Tras
más de 17 horas de negociación, Grecia y Europa alcanzaron un acuerdo para dar luz verde a un tercer rescate y que el país heleno pueda seguir en el euro. El primero que anunció el pacto fue el primer ministro belga, Charles Michel, que en su cuenta de Twitter publicaba un tuit poco después de las 8.30 horas con una sola palabra: “Acuerdo”.
Poco minutos después, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, confirmaba, también por Twitter, el acuerdo entre Grecia y sus acreedores. “Todo está preparado para llevar al Mecanismo europeo de Estabilidad (MEDE) el programa para Grecia, con serias reformas y apoyo financiero”, escribió Tusk pocos minutos antes de las 9:00 horas de la mañana.
Por la misma vía, los primeros ministros de Luxemburgo y Malta informaron de un acuerdo sobre el plan de reformas que Grecia pondrá en práctica de inmediato a cambio de iniciar las conversaciones para ese tercer rescate, que se situaría en torno a los 82.000 a 86.000 millones de euros. El primer ministro luxemburgués escribió en Twitter: “Después de 17 horas de negociaciones hemos cerrado un acuerdo. Europa es fuerte”
Por su parte el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, negó hoy, en una conversación con los periodistas tras el anuncio del acuerdo, que en la reunión de líderes de la Eurozona haya habido una “venganza” contra Grecia por la convocatoria de un referéndum y ha confiado en que todos los países de la UE certifiquen el acuerdo para un tercer rescate de este país.
Sin embargo, desde Atenas el ministro de Trabajo, decía pocos minutos antes del anuncio que la oferta de la UE hacía el rescate inviable y que en cualquier caso requerirá el apoyo de la oposición y la creación de un gobierno de unidad nacional, además de la convocatoria de elecciones anticipadas este año.
Y es que el acuerdo está sujeto a la aprobación del Parlamento griego además de otras cámaras nacionales.
Durante las negociaciones, Alemania y su canciller Angela Merkel, al igual que otros países afines a la ortodoxia económica, intensificaron la presión para que Grecia aceptase unas propuestas que van más allá de las que el pueblo heleno rechazó en el referéndum del pasado domingo.
Atenas ha aceptado algunas de las medidas que antes rechazaba, incluyendo algunas de aprobación e implementación tan inmediata como el próximo miércoles. A cambio Grecia ha obtenido de sus socios una promesa —algo vaga, pero promesa a fin y al cabo— de que estudiarán un alivio de las condiciones de reembolso de su abultada deuda, aunque en ningún caso una quita como pretendía Atenas.
Fuentes oficiales griegas dijeron a Efe en Bruselas que “se ha acordado que el Fondo Monetario Internacional estará presente en el futuro rescate a Grecia”. Agregaron que respecto a la creación fondo fiduciario a través del cual se privatizarán activos públicos helenos, “estará finalmente en Atenas y el 50% de sus ingresos serán utilizados para estimular las inversiones en Grecia, y el 50% restante para repagar la deuda griega”.
Las mismas fuentes explicaron que “la idea original, impulsada por Alemania, planteaba la creación de un fondo fiduciario al que se trasladarían activos públicos helenos para privatizarlos y lograr hasta 50.000 millones de euros a largo plazo para reducir la deuda helena”.
La delegación alemana proponía que ese fondo estuviera fuera del país (lo que Atenas rechazaba), además de que tuviera carácter “independiente” y fuera “gestionado por las autoridades griegas, bajo la supervisión de las instituciones europeas”,
Tusk afirmó en su conferencia de prensa que era una “cuestión de urgencia discutir sobre cómo ayudar a Grecia”, y subrayó que con el acuerdo “se evitan las consecuencias sociales que habría traído una salida del euro, y ayuda reconstruir confianza” entre los socios, que había caído bajo mínimos durante los cinco meses de negociaciones con Atenas.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, destacó que el acuerdo al que se ha llegado “ha sido laborioso y ha llevado tiempo, pero lo hemos conseguido”.
“La CE dijo desde el principio que no aceptaríamos un grexit, y no lo habrá, así que en cuanto al fondo y a la forma estamos contentos del resultado”, afirmó Juncker. Asimismo apuntó a la consolidación presupuestaria y a la necesidad que Grecia tiene de generar crecimiento económico y empleo, por lo que se congratuló de que “los líderes hayan retenido la idea de un plan de 35.000 millones de euros a la economía griega que la CE había propuesto”.
Por su parte, el presidente del Eurogrupo y titular holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, subrayó que todos los países van a trabajar para reconstruir la confianza pérdida.