En respuesta al referendo anunciado por Grecia para definir si acepta las condiciones de sus acreedores, los ministros de Finanzas de la Unión Europea rechazaron prolongar el programa de rescate al país, tal como éste había solicitado y cuyo plazo expira el 30 de junio, lo que lo pone al borde de la suspensión de pagos y probablemente de la salida de la eurozona.
Según el anuncio hecho la noche del viernes por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, será el pueblo el que decida si el país acepta el duro programa de recortes de 8 mil millones de euros que él ha rechazado. El referéndum se programó para el 5 de julio. Pero el martes concluye el actual programa de ayuda para el país, sobre el que se cierne la suspensión de pagos.
El gobierno griego pedía que el actual programa de rescate se prolongara unos días o unas semanas para poder celebrar en condiciones medianamente normales el referendo sobre el plan de los acreedores que fue rechazado por el gobierno griego.
La oferta planteada por los acreedores proponía prolongar el programa de financiamiento durante cinco meses con una dotación hasta de 15 mil 500 millones de euros, a cambio del cumplimiento riguroso de una serie de medidas y reformas, que implican aumentos de impuestos y mayores recortes al gasto gubernamental, con afectación directa en los aportes a las pensiones, mismas que ya han sido recortadas. El gobierno griego calificó el plan de recesivo y humillante para una población afectada por la crisis, que comenzó en 2009 y se prolonga ya seis años.
El Parlamento griego aprobó en la madrugada del domingo por mayoría el proyecto de referendo propuesto por el primer ministro Alexis Tsipras para que los ciudadanos decidan el próximo 5 de julio si aceptan la oferta de acuerdo hecha por los acreedores. Según el texto de la propuesta, los griegos podrán decir sí o no a las medidas propuestas por la Unión Europea y el FMI el pasado viernes a cambio de un financiamiento extraordinario.
Tsipras instó a los griegos a que digan un un gran no al ultimátum de los acreedores del país en el referendo. Los acreedores no querían nuestra aprobación, sino que nos arrodilláramos, hay que rechazarlo, dijo.
La decisión de Grecia de celebrar un referendo ha cerrado la puerta a nuevas conversaciones, señaló Jeroen Dijsselbloem, líder del grupo de ministros de Finanzas de la eurozona, tras finalizar una reunión de emergencia en Bruselas. Las ayudas millonarias pendientes previstas en los planes de rescate no podrán materializarse después del martes, apuntó.
El ministro alemán Wolfgang Schäuble dijo que con su anuncio de un referendo sobre las propuestas de los acreedores –Comisión Europea, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)– el gobierno griego rompió unilateralmente la negociaciones. Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Pierre Moscovici, aseveró que un acuerdo no está fuera del alcance, pese a lo apretado del calendario.
Sin la extensión del programa, Grecia tendrá dificultades para pagar los mil 600 millones de euros (mil 800 millones de dólares) de un préstamo que debe al FMI y que vencen el martes, lo que podría provocar su cesación de pagos.
Esta situación podría llevar al fracaso definitivo de las negociaciones, que ya se han prolongado por cinco meses entre los acreedores y la coalición de gobierno de izquierda sobre un programa de reformas y las medidas de ahorro a emprender.
Sin un acuerdo y la correspondiente ratificación en los parlamentos de Grecia y otros países del bloque no se podrán materializar los créditos ya concedidos, pero bloqueados a Grecia, que ascienden a 7 mil 200 millones de euros de las instituciones europeas y el FMI.
Además, Atenas tampoco podrá hacer uso de los casi 11 mil millones de euros que estaban reservados para preservar la estabilidad de los bancos griegos.
De acuerdo con los datos, proseguirán las negociaciones de los ministros de finanzas sin Grecia. Se abordarán planes alternativos. Ahora todo depende del BCE, que tendrá que decidir rápidamente si sigue prestando ayuda de emergencia a la banca griega. Aunque si el BCE cierra el grifo, la situación se agravará.
Tras el anuncio del referendo la noche del viernes, miles de personas acudieron a los cajeros automáticos en todo el país para retirar dinero en efectivo.