Este martes, el sargento segundo de la Séptima Comisaría de Valparaíso, Marco Guerrero Martínez, debió acudir a un careo con el ex dirigente de la Universidad Federico Santa María, Jorge Brito, quien lo acusa de ocasionarle graves lesiones luego de ser detenido durante manifestaciones estudiantiles en 2013.
El sargento Guerrero, además, es el principal acusado del asesinato del trabajador contratista de Codelco, División El Salvador, Nelson Quichillao, el pasado mes de julio, durante las protestas de los operarios de la cuprífera estatal, en el marco de la discusión del Acuerdo Marco entre la empresa y los trabajadores que buscan que se les extiendan los beneficios a quienes están en condición de tercerizados.
Brito denunció que fue el sargento Guerrero quien luego de su detención, y estando en el piso del bus de Fuerzas Especiales, le puso su pie en el cuello provocándole asfixia momentánea, y luego fue golpeado en la espalda y los genitales, provocándole fracturas en algunas vértebras y lesiones testiculares, las que fueron constatadas en el hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar.
El ex dirigente estudiantil señaló que la Justicia Militar ordenó sobreseer el caso ante supuestas faltas de pruebas, e incluso acusó al Gobierno de ser cómplice de Carabineros al respaldar a la institución frente a estos abusos, y además sostuvo que la versión entregada por los uniformados dice que fue él quien perdió el equilibrio al subir al bus y en ese momento se cayó provocándose las lesiones.
“Cuando la institución de Carabineros, en el sumario administrativo que realizó, concluyó desestimar las acusaciones por falta de pruebas, así lo llamaron, y luego cuando el Gobierno, frente a todos estos antecedentes, y muchos más que hay, por abuso de autoridad, se vuelve cómplice y toma parte por los abusadores y entendemos que esta causa es una de cientos de causas que están en la Justicia Militar, en los archivos añejándose, y queremos poder agotar todas las instancias porque han demostrado que no podemos confiar en su criterio, pero sin embargo es lo único que tenemos en este país para poder sancionar el abuso de autoridad”.
El estudiante recibió el apoyo de la Confederación de Trabajadores del Cobre, quien en voz de su presidente Manuel Ahumada, hizo hincapié en que si hubiesen operado las sanciones adecuadas para el sargento Guerrero Martínez, este no habría participado en la represión de las protestas de los trabajadores en El Salvador, en la cual fue asesinado Nelson Quichillao.
“Con el carabinero que disparó en contra de Nelson Quichillao, se hubiese hecho las sanciones correspondientes y no las hubiesen dilatado, y producto de la impunidad que genera la Justicia Militar en esta supuesta democracia, resulta que ese carabinero no habría participado del accionar criminal que se gestó en El Salvador”.
Jorge Brito expuso que al momento de decretarse el careo con los carabineros que él sindicó como los responsables de las lesiones que recibió durante el procedimiento, pidieron la identidad de los uniformados y fue en ese momento descubrieron que el sargento Marco Guerrero Martínez era uno de los policías que lo golpearon en el bus de FF.EE. y que, además, está involucrado en la muerte de Nelson Quichillao.
Frente a esta situación Jorge Brito cuestionó el hecho que un uniformado que ha estado involucrado en estas acciones de abuso de fuerza siga en servicio activo de manera impune: “Cómo entiendes tú que una persona que me dejó lesiones de carácter grave, que después mató también a un trabajador, hoy día esté patrullando la ciudad y velando por la seguridad ciudadana”.
Otro de los carabineros involucrados en la golpiza y tortura de Jorge Brito es el Sargento segundo Juan Manuel Alvarad, con quien también fue careado el ex dirigente estudiantil.
El ex estudiante de la U. Federico Santa María indicó que luego de este careo, el juez deberá determinar en unas semanas más si procede el inicio de un juicio en contra de los carabineros responsables de las lesiones.