el caos es total. La razón deja su lugar a la fuerza.

 

No culpo a los bolivianos por tratar de desconocer un tratado, ellos defienden su interés nacional. Todo hombre de honor debe defender a su patria. El tema es cómo los chilenos defendemos el nuestro y si realmente hay un interés nacional comprometido, en lo inmediato.

 

La casta política es empleada servicial y rentada de los grupos económicos. Esto se ha expresado, en que el mar de Chile se le haya regalado a cinco familias; todo indica que mediante sobornos, a parlamentarios que siguen en ejercicio.

 

En este contexto el mito de la intervención imperialista inglesa en la guerra del pacifico, que los bolivianos promueven con efusión, resulta creíble. La imagen es potente: Chile un país matón al servicio de un imperio. Como si Bolivia hubiera sido el país de la igualdad en aquellos años.

 

Chile ha sido privatizado, enajenado, escamoteado a los chilenos.

 

Esto significa que tenemos la obligación de recuperar el mar para todos los chilenos al más breve plazo posible y que no por esta triste realidad actual nos pongamos de lado de países extranjeros.

 

La casta defiende mal. Primero dijeron que no había problema pendiente con Bolivia (la canciller Alvear). Para bailar se necesitan dos, para un conflicto uno. Luego se atrincheraron en el Tratado, despreciando los elementos políticos.

 

Desconocieron la enorme verdad que los tribunales, cualquiera sea, reciben la influencia del ambiente social.

 

Bolivia se mostró como víctima; desde Chile nunca se aclaró la verdad histórica, no se quiso ir al fondo del asunto, que los caprichos de Bolívar no son fuente de derecho. ¿ Han mencionado alguna vez la limpieza étnica de mineros chilenos que desató Bolivia y que en masa , con sus corvos, que no era arma militar, se enrolaron de voluntarios en Antofagasta?  Era en apariencia más cómodo ir a lo jurídico solamente, la lógica de los mediocres.

 

Cuando se reconoció la importancia de la político se acudió a Lagos y Frei, olvidando que en el  mundo, y en América Latina en especial, corren aires progresistas, y que ese par de bacalaos conservadores solo perjudicaban nuestra causa.

 

Toda la política exterior chilena, es fenicia, al servicio de los empresarios, sin rasgo alguno de humanidad ni solidaridad, destila desprecio hacia el vecindario. El ejemplo de los refugiados sirios, estamos trabajando (sic) dice la señora, pero todavía no recibimos ninguno. Ella fue exiliada.

 

Se dice en los medios diplomáticos que somos la muchacha sonriente y tarifada de los norteamericanos. No somos simpáticos en el concierto internacional.

 

Evo Morales, que cual Inca moderno  patea en público a los que le ganan al fútbol, le abrochan los zapatos y nombra primera generala de su ejército a Gina Reque Terán, hija del rufián que acribilló al comandante Guevara prisionero y herido, nos va ganando la batalla comunicacional, que es política en definitiva.

 

La Cancillería, esa armada de Brancaleone inútil y bien pagada, perderá todos los juicios que enfrentemos. La gran estrella es María Teresa Infante, cuyo único mérito es ser hija de un almirante, pero a la que los arribistas de la concertación le rinden pleitesía. Ninguno de esos incapaces han llevado siquiera un juicio de policía local en su vida. Lo de hoy es una derrota, pero la presidenta los felicita.

 

Lagos sale a decir que sólo el 11 % del territorio boliviano ha pasado a manos chilenas, se supone que nos está defendiendo, ¿ es o se hace?.

 

Hay que recuperar el mar para todos los chilenos y defenderlo de cualquier amenaza extranjera. Eso no será posible sin desalojar la casta política y los incapaces que como una plaga lucran con el erario fiscal.

 

ROBERTO AVILA TOLEDO

 

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